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sábado, 30 de julio de 2016

CUECES O ENRIQUECES

Dicen muchos expertos en materia de cocina que tal cual cocinas y después comes lo que has elegido, es un gran reflejo de cómo es tu vida y por ello aquello de si cueces o enriqueces.

Es bien claro y evidente que hay muchas más cosas en la vida  que el trabajo como es el arte de la observación y el disfrute de todo lo que nos rodea, lo cual lleva un tiempo aparejado y ahí la diferencia entre cocer o enriquecer nuestro tiempo.

Por aquello de  aprender a vivir el presente cociendo o enriqueciendo,  es posible escribir cualquier cosa usando el buen humor en casi cualquier situación y aprender que una risa vale más que mil palabras para sentirnos plenamente felices.

Para cualquier acto reflexivo es importante recordar que las personas felices saben que guardar rencor hace daño y perdonan a los demás para su propia tranquilidad enriqueciéndose a si mismo previa cocción de un acto reflexivo sobre si vale la pena guardar un  mal resentimiento.

Desarrollar una actitud de gratitud es un hábito que también enriquece la cocción, pues nos demostramos a nosotros mismos que las personas que te relacionas y quieres de alguna forma, incluso en momentos de conflicto vale la pena  y cuidar y cultivar las relaciones también mejora cualquier cocción.

Es bien cierto que las palabras y muchas acciones se las lleva el viento, pero también es cierto que si el sentimiento de honestidad en cualquier acción o decisión nos lleva a concentrarnos en nuestras vidas y no preocuparnos por lo que otras personas están haciendo o diciendo, pues es evidente que todo el mundo tiene derecho a vivir su vida de la manera que quiera eso si honestamente  y coherentemente con su pensamiento.

Incluso en la cocina, hay que tener una actitud positiva encontrando en la creatividad el lado positivo a cualquier situación a pesar de que puede ser difícil de encontrar el perfecto punto a cualquier plato de buen gusto y sabiendo que todo sucede por alguna razón y a pesar de que no siempre se puede saber cual es la razón.

La perfecta receta es enfrentarse a cada nuevo reto con la actitud que lo traerá un paso más cerca de su meta, pues lo más importante es saber lo que quieres y en función de ello aprehender las habilidades que necesitas y no dejando de perseguir aquello que para ti tenga un valor sabiendo lo que no se puede cambiar y es un ingrediente fijo con el que tenemos que contar  pero reconociendo que no todo cabe y que cualquier plato de buen gusto tiene sus limitaciones y hay que determinar si es posible y de que manera podemos lograr el resultado que queremos.

En definitiva y simplemente reflexionando en voz alta, como siempre, solo se trata de asumir que somos responsables de nuestras vidas y de nuestra cocina y de tantos aspectos desde el estado de ánimo, nuestras actitudes, pensamientos y sentimientos y al final solo se  trata de plantearte si cueces o enriqueces como en la vida misma.

                                                                 Ferrán Aparicio

                                                              30 de julio de 2016