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sábado, 30 de mayo de 2015

DOS PUNTO CERO, CERO PUNTO DOS


La verdad es que hay términos que sorprenden, por aquello que todo está inventado, pero leo historietas como la teoría del dos puntos cero en relación a la difusión en los medios de comunicación, y me viene a la cabeza cero punto dos, por aquello de lo jocoso que me resulta.

Además del dos punto cero, resuenan términos como branding, marca propia, mercadotecnia y un sinfín de ellos que se ha engrosado en los nuevos temarios de nuevas carreras de diseño industrial, diseño gráfico y otras hierbas, por decir un algo.

Lo que es cierto, es que podemos y pueden llamarlo como quieran, pero lo que también es cierto que simplemente se trata de conceptos asociados  en forma directa o indirecta al nombre o producto que alguien ha creado y que el mercado identifica por una serie  de características que lo definen con un estilo propio.

Es cierto que diferenciarse hoy resulta cada vez más difícil, pues las tendencias están muy focalizadas y la diversidad es una realidad, con lo que hay marcas y productos para todo un mundo consumista que sólo hace que elegir lo que le viene en gana en función de sus medios y necesidades.

Sin embargo  una de las cosas que vibra más en los productos y especialmente lo que buscan los creadores del producto dentro del proceso que intervengan  es transmitir una emoción en lo que crean, lo que en el elemento se llama pasión, trasladado a producción.

Independiente de la emoción existen otros factores que están psicoanalizados, por aquello del trabajo en equipo, es decir cada vez trabajan más especialistas en distintos temas en la creación de un producto desde el aparente diseñador gráfico hasta el sociólogo y psicólogo, pasado por el filtro del economista y como no supervisado por el especialista en marketing, por crear una de las múltiples combinaciones que se me ocurre aporreando las teclas de mi ordenador.

Sin embargo desde mi punto de vista y llevado a la vida diaria o en especial a mi vida  y al grupo con que empatizo y socializo, hay elementos que son básicos y cada vez triunfan más en la vida moderna de cualquier producto, los productos sencillos.

 Estos factores son tan básico como la trasparencia que debe transmitir la marca que representa pues ya estamos jartos de copias e imitaciones y de hacer ricos a grandes diseñadores que sólo ponen el nombre, que podía ser el suyo o cualquier otro, que les identificara visualmente.
 
También buscamos la sencillez, tanto del producto como de su presentación, no es que estemos en una etapa plenamente minimalista, pero ya estamos saturados de tanta creación colorista, simbolista, repetitiva y combinativa.

 Animo a los dos punto cero o a los cero punto dos, a seguir su trabajo, eso sí desde la sencillez y en la idea de que el diseño debe ser único, como única debe ser la marca, pues lo que  finalmente caracteriza al producto es que sea relevante sin perder nunca su esencia primaria.

 

                                                                  Ferrán Aparicio
                                                             30 de mayo de 2015