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miércoles, 20 de mayo de 2015

CUATRO SEGUNDOS


No sé si por efecto de la primavera o simplemente porque he dejado de fumar, a pesar de lo mucho que me gustaba, llevo una temporada escéptico y en el que me lo replanteo todo.

En general y sin llegar a particularizar en un tema concreto he llegado a la conclusión de que en muchos casos los esfuerzos que hacemos para conseguir que se cumplan los hábitos que no funcionan, es un éxito tardío, aunque ni siquiera nos damos cuenta que nos estamos matando y reaccionamos mal y tarde pero reaccionamos.

En general y con la que sigue cayendo en este país, todos estamos algo nerviosos, pues nuestros valores centrados en el trabajo siempre está en un vilo de ser eliminados, lo cual nos genera un estrés que repercute en el resto de nuestra vida en cuanto que acumulamos tareas, en vez de ir resolviendo de una en una y no acumulando pequeñeces.

Si por una parte estoy cada día más convencido que lo que es para uno, nunca pasará de largo y que todo, y cuando digo todo, es todo, llega en su justo momento, también he llegado a la conclusión que las situaciones de estrés podrían evitarse con sólo tomar una pausa de cuatro segundos para en cada momento de duda reenfocar la solución de nuestro problema y retomar el mejor camino.

En este sentido y al margen de que cada uno tiene su carácter, no sé si por las pastilla antitabaco que estoy tomando o porque me he relajado con este nuevo estilo de vida, si traspolamos  la teoría de los cuatro segundos a la comunicación interactiva, tendríamos que optar por escuchar y entender mejor a nuestros interlocutores y tomarnos de vez en cuando cuatro segundos para contestar algo, que una vez dicho  está y no tiene solución, independientemente que sea lo que realmente pensamos, pero no es políticamente correcto.

Es cierto que con nuestros impulsos es difícil de controlar los pensamientos que no vienen a cuento y que nuestro cerebro revela sin más y que  en más de una ocasión nos ha hecho salirnos del tiesto por un simple problema de espontaneidad o inconsciencia, pero también es cierto que ser conscientes  y tomar cuatro segundos es tener la capacidad para encontrar el orden y evitar situaciones totalmente innecesarias e irreparables.

Estoy convencido que como dicen muchos especialistas, el secreto para tomar buenas decisiones que simplifiquen tu vida, es respirar profundamente cuatro segundos , tanto por el grado de consciencia que obtenemos como en la calidad repuesta que adquirimos.

Cuatro segundos es el tiempo suficiente para darnos cuenta de si continuar adelante con algo que se va a traducir en un problema o si queremos o no hacerlo, pues no hay nada tan sencillo como respirar profundamente y a tiempo, eso sí, como decía  Celia Cruz, relajándose que la vida es corta.

                                                              Ferrán Aparicio

                                                         20 de Mayo de 2015

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