Vistas de página en total

jueves, 1 de enero de 2015

PRINCIPIOS Y VALORES


Reflexionando sobre aptitudes y actitudes, hechos y razones, y principios y valores  de este último año, me resisto a pensar que los españoles no sólo estamos  de mal humor ante tanto acontecimiento, sino que estamos empezando a perder el norte por el que hemos luchado la mayoría, en esa ansia de evolucionar hacia una libertad madura.

Cada día tenemos más medios de conocer noticias, contratarlas y ver como el efecto dominó va delatando las actuaciones de determinado grupo de personas sin principios ni valores, pues si los tuvieran no actuarían en contra de una sociedad plural que al fin y al cabo es soberana.

El problema es que un efecto dominó es imparable y va sacando actuaciones concadenadas que nos llevan al pasado lo cual nos demuestra cuán ingenuos hemos sido al confiar y creer en demasía en  determinadas personas o personajes.

El problema surge cuando estas actuaciones nos afectan y nos remueven entrañas y sentimientos y reaccionamos con nuestros grandes talentos en defensa de nuestros propios principio cayendo en el trapo rojo de la respuesta del desgaste.

Ni las circunstancias económicas, ni nuestro estado de tranquilidad nos ayudan a replantear con serenidad esos pasos con que reaccionar ante esta situación y que no nos afecte a aquello más susceptible de ser atacado que es nuestro ”yo” personal, envuelto por nuestros principios y valores, que al fin y al cabo es lo que nos da y motiva en la transcendencia individual y social.

Es por ello que debemos reflexionar o al menos yo lo intento, de como salvaguardar esos principios y valores  que constituyen nuestros propios pilares  para el desarrollo de todas las facetas de nuestra vida del contexto en el que estamos viviendo, separando lo que es propio  y lo que es ajeno como medio de no afectar nuestra propia integridad.

Todos sabemos o al menos intuimos que los principios son normas que nacen de nosotros mismos bien por aprendizaje individual, bien por nuestra experiencia grupal en nuestra interacción con nuestros medios, mientras que los valores son códigos morales que suelen pertenecer a una sociedad y condiciona el desarrollo de que esta tenga. El problema surge cuando los valores se contaminan y afectan a nuestros principios, entonces es cuando hay que reaccionar.
El proteger esos principios y valores implica una doble actuación, por una parte de revisión desechando aquellas creencias limitantes sobre nosotros mismos y por otra parte de evolución en el camino de nuestra propia discrecionalidad sin afección de los agentes exteriores contaminantes.

Somos aquello en lo que creemos y no podemos renunciar a nuestros principios y valores, pues renunciaríamos a nuestras convicciones, con lo que consecuentemente rechazaríamos de pleno el relativismo que conlleva contemporizar con nuestras actitudes y acciones aquello que creemos. Les animo a asumir y proteger sus principios y valores, pues si los pierde se van a perder a ustedes mismos y lo que se va ya no vuelve, por definición.

                                                         Ferrán Aparicio
                                                     1 de enero de 2015


No hay comentarios:

Publicar un comentario