Todos conocemos el funcionamiento gramatical de un
silogismo, partiendo de una premisa mayor y con la presencia de una premisa
lógica menor alternativa llegamos a una conclusión, hasta cierto punto lógica,
pero con variable contenido en cuanto
que podemos derivarla hacia donde nos interese a cada uno, pero siempre con
unas reglas de coherencia lógica, ya que la
ausencia del sujeto en una de las premisas no correspondida con la
naturaleza de la otra premisa, aunque tengan el mismo término medio, produce
una conclusión errónea, por decir un ejemplo.
Está
claro que somos capaces de pensar lo que
se nos ocurra, lo que no está tan claro es si el silogismo que elaboramos en el
contexto de nuestras circunstancias, tiene una conclusión verdadera, cierta,
incluso adecuada por no hablar de falacias.
Dicen
que si vives cada momento al máximo tus posibilidades, entonces eres una
persona inteligente, sin embargo los sentimientos no son simples emociones que te suceden; son reacciones que eliges
tener y eres dueño de tus reacciones.
Si
contemplas el silogismo como la conjunción entre los sentimientos y las
emociones y su conclusión es parte de tu elección quedando claro que en cierta
forma estás pensando lógicamente.
El
problema del silogismo es que cuando
cometes un error lógico, el resultado es una falacia, siendo esta un
razonamiento falso, que puede darse por usar premisas equivocas, por cambiar el
orden de las premisas o simplemente por tomar elementos de juicio ajenos a las
premisas, eliminando elementos necesarios para la comparación, lo cual no es
cuestión baladí.
Así
tu premisa menor se apoya en una verdad, donde tus sensaciones te llegan
precedidas por un pensamiento y sin la función del cerebro no puedes
experimentar sensaciones, para dar coherencia a la lógica aplicada.
Pero
en realidad todo es mucho más fácil de lo que parece, se trata de ejercer el
control entre las partes y la conclusión del silogismo será irreversiblemente ineludible.
En
conclusión si controlas tus
pensamientos, tus sensaciones y tus sentimientos provienen de tus
pensamientos, entonces eres capaz de
controlar tus propios sentimientos y sensaciones.
En
cualquier caso para ser una persona libre y coherente en el ejercicio de tu
pensamiento tienes que actuar y aprender a pensar de una forma diferente en el
camino hacia tu libertad personal, pues hacerte cargo de ti mismo comienza de
alguna forma con tener conciencia de ti
mismo, independientemente de la conclusión lógica a la que llegues.
Ferrán Aparicio
20
de septiembre de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario