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sábado, 30 de julio de 2022

DUEÑOS Y CAPITANES

Hay frases que nos marcan como si de una cicatriz se tratara como es el caso de : ”Somos dueños de nuestro destino y capitanes de nuestra alma”,  parece  que fue Winston Churchill quien la argumentó, según fuentes comprobadas.

La verdad es que los medios de comunicación tienen su función y en mi caso ha sido efectivo, pues no sabía de donde venía el sonsonete de esta frase, y es que la he oído en televisión últimamente, pero la verdad es que tiene un contenido muy especial si lo piensas fríamente.
Si esta frase la piensas, todo comienza en definitiva con la manera de pensar, que influye en nuestra manera de mirar la realidad, de sentirla y de interpretar lo cotidiano.
Así consecuentemente se definirá nuestra manera de actuar y nuestros resultados que finalmente terminarán definiendo la persona que terminaremos siendo de una determinada forma y los resultados que tendremos por ello, es lo que retroalimentará nuevamente nuestra forma de pensar.
Es como un circulo vicioso, un bucle que va avanzando positivamente y marcando una trayectoria hacia el destino si hablamos en futuro y a la realidad que vivimos sin hablamos del presente efímero.
Como de un circulo o bucle se trata es importante pensar en positivo en cuanto que si este comienza de esta forma, se va desarrollando positivamente y crea un desarrollo favorable, y al final lo que esta claro es que todos somos el resultado de lo que pensamos y recibimos, en cuanto que al mundo racional lo mueven las convicciones.
Lo que es cierto que las citas cuando quedan marcadas en nuestra memoria nos sugieren pensamientos. Con la muerte de Nelson Mandela hemos reflexionado sobre un memorándum de citas de este personaje como: “la mayor gloria en la vida no consiste en caer, sino en levantarnos cada vez que caemos” y a eso también se le llama destino.
Sentir que la libertad no está fuera de sí, que la paz y el perdón se llevan en el interior de cada ser humano, que somos dueños de nuestro destino y capitanes de nuestra alma, fue la convicción que le permitió a Nelson Mandela ser un gran signo de libertad, justicia, paz y perdón para la humanidad.
Ese pensamiento positivo que podría generalizarse como un optimismo vital es uno de los valores generales que a los humanos más nos importan puesto generan un estado de paz y felicidad.
En estas fechas y en especial el inicio del año nos permite y nos da la oportunidad de replantearnos nuestras vidas de una forma espontánea y natural, con el objetivo de hacer mejor las cosas y cumplir nuevas metas.
Estamos llenos de ilusiones, sueños y proyectos y lo importante es plantearse estrategias y el método para lograrlas aprovechando todas las oportunidades que la vida nos da, eligiendo ser positivos, porque en definitiva somos dueños de nuestra actitud y el optimismo es el hilo conductor hacia el éxito.
Con gran aprecio y respeto recuerdo en esta ocasión a ese gran personaje que ha dejado su huella en nuestras memorias, y un ejemplo de no dejarnos vencer por las adversidades de la vida, es aceptar que cada ser humano lleva su propia historia, su propio destino y con ello sus propios sufrimientos, cada uno a su medida pero lo importante está en afrontar la vida con esa actitud valiente, libre y esperanzadora.
No estoy demasiado seguro al cien por cien de que seamos los amos de nuestro destino, porque nuestras vidas se rigen en una parte por la causalidad y siempre esta presente la casualidad que le da ese sesgo de incertidumbre, es decir tenemos cierto control sobre lo que puede acontecer, pero este no es absoluto, pero lo que si estoy convencido es que al menos lo somos dueños de nuestra alma.
No te dejes nunca engañar por los que digan que tienes un destino prefijado y en su lugar, intenta por todos los medios conocer tu libertad y tu propio poder y porque tú eres un ser libre y no estás atado a ningún destino, no obstante tengo claro que tú tienes que vivir a tu manera que de la mía ya me encargo yo y ojala este escrito les permita pensar y volar con la imaginación, pero sobre todo pensar las ideas con acciones concretas que os lleven a cumplir vuestros objetivos

Ferran Aparicio
30 de Julio de 2022

sábado, 1 de junio de 2019

SIMPLEMENTE PACIENCIA

Dicen que la paciencia es la capacidad de sufrir y tolerar desgracias y adversidades o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse. Pero la paciencia
como estado también comprende  y atiende a  la calma o tranquilidad para esperar.

En relación con el tiempo  resulta la capacidad de realizar una actividad larga, pesada o que requiere mucha precisión.

Sin embargo, la paciencia podemos definirla como una actitud,  una característica, un estado, una manera… sea cual sea la definición que le demos a la paciencia, definitivamente es una virtud, una virtud que acompaña al ser humano y que se caracteriza por el poder soportar todos los contratiempos y las dificultades que se nos atraviesan en el camino.

La paciencia está muy relacionada con la perseverancia, pues la paciencia es la constancia valerosa que se opone al mal y a pesar de lo que sufre el hombre no se deja dominar por él y en cierto modo también con la resiliencia, pues ser paciente ante las adversidades nos hace crecer y ser más fuertes.

La paciencia es un ingrediente fundamental para  relacionarnos y ejercer cualquier actividad es como la sal en la cocina , es lo que le da un sabor especial a la vida, pues muchos momentos de nuestra vida requieren de paciencia, pues implica tolerancia, calma, pasividad frente a la manera en la que accionamos ante determinadas situaciones o determinados momentos.

Al fin y al cabo ser paciente no implica  únicamente el  poseer la virtud del aguante, de la tolerancia a las adversidades, consiste además en enfrentar estas contrariedades con fortaleza, con entereza y sin lamentos, esto es lo que caracteriza a las personas maduras, aquellas que saben esperar con calma lo que no depende de ellas y que definitivamente transforman el sufrimiento que acompaña la espera.

A todo el mundo nos ha ocurrido  que en determinadas  circunstancias en nuestra vida lamentablemente no podemos cambiar de forma inmediata, hay momentos que no podemos transformar de una manera rápida, y definitivamente no siempre se obtendrán resultados que esperamos o que queremos, sin embargo, desarrollando la paciencia, cultivando la sabiduría de esperar y de tolerar cualquier adversidad y cualquier situación, esa espera será distinta, nos hará diferentes, será parte de la madurez del ser humano, será parte de nuestra personalidad y de nuestra manera de enfrentar la vida… y finalmente, sabremos reconocer cuando llegan los resultados oportunos y sacar provecho de ellos.

El reconocer la paciencia , ser consciente de ella  convertirla  en tu aliada, es aprehender a ser una persona más serena, más comprensiva, con menos prejuicios y consecuentemente  tener una visión más clara de todas las cosas, pues  al final de todo,  uno de los secretos de la vida, es tener simplemente paciencia.

 Ferrán Aparicio
1 de Junio de 2019

lunes, 10 de octubre de 2016

SOMOS ,.., LO QUE HACEMOS

Siempre he pensado que el modo de actuar de una persona refleja sus creencias, su actitud y aptitud ante la vida y un sin fin de cosas, pero con el devenir del tiempo me planteo si lo que hacemos es lo que creemos o nos dejamos llevar por la inercia de la vida sin revelarnos ante los acontecimientos diarios.

Es cierto que como  personas que somos, lo normal y digo normal, es que tengamos unos valores, objetivos y creencias, con una cierta motivación, sino clara al menos definida. Lo que también parece claro es que sin un propósito  una intención es difícil marcar el rumbo de nuestra vida y  esto se transforma en dejarse llevar por la inercia del movimiento, sin saber lo que queremos o a donde nos dirigimos.

Tener unas cualidades y no utilizarlas es como  tener un potencial y desperdiciarlo, sin marcar un rumbo puede llevarnos a cualquier parte, pero sorprendentemente sin  destino ni intención en cuanto a meta conquistada.

En el caso de las personas ocurre algo similar, de nada sirve ser una persona excelente o un profesional valiosísimo, si no lo demuestras una y otra vez, por que lo que te hace distinto no es lo que eres, es lo que haces, por eso es lo que hacemos y no lo que somos es lo que nos hace de alguna manera diferentes y exclusivos, sin olvidar que lo primero es consecuencia de lo segundo.

También es cierto y está totalmente comprobado en la mayoría de las personas que nuestras creencias y valores influyen en nuestras capacidades y estas en nuestro comportamiento, es como una cadena en la que cada acción provoca una reacción que va materializando una evolución.

Si nos ponemos un poco escépticos y vamos un poco más halla hablando de evolución personal nos damos cuenta que  aunque  evolucionamos continuamente, nosotros no somos los mismos que ayer, pues algo se supone que hemos aprendido en el paso del tiempo y nuestras creencias ha variado. Esto supone indirectamente que lo que hacemos como consecuencia de lo que creemos vaya variando en el tiempo, lo cual no es cuestión baladí, pues supone una continua variación.

Esta variación personal define nuestro comportamiento puntual en este momento, tu momento y mi momento, pero sólo es factible si hacemos algo y no permanecemos estáticos en el tiempo; es por eso que lo que somos sólo lo podemos descubrir si hacemos algo cada día.

Cada uno tenemos unos objetivos en esta vida, pero si algo nos caracteriza a los humanos es el pasar por la vida dejando algo de nosotros percibible en nuestro entorno más inmediato y para ello sólo es posible si nos planteamos el objetivo de dejar algo tangible con lo que hacemos, pues lo que está claro es que las palabras se las lleva el viento.

Ferrán Aparicio
                                                             10 de octubre de 2016

sábado, 30 de julio de 2016

CUECES O ENRIQUECES

Dicen muchos expertos en materia de cocina que tal cual cocinas y después comes lo que has elegido, es un gran reflejo de cómo es tu vida y por ello aquello de si cueces o enriqueces.

Es bien claro y evidente que hay muchas más cosas en la vida  que el trabajo como es el arte de la observación y el disfrute de todo lo que nos rodea, lo cual lleva un tiempo aparejado y ahí la diferencia entre cocer o enriquecer nuestro tiempo.

Por aquello de  aprender a vivir el presente cociendo o enriqueciendo,  es posible escribir cualquier cosa usando el buen humor en casi cualquier situación y aprender que una risa vale más que mil palabras para sentirnos plenamente felices.

Para cualquier acto reflexivo es importante recordar que las personas felices saben que guardar rencor hace daño y perdonan a los demás para su propia tranquilidad enriqueciéndose a si mismo previa cocción de un acto reflexivo sobre si vale la pena guardar un  mal resentimiento.

Desarrollar una actitud de gratitud es un hábito que también enriquece la cocción, pues nos demostramos a nosotros mismos que las personas que te relacionas y quieres de alguna forma, incluso en momentos de conflicto vale la pena  y cuidar y cultivar las relaciones también mejora cualquier cocción.

Es bien cierto que las palabras y muchas acciones se las lleva el viento, pero también es cierto que si el sentimiento de honestidad en cualquier acción o decisión nos lleva a concentrarnos en nuestras vidas y no preocuparnos por lo que otras personas están haciendo o diciendo, pues es evidente que todo el mundo tiene derecho a vivir su vida de la manera que quiera eso si honestamente  y coherentemente con su pensamiento.

Incluso en la cocina, hay que tener una actitud positiva encontrando en la creatividad el lado positivo a cualquier situación a pesar de que puede ser difícil de encontrar el perfecto punto a cualquier plato de buen gusto y sabiendo que todo sucede por alguna razón y a pesar de que no siempre se puede saber cual es la razón.

La perfecta receta es enfrentarse a cada nuevo reto con la actitud que lo traerá un paso más cerca de su meta, pues lo más importante es saber lo que quieres y en función de ello aprehender las habilidades que necesitas y no dejando de perseguir aquello que para ti tenga un valor sabiendo lo que no se puede cambiar y es un ingrediente fijo con el que tenemos que contar  pero reconociendo que no todo cabe y que cualquier plato de buen gusto tiene sus limitaciones y hay que determinar si es posible y de que manera podemos lograr el resultado que queremos.

En definitiva y simplemente reflexionando en voz alta, como siempre, solo se trata de asumir que somos responsables de nuestras vidas y de nuestra cocina y de tantos aspectos desde el estado de ánimo, nuestras actitudes, pensamientos y sentimientos y al final solo se  trata de plantearte si cueces o enriqueces como en la vida misma.

                                                                 Ferrán Aparicio

                                                              30 de julio de 2016

lunes, 1 de febrero de 2016

COSTUMBRES PERFECTAS


Dicen que existen modus vivendi, es decir lo que vulgarmente se llama costumbres o rutinas de vida, que ayudan a acercarse al éxito y por eso se les tilda como perfectas.

Yo a pesar de ser algo escéptico no estoy muy de acuerdo en relacionar costumbres y éxitos, simplemente me apoyo en la vida de Santa Teresa de Jesús, por decir un simple ejemplo.

Dicen también que las personas que han llegado muy lejos en la vida, lo han conseguido debido a unos planteamientos ciertos, de hábitos sólidos y principios básicos fuertes, y a eso le llamo yo, perseverancia en el camino del éxito.

El mito del éxito muchas veces sin engañarnos demasiado simplemente se trata de la idea feliz de estar en el sitio adecuado y en el ambiente adecuado, independientemente de las decisiones que tomes en el camino de tu vida, y adquirir hábitos y rutinas y costumbres sanas, independientemente que la excepción no confirma la regla por hablar de algo o alguien hablaríamos de zorbas el griego, por ponerles otro ejemplo.

Quizás el problema radica en tener costumbres sin ser conscientes de ello, más bien como un estilo de vida propio que te beneficia a todos los niveles en la vida.

Dicen también algunos autores que no debe asociarte el dinero con el éxito, sin embargo todos tenemos claro que el dinero puede ayudarte a tener más oportunidades, tener menos preocupaciones y estar más conectado contigo mismo a la felicidad, a la paz interior incluso a las acciones positivas que te redirigen al éxito.

También es cierto que nada surge por casualidad, el método, tener claros los objetivos y metas, que en cualquier caso no es cuestión baladí, ayudan a llevar un camino con un rumbo claro y conciso.

Aunque muchos tenemos claro, que la perfección no existe y que se alcanza casi de una forma constante en el camino, queda claro que desarrollar y alcanzar los objetivos es una tarea que permite mejorar tuis resultados y en el fondo sentirte satisfechos en ese camino al éxito.

Otra costumbre perfecta, en cualquier ámbito y objetivo, es no centrase en cosas y personas negativas, la toxicidad si existe, solo basta que ingieran algo contaminado para saber cuál es el resultado físico de esa acción.

Como todo en la vida simplemente se trata de tenerlo claro, teniendo en cuenta que también el fracaso es una parte del juego y del crecimiento personal, pues aún siendo un virtuoso en cuanto a costumbres se refiere, los contratiempos y errores como oportunidades de una acción sirven para enderezar aquello en lo que nos hemos equivocado.

Como siempre y teniendo que una costumbre es algo que se hace habitualmente de una forma inconsciente les animo a transpolarlo a su lado consciente, al menos para saber que no se están equivocando.

Ferrán Aparicio
1 de febrero de 2016









lunes, 15 de junio de 2015

EXITOS O FRACASOS

Últimamente y con la que ha caído después de estas últimas elecciones, sólo oigo hablar de éxitos o fracasos y la verdad, es que me resuena demasiado como para no reflexionar en voz alta, como siempre.
 
Como todo concepto antagónico, el éxito o el fracaso son conceptos opuestos que dependen de cómo se miren, tienen sus matices.
 
 
No hay éxito sin un fracaso previo, eso está claro y todo su contrario; después de un gran éxito puede haber  también un gran fracaso, al menos por aquello que tenemos los humanos que una vez conseguimos alcanzar aquello que hemos anhelado con gran fuerza y trabajo, deja de interesarnos  y nos perdemos en la inquietud de al menos mantenerlo.
 
Hay gente por el contrario que deja el concepto del éxito asociado al destino de cada persona, a su propio karma y por otra parte hay gente que piensa que el éxito esconde infinitas ventajas respecto al fracaso, ya que cuanto más aciertas más oportunidades tienes de seguir acertando, en la línea de que cuanto más logros conseguimos más accesibles vemos las siguientes metas que nos proponemos y en caso contrario nos aferraríamos a nuestra zona de confort, sin proponemos nuevas inquietudes, ni nuevos campos donde evolucionar o investigar.
 
Es cierto que el éxito en este sentido junto con  la motivación, el compromiso, la perseverancia, el esfuerzo y la constancia,……., menudo coctel, …, este coctel asegura cuanto al menos una mejora continua que no lleva a focalizar mejor el objetivo propuesto; pero también es cierto que gracias al fracaso  no se aprende de los errores pero si de la causa de los errores y como superarlos.
 
Superar un error constituye un éxito y así sucesivamente para llegar a la conclusión que no hay un único camino sino la combinación de muchos factores entre los que se encuentran cada una de las circunstancias que componen nuestra vida, aunque en ocasiones nos despistemos y  el  principal problema no sean las circunstancias sino seamos nosotros mismos.
 
En cualquier caso es evidente que los errores nos sirven para indagar en las causas que los provocaron y para generar aprendizajes de éxito, siendo un reflejo de tus acciones.
 
En definitiva  y en relación al maravilloso coctel que nos puede llevar al éxito o al fracaso, sólo queda pensar en las actitudes y aptitudes que nos pueden llegar a incidir en aquello que nos hemos planteado y que finalmente conformarán nuestras propias circunstancias y nuestro propio destino como parte del presente inmediato y del pasado recién vivido, es decir de este momento.
 
Por lo que les animo a plantearse su propio éxito dentro de sus propias circunstancias, pues lo que está claro que lo que no  hagan ustedes, está claro que no se lo va hacer nadie y simplemente por el principio de acción y reacción, algo obtendremos si al menos nos lo proponemos.
 
Ferrán Aparicio
15 de junio de 2015