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jueves, 10 de febrero de 2022

SAN VALENTIN

Existen varias historias sobre el origen del Día de San Valentín. Una de las más populares cuenta que, durante el Imperio Romano, el emperador Claudio II prohibía a los soldados contraer matrimonio, pues consideraba que los hombres solteros rendían mejor en la batalla.

Si te sigues informando como lo hago normalmente la wikipedia afirma El Día de San Valentín o simplemente San Valentín,  es una festividad de origen cristiano  que se celebra el  cristiano que se celebra anualmente el 14 de febrero como conmemoración de las buenas obras realizadas por san Valentín de Roma, relacionadas con el concepto universal del amor y la afectividad.

La fiesta en sí es conocida desde el siglo XX como un evento cultural significativo desde lo religioso por celebrarse el día de San Valentín y desde lo laico por relacionarse con los sentimientos del amor y la amistad.

Aunque la mayoría de las personas lo asocian con el día de los enamorados , la amistad también es parte de este día y en este sentido me viene a la cabeza un artículo de Carmen Castillo Zamorani que me premito para frasear:

“Aprendí que quien no te busca no te extraña y quien no te extraña, no te quiere. Que la vida decide quién entra en tu vida, pero tú decides quien se queda. Que la verdad duele una sola vez y la mentira duele para siempre. Por eso valora a quien te valora, y no trates como prioridad a quien te trata como una opción. (Carmen Castillo Zamora)”

Es evidente que si alguien quiere, tendrá tiempo, y si no tiene tiempo es porque no quiere o porque tiene otras prioridades que le interesan más.

Es por ello que no hay que dejarse que te mientan y tampoco resulta necesario auto engañarse, porque de hecho en la medición y organización de nuestros tiempos, siempre habrá un hueco reservado para una persona a quien se tiene ganas de ver, con quien se tiene intención de hablar o de quien preocuparse, es sólo una prioridad personal de la base del cariño y del amor.

Conforme vamos creciendo la vida nos va poniendo más complicada la tarea de conseguir esos huecos para los demás o incluso para aquellas actividades que tanto nos gustan, principalmente porque nos invaden otras ocupaciones que nos roban casi la totalidad del tiempo libre del que disponemos. Sin embargo, no es verdad que no lo tengamos: dicen que “querer es poder” y, en el caso de las relaciones personales, resulta una premisa muy importante.

Es bien cierto que la atención no se ruega, incluso que pasado los duelos de las desilusiones, llegas a acoplarte al estado de la indiferencia, al menos como muestra de superación de la decepción, y por otra parte como medio de abrir los ojos a otros caminos y otras perspectivas. Es una consecuencia natural del paso de los años que tengamos que ir aprendiendo a organizar los espacios libres ante otras cosas como el trabajo, la vida cotidiana o simplemente nuestras relaciones personales y sociales; razón por la cual hay quien afirma que la vida es un cúmulo de prioridades y segundas opciones.

Cuando clasificamos mentalmente nuestras relaciones en prioridades u opciones lo que hacemos realmente es movernos en función del valor que le damos a unas u otras personas. Por lo tanto, abre los ojos todo lo que puedas y, si te das cuenta de que no te dan el valor que te mereces, no lo ruegues: mendigar atención es algo que sí que no se merece nadie.

Si te encuentras en esa situación en la que sientes que das el 100 por 100 de ti mismo, por algo que debe ser recíproco y no lo es, quizá es el momento de ver que detrás de la falta de tiempo hay excusas y poco interés. Suele ser doloroso y decepcionante, pero es más saludable a la larga solucionar ese desequilibrio que seguir manteniéndolo: al fin y al cabo la unión de dos personas es un contrato, en el cual dar es gratificante pero recibir también es necesario dar , si es que realmente lo sientes o quieres hacerlo como una prioridad personal, pues todo esto sirve para el amor y la amistad, que al final son dos grandes principios y valores en la vida de una persona.

 Ferrán Aparicio

10 de Febrero de 2022



domingo, 30 de agosto de 2020

PERDER, TAMBIÉN ES VIVIR


Hace tiempo leí un artículo que hablaba de este tema, en el que se expresaba la idea de que perdiendo también se vivía y en definitiva hablaba que la  experiencia nos aporta en la pérdida una gran sabiduría, como para generar un crecimiento mayor que  simplemente ganando.

A todos los humanos, como humanos que somos que no divinos, nos gusta ganar,  unos lo centran normalmente en el dinero, pero sin embargo, si bien es cierto que hay una frase genérica que dice que el dinero no da la felicidad, si da la seguridad, independientemente que no cura los males crónicos de una enfermedad.

Pero hiendo  un poquito  más allá el bloqueo mental  que nos producen determinados miedos, nos impiden visualizar aquello que realmente nos gustaría hacer y que está vetado por el hecho de vivir de una determinada forma: cantar, bailar, pintar y tantos y tantos verbos que denotan acción están abiertos a poder materializarlos aunque nos equivoquemos en el planteamiento, pues haciéndolo habremos superado la barrera inactiva de   los miedos.

Es claro que escribir o al menos a mí me lo parece ayude a sacar desde nuestro interior esas proyecciones imaginarias que vemos como figuras o conceptos imposibles, cuando en realidad no lo son. Pero no hay que centrarse en el plano material de la cosas, los coches, los pisos o las camas, como aquel que dice, sino a otros factores, como comunicación, amistad, autoestima, alexitimia y tantos conceptos variopintos y realidades espirituales que se hayan bloqueadas hasta el punto que nos frena un estado depresivo de insatisfacción e incluso de tendencias y sentimientos depresivos.

Lo pasado, pasado está, desde el punto de vista positivo podemos valorar aquellos recuerdos de lo que nos han hecho felices, bien por ser logros adquiridos así como situaciones vividas.

Pero la cuestión es cómo enfrentarse al presente sino somos capaces de perdonar, aceptar, y asimilar aquello que llevamos dentro y no podemos olvidad. Quizás y sólo quizás aquí esté la clave, en centrarnos en éste momento, empezar a meditar de no como hubiese podido ser , sino el cómo puede ser o como podré llegar a ser, estar o vivir.

La verbalización se la lleva el viento, pero  lo que queda por escrito tienen una relación mayor con el alma, en cuanto que nos permite aflorar, un número mayor de campos y conceptos, arrinconados por miedos y angustias.

El plantearnos como nos gustaría vivir en un año, a que nos gustará dedicarnos, cuál sería el prototipo de pareja o en el caso de que la tengamos, como podría cambiar determinados aspectos de nuestra relación personal, creo que es una de las terapias  de antibloqueo más efectiva y productiva.

El problema surge muchas veces, cuando nos preguntamos, preguntas tan básicas y también tan radicales a las que en un momento de contestación rápida no `podemos contestar, como es el caso; de donde nos gustaría vivir, en que nos gustaría trabajar. a que dedicaríamos nuestro tiempo libre o cual sería nuestra manada perfecta y tantos y tantos aspectos, que creo fundamental plantearse en el sentido de que si perder también es vivir ,.., meditar, parar y reflexionar es el secreto para vivir de una forma mucho más satisfactoria y enriquecedora.

                                                         Ferrán Aparicio
                                                   30 de Agosto  de 2020

viernes, 1 de marzo de 2019

AMISTADES PELIGROSAS


Hay momentos que sin saber ni cómo ni por qué , te vienen recuerdos puntuales de una etapa del pasado y entre ellos los distintos amigos que han pasado por nuestra vida , y en algunos casos te llega la pregunta de que habrá sido de ellos , pues con el tiempo se han disuadido en la niebla de la vida.

La amistad como concepto y cuando la observas desde la perspectiva de la vida la asocias a un complemento de juventud, esa etapa donde todo está por llegar y hay tiempo para todo, toda la vida está por delante y no existen cargas , ni familiares, ni laborales,  ni perro que te ladre.

Esas amistades de juventud se caracterizan por su inocencia, son amigos que no te importan ni quiénes son, ni que tienen, no sirve aquello de que por tu interés te quiero Andrés, simplemente se utiliza aquella máxima que los amigos de mis amigos, también son mis amigos , un mundo infinito de gente con la que compartir un mundo inocente.

El problema o la tesitura cambia cuando van pasando los años y vas cerrando círculos y entre ellos el de las amistades superfluas que no te aportan nada y el círculo se hace más pequeño, simplemente  queda lo auténtico, y cómo suele ocurrir que a los que lo fueron  amigos en su día, se les ve cada vez menos.

También es cierto que hacer nuevos amigos que se conviertan en inseparables, resulta temporalmente difícil, pues la amistad también se relaciona con el factor tiempo y no es algo que salga de un día para otro, te tiene que acompañar a lo largo de un periodo de tu vida y, sobre todo, en los malos momentos.

Sin embargo estarán de acuerdo conmigo, que la amistad más allá de su significado académico, se usa actualmente en las redes sociales con demasiada facilidad, sin embargo cuando uno empieza a cumplir años se vuelve muy selectivo y asocia la afinidad con la amistad, en el sentido que tienes tu escala de valores muy asentada, y sabes qué te gusta y qué no te gusta, y es por ello que no te apetece andar perdiendo el tiempo con alguien que no te gusta, pues ni en el fondo te apetece compartir tu vida con ellos.

Otro factor sería el tiempo de maduración, una amistad necesita tiempo para su madurez y  fraguado y conservar una amistad supone también un coste de tiempo y que al fin y al cabo se centra en mantener viva la llama que lo mantiene vivo, la comunicación.

Quizás hacerse mayor significa que no haces tantos nuevos amigos, pero al menos eres consciente de mantener en valor los que tienes como un bien escaso y sin querer los tratas con más cuidado, en la mayoría de las ocasiones y como siempre salvo error o excepción.

No obstante lo anterior, no hay que estar cerrado en un mundo ficticio donde priman las amistades peligrosas, pues hay mucha gente maravillosa, deseando conocerte y compartir un espacio pudiendo encontrarte con otras personas con los mismos intereses y posiciones y sin un ápice de maldad, solo se trata de ser selectivo  en tu consciencia cada día , como siempre sin más.

Ferrán Aparicio
1 de marzo de 2019




domingo, 20 de agosto de 2017

LA LIBERTAD ES SABER ELEGIR

Si lo piensas  fríamente existen algunos comportamientos claves que nos ayudan a darnos cuenta de cuando  hay gente que no quieren compartir, aunque sea una pequeña porción de tiempo con nosotros.

La motivación de muchos de ellos se basa en que te vean como una posibilidad y no como una certeza y reflexionando en un día como hoy que cumplo años,  te das cuenta que te mereces ser un plan prioritario y no una opción segura cuando los planes iniciales fallan.

Es cierto, que a todos nos ha pasado tener a un amigo, una pareja o un familiar al que incluiríamos sin dudarlo dentro de nuestras prioridades pero que, en un momento dado, ha comenzado a darnos un poco de lado. Puede que algo haya pasado y lo mejor es hablarlo, pero también puede que ya lo hayas hecho y la falta de interés por mantener el contacto o conservar la relación empeore progresivamente: y hay que recordar  que quererse no tiene calendario.

Hoy  me  hago un homenaje y me centro en  el hecho de que la libertad es saber elegir, sin connotaciones, ni coacciones, sin principios ni valores , algo como natural y de una forma brutal.

Solo se trata de reconocer y afirmar que cuando alguien nos toma como una opción secundaria, como el plan B que a nadie le gusta ser, lo que está haciendo es elegir libremente qué compartir de sí mismo y con quién hacerlo y resulta que esa elección nos ha colocado en un segundo plano, y ese derecho lo tenemos innatamente todos los que vivimos y sobrevivimos.

Por mucho que nos duela  y por aquello que la libertas  es  saber elegir, no se puede obligar a los demás a que te respondan como te gustaría, al igual que tampoco puedes sacrificar tu dignidad y tu amor propio a costa del egoísmo de cualquier persona.

El afecto desigual solo te conduciría a una realidad falsa llena de esperanza por un futuro que es improbable que alguna vez llegue a ser presente.

Es por ello que esa libertad de elección la tenemos todos y no sólo es exclusiva de alguien, tú también la tienes. Por ello te recomiendo que lo pienses y aún con grandes posibilidades de equivocarte elige bien a quién quieres en tu vida y, cuando lo hagas, es probable que sea el momento de pensar quién te ha elegido en la suya: valora a quien te demuestre que quiere estar a tu lado. Es un proceso muy natural de empatía social, pues al final nos encaramos a aquello que somos afines en principios y valores y lo que es bien cierto que todos vamos evolucionando en el tiempo y al final y con la perspectiva del tiempo , son pocos con los que empezaste el camino los que siguen a tu lado, todos nos hemos reposicionado lo que no impide que nos sintamos bien.

Al final, la experiencia te demuestra una vez pasado los correspondientes duelos, que sólo se  trata de cultivar relaciones honestas que permitan mantener una autoestima equilibrada y nos dejen retroalimentarnos de las pequeñas cosas de los dos. No es algo fácil, pero los retos con las mejores recompensas nunca lo fueron.

             Ferrán Aparicio
20 de Agosto de 2017