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miércoles, 4 de diciembre de 2013

EN BUSCA DEL NOMBRE PERDIDO

Todos los días nos llaman la atención determinados acontecimientos, o simplemente se nos viene a la cabeza una reflexión sobre lo que estamos viendo, viviendo o sintiendo, hoy mismo me ha sucedido algo que supongo a ustedes habrán visto y vivido y sentido, y es la última campaña subliminar de la empresa Coca-Cola.
Me llama muchísimo la atención como la gente anda detrás del desempaquetado de los packs de latas buscando uno o varios nombres para hacer feliz a alguien querido o simplemente satisfacerselo a si mismo teniendo su nevera llena con latas que tienen grafiado, el nombre de su pareja , su padre, su madre , sus hijos o simplemente su propio nombre.
También me llama la atención, una vez que has llegado a casa y para a los que aún nos produce cierto pudor ese albedrío publico de selección discriminada en un espacio comercial y simplemente compramos el pack, como el que compra un sobre de cromos, abres ese pack de latas, y la sorpresa que produce es el encontrar los nombres que inmediatamente relacionamos con personas , situaciones y vivencias emocionales vividas con anterioridad.
A veces incluso , se da la situación que para un nombre no tenemos persona a relacionar , sucede, aunque difícil parezca , ya que nombres y sus variaciones , son como a la par un mundo globalizado donde el fin no encuentra limite. Hasta aquí todo mas o menos normal, y genial en cuanto a campaña publicitaria, pero yendo un poquito más allá me planteo como un nombre es una posesión y decisión muy importante y debe ser meditada por los padres, ya que va a ser el que identifique siempre e incluso confiera una personalidad a la persona, independientemente de su edad, sexo o cualificación personal.
Como en una orquesta, cada instrumento tiene su sonido que lo define e identifica, así mismo es el nombre a la persona, dotándole de un adjetivo propio , bien de originalidad bien de un significado especial, por recuerdo o símil a algo o alguien querido.
En cualquier caso no se debe frivolizar con la elección del nombre, y aquí en España he visto bote con la inscripción de nombres tan peculiares como Kevin , Vanesa o Jennifer, ya es más raro lo de encontrar el de Antonio-Jesús , pero si el de José Luís , lo que es claro que todo obedece a un estudio psico-sociológico previo.
No se ha podido demostrar que el nombre que se impone a un bebé afecte a su forma de ser, sin embargo hay nombres que por su sofisticación, extrañeza, dificultad en decir o escribir, suponen una carga para toda una vida y creo que no es necesario dar ningún ejemplo, pues todos tenemos uno en nuestra cabeza.
También es cierto que la Ley establece determinadas prohibiciones referidas a aquellos nombres que perjudiquen a la persona por extravagantes, ridículos o impropios, así como convertir un apellido en nombre, o un nombre que no determine el sexo de la persona que lo lleva, si bien siempre podremos inventarnos un nombre si no infringimos unas reglas.
Como verán cualquier signo exterior es base para un análisis mas profundo de lo que aparentemente vemos o percibimos. A esa parte del proceso también se le llama consciencia, aunque sea de una forma relativa.
Le invito a reflexionar sobre su nombre, en mi caso su significado es. “audaz en busca de la paz” , no esta mal, no me esperaba menos. Ferran Aparicio - 4 diciembre de 2013

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