La
otra noche estaba a punto de acostarme cuando me vino la idea de que la vida era como un parchis, en el que
entrabamos a jugar al nacer, elegíamos un color y hasta que no sacábamos un
cinco no salíamos de casa.
El
parchís es un juego de mesa derivado del “pachisi” y similar al “ludo”, al “parqués”
y al “parcheesi”, tal cual lo define la Wikipedia y es muy popular en España. Se juega con 1 dado
y 4 fichas para cada uno de los jugadores.
El
objeto del juego como presuntamente es
en la vida, es que cada jugador lleve sus fichas desde la salida hasta la meta
intentando, en el camino, comerse a las demás bien de una manera consciente o bien
de una manera inconsciente, pero el avance individual esta superditado como al
cangregismo desmesurado, en el que salir de la casa no es fácil.
Al
final del juego, el primero en conseguirlo será el ganador y todo volverá a empezar. Cuando tienes barreras del mismo
color en distinto apartado que no sea el de color, sí se pueden saltar, aunque
cuando vas cumpliendo años aprendes a
saltar con facilidad pues las barreras son relativas y ya no dependen tanto del
color sino de las fuerzas que tengas para hacerlo.
El
parchís como la vida misma requiere una terminología que permita entenderse a
los jugadores, de hecho nos relacionamos por afinidad o pseudoafinidad con
fecha de caducidad pues como personas salvo error u excepción, vamos cambiando presuntamente evolucionando y
todos los conceptos, hechos, incluso personas tienen fecha de caducidad y si no
piense cuanto y cuantas personas afines le quedan, de todo lo que tenía cuando empezó
a jugar al parchis de su vida , independientemente de la edad que usted tenga ,
aunque la edad sea un rango.
La
terminología típica del parchis tienen una analogía metafórica con la vida en
cuanto que las casillas cuadradas coloreadas de las esquinas se denominan casas
o cárceles, y es donde nosotros iniciamos nuestra vida, en nuestra casa ó núcleo
familiar.
Las
casillas rectangulares, coloreadas y numeradas que hay junto a cada casa se
denominan salidas, y se suponen que son el lanzamiento a la independencia para
iniciar ese largo camino que lleva a
darle una gran vuelta hasta llegar al nicho final.
Las
casillas rectangulares grises o marcadas de otro color se denominan seguros, y
son las zonas de confort que nos vamos buscando a lo largo de nuestra vida;
mientras que las casillas triangulares coloreadas del centro del tablero se
denominan metas, y como metas que son
implican los objetivos que nos hacen movernos , como elemento estructurador de
nuestra motivación.
Al
final las reglas, son las reglas y como las
leyes están para cumplirlas, porque aunque sabemos que dos fichas de igual o
distinto color en la misma casilla forman una barrera o puente, al final sabes
que pueden comerte o capturarte cuando una ficha ocupa la posición de una ficha
contraria y esta última se mueve a su casa.
Ferrán Aparicio
1 de abril de 2016