La palabra comunicación proviene del
latín comunis que significa común, de ahí que comunicar, signifique transmitir
ideas y pensamientos con el objetivo de ponerlos en común con otro, lo que supone la utilización de un código de
comunicación compartido.
Un código es un conjunto de símbolos y
signos los cuales deben ser compartidos por los protagonistas del proceso, pero
realmente entendemos lo que nos comunica la gente a través de una mira, un
gesto o una postura, este es el lenguaje de la comunicación no verbal en el
lenguaje del teatro de la vida.
Los códigos no verbales, al igual que
el lenguaje, varían de acuerdo a las diferentes culturas, pero tienen en común
que son expresión de mensajes subliminales que ni la mente consciente es capaz
de controlar, pues surgen desde nuestro cerebro.
La
comunicación o lenguaje no verbal es un tipo de lenguaje corporal que los seres
humanos utilizan para transmitir mensajes, en la mayoría de casos de forma
inconsciente, y no sólo se transmite con las palabras, sino también a través de
los movimientos corporales como las posturas, las miradas, las distancias entre
unos y otros, la forma de sentarse o incluso de caminar.
La
comunicación no verbal que va más allá de las palabras, y por ese motivo
expresa sentimientos o estados interno como el hambre, la tristeza, la alegría,
el miedo, la indignación, el enfado, la sorpresa, etc… es igual en todo el
mundo, pues los gestos son el “idioma” internacional de la humanidad.
La
pregunta del millón es si el lenguaje corporal puede llegar a modificarse con
terapias de auto control mental y físico y la respuesta es sí, con un control
mental sobre las expresiones de nuestro cuerpo.
Lo que es bien cierto que hay
expresiones como la sonrisa que nos delatan puede utilizarse como sonrisa
defensiva, como gesto de pacificación o simplemente puede servir para
transmitir el hecho de que a una persona le gusta otra; puede suavizar un
rechazo, comunicar una actitud amigable, y animar a los demás a que le
devuelvan a uno una sonrisa.
Un
gesto es cualquier acción que envía un estímulo visual a un observador y en
cierta forma nos delata como las manos
y, en menor grado, la cabeza y los pies, pueden producir una amplia variedad de
gestos, que se emplean para una serie de propósitos diferentes y transmiten mensajes inocuos, también la
posición del cuerpo y de los miembros, la forma en que se sienta la persona,
como está de pie y cómo pasea, reflejan sus actitudes y sentimientos sobre sí
misma y su relación con los otros.
Fíjense
en ustedes mismos como espectadores de su propio teatro y tengan en cuenta que la apariencia personal, el volumen de la
voz, la entonación, la claridad, la velocidad y el tiempo de habla, son
factores que nos delatan en aquello que no queremos decir claramente.
Ferrán Aparicio
1
de agosto de 2020