Vistas de página en total

martes, 15 de abril de 2014

PASO A PASO

Los que pertenecemos a una generación común, nunca se nos olvidará la canción de Joan Manuel Serrat, que decía: “caminante no hay camino, se hace el camino al andar”.
Cuando trasciendes el mensaje de la canción, te das cuenta que en la historia esto se ha repetido en distintos contextos, dichos y proverbios, como ese chino que dice que un camino de mil pasos comienza por el primero.

Llevamos una temporadita en la que algunos nos sentimos inmovilizados y se lo digo por mi propia experiencia, así mismo ocurre en esta sociedad plural en la que vivimos, pero me he dado cuenta que hay que empezar el primer paso y salir de la zona de confort que nos hemos creado algunos, que aunque ni es lujosa, ni ventajosa, nos permite vivir como en el oasis de un desierto en el que al menos no nos falta algo de agua para sobrevivir.

La idea de iniciar un camino, de salir de nuestra zona de confort es algo que de entrada produce sensaciones de inseguridad y miedos, hay que estar muy seguro para dar el primer paso, si bien cuando el tiempo va pasando te das cuenta, que o inicias el viaje o te quedas siempre en esa zona de confort o oasis, que ni te aporta ni te hace crecer, lo único que te ayuda es a no crecer; eso si al menos te permite no disecarte como una momia.

El conocer que el periodo de comodidad no nos aporta más que una supervivencia, y empezar a plantearnos que hay que dar el primer paso, ya es una actitud positiva que puede marcar el punto de inflexión para marcar la diferencia, en cuanto que con pequeños cambios de actitud, se pueden sumar pasos para iniciar parte del trayecto del camino.

Cada uno tenemos una perspectiva y una dirección o al menos eso nos demuestra el paso del tiempo, y algunos como yo , ni eso , es decir solo cuento con mi espíritu idealista por naturaleza y con la convicción de que cuando un día despejado vea con claridad el horizonte despegaré como el ave phoenix en busca de esa nueva dirección, pero lo que ya no podemos al menos pensar es en seguir quietos, cada detalle, cada iniciativa por pequeña que sea va sumando y no restando hacia esa nueva dirección que nos marque el camino.

Ser conscientes de donde estamos, de que nos gusta y que necesitamos cambiar ya es un paso para que a base de pequeños cambios en hábitos rutinarios adquiramos la costumbre de agilizar un habito más fuerte y más extenso con el tiempo.

Es más fácil comenzar con pequeñas metas e ir cumpliéndolas, que iniciar grandes cambios, con los riesgos que conlleva el esfuerzo radical de cambiar de vida repentinamente.

Lo que está claro es que el hábito es el hábito, y el hábito es necesario; es el hábito de tener hábitos, de convertir paso a paso un camino, que al fin y a cabo es de lo que se trata, sin más.

Ferran Aparicio
15 de abril de 2014


No hay comentarios:

Publicar un comentario