Siempre hemos conocido el sexto sentido como la capacidad general de intuir ciertos hechos o circunstancias. Pero cuando hablamos de intuición hablamos de palabras mayores, en cuanto que es una facultad que se supone tenemos todos, de comprender las cosas al instante sin necesidad de realizar ningún tipo de razonamiento.
Como habilidad que es, sólo se trataría de desarrollarla sin necesidad de una asociación formal a una idea, sino simplemente como presentimiento de algún conocimiento o acontecimiento.
Es cierto que todo en esta vida tiene su relación, la sincronicidad es también parte de ese sexto sentido en cuanto que sincrónicamente somos capaces de conectar nuestras ideas con situaciones tanto materiales como espirituales, siendo el cerebro el que está trabajando sin darnos explicaciones, que luego de una forma consciente relacionamos inmediatamente con la realidad aparente.
Muy diferente es la faceta del sexto sentido intuitivo por si mismo , en cuanto que hoy en día se nos ofrecen diversas aplicaciones y funciones y en especial en el mundo de la informática en el que se nos transmiten como intuitivas, es decir, que sin grandes explicaciones ni pensamientos vamos a saber como funcionan.
El sexto sentido es una sensación difícil de explicar porque no es constante en el tiempo, se presenta inesperadamente y nos da una información posible pero no científicamente real, si bien la consideramos en cuanto nos pueda servir para estar prevenidos ante asuntos agradables o desagradables.
La intuición se percibe independiente de nuestros cinco sentidos y eso por eso que se le llama sexto sentido. Algunas personas tienen más afinado su sexto sentido que otras, esto se debe a que en su memoria además de datos se encuentran vivencias de situaciones y formas de resolución de conflictos que surgieron en el pasado.
El cuerpo y la mente son parte importante cuando actúa el sexto sentido, de igual manera lo es el alma quien debe estar abierta al proceso intuitivo a través de la amabilidad y el perdón.
Lo que esta claro es que tenerlo lo tenemos todos, solo se trata de ejercerlo y cultivarlo. Técnicas como la meditación o simplemente el realizar ejercicio dejando que nuestra mente vuele a su libre albedrío, puede generar el desarrollo intuitivo de la acción.
Ferran Aparicio
10 de abril de 2015
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