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lunes, 25 de julio de 2016

PROACTIVIDAD ACELERADA


Llevo una temporada que no se si porque empiezan los calores del verano, por circunstancias de traslado o acoplamiento a una nueva vida, pero tengo el proactivismo acelerado y no paro, mi cabeza va  más rápida que mi cuerpo y se que como cualquier mecanismo y motor, un exceso de revoluciones no es nada sano.

Es bien cierto por definición que las personas que somos proactivas los problemas no nos detienen y es que cuando te centras en los problemas a los que te estás enfrentando, tu comportamiento va en resonancia con la tensión resultante, lo que obstaculiza tu progreso y no te deja avanzar.

Sin embargo cuando empiezas a tomar consciencia como es el caso, es cuando te das cuenta que la planificación es un grado y que todos somos humanos que no divinos, salvo algún error u excepción.

Cuando aquietas tu marcha, que aquietar no es parar, es cuando llegas a darte cuenta que centrándote en las acciones que debes hacer para mejorar tu actual situación consigues pensar con claridad y tener ideas positivas, que te abren a nuevas soluciones y una mejor organización de lo que es tu vida.

No se trata de hacer comparaciones pues al final llegas a la conclusión de que aunque todos somos humanos no todos somos de la misma pasta, por lo que resulta impensable hacer comparaciones, pues como dice el dicho las comparaciones son odiosas.

Pero como siempre la aptitud y actitud es lo que a veces y sólo a veces nos diferencia a las personas y es que la gente exitosa aunque sólo sea para si mismo, en cuanto que cumplen los objetivos que se plantean en su vida, no piensa en los posibles y no posibles problemas, sino que evitan cualquier pensamiento negativo para seguir adelante, porque en definitiva saben que son más eficaces cuando se centran en dar soluciones y no en crearse nuevos problemas.

No es cuestión de hacerse juicios de valor, ni hacerlo respecto a los demás, ni tampoco de poner excusas de “mal pagador”, si no de enfrentarnos día a día a lo que nos proponemos con una claridad mental que el tiempo es oro, pues se desvanece sin poder volver a encontrarlo.

Otros valores como la envidia o la expectativas ajenas no entran en nuestros esquemas pues al fin y al cabo ser una persona proactiva es gustarte hacer las cosas y conseguirlas, sin miedo a coger responsabilidades sobre las cosas que están fuera de su control, eso si como siempre sin aceleraciones, pues no hay motor que cien años dure, ni cuerpo que lo resista.

Ferrán Aparicio
25 de julio de 2016

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