Vistas de página en total

viernes, 30 de enero de 2015

IMAGING PEOPLE

IMAGING PEOPLE

Muchas veces cuando me enfrento a un papel en blanco me resuena algo y eso hace que se inicie un proceso mental inconsciente que se va desarrollando sin más. Es bien cierto que vivimos en un imperio de lo mental de las experiencias espontáneas, a veces medio pensadas y a veces vividas, pero también es cierto que a veces esas experiencias no están realmente vividas aunque el tiempo las haya sobrepasado.

Cuando nos empeñamos en algo normalmente a corto, medio o largo plazo lo conseguimos, la perseverancia nos acerca a nuestro objetivo si bien lo racional está tan sobrevalorado que creemos a menudo que pensar e imaginar las cosas equivale a hacerlas, experimentarlas incluso conseguirlas.

La pura realidad es que no es cierto en la mayoría de los casos; pues el factor tiempo nos traiciona y somos nosotros los que permutamos nuestra consciencia en el tiempo y vamos adaptándonos y adaptando nuestro objetivo en función de la experiencia que vivimos.

Pero lo que también es cierto independientemente de la auto-transcendencia que nos con lleva en el tiempo es que nada sustituye a la experiencia como fenómeno cognoscitivo de vivencias personales.

En ese mundo que vivimos del “imaging people”, no faltan los gurús del coaching que nos ofrecen su asesoramiento emocional en algo que sólo conocen de una manera teórica y muy alejado a nuestra emoción emocional y sentimental.

Es cierto que diagnosticar por otra parte es reconocer en la persona de enfrente, algo que se conoce de una forma teórica, pero lo que resulta imposible en la persona ajena es experimentar por uno mismo lo que se sustituye por otro y con otro tipo de experiencia.

Al final nos damos cuenta que los consejos sólo son un saber teórico y que tenemos que caer en la técnica del “imaging people” como algo propio. En este sentido la inteligencia emocional parece la guía adecuada para el control de nuestras emociones tanto negativas como positivas.

En cualquier caso sólo nos queda que imaginar, aceptando que cuando llegue aquello que hemos programado y deseado no sea tan magnifico como lo habíamos imaginado, sino que con la perspectiva del tiempo nos damos cuenta que la realidad nos es tan espectacular como lo son nuestros sueños.

Concluyendo sólo se trata de reflexionar y mediar sobre el equilibrio entre lo que imaginamos y nuestras expectativas, pues en definitiva aunque nos aferremos a nuestras propias creencias y pongamos nuestras expectativas en una predicción de futuro, nadie nos podrá quitar la idea de que la vida es un sueño y que imaginando vamos viviendo , con que lo dicho, “imaging people”, sin más.

Ferrán Aparicio 
30 de enero de 2015





No hay comentarios:

Publicar un comentario