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domingo, 20 de julio de 2014

CUESTION DE ESTRATEGIAS

Cuando uno llega a una cierta edad, siempre he dicho; bien por que lo estoy viviendo; bien por que me está sucediendo y ya lo reconozco como algo normal; el hecho de que se va perdiendo la vigorosidad como el alka-seltzer cuando se disuelve en el vaso.

Si bien no se trata ni de ir sumando, ni de ir restando errores, sino de acumular experiencias, un día sin más, te das cuenta que el recorrido de una vida es una sucesión de situaciones donde los accidentes o imprevistos han sido el resultado de una combinación de malas decisiones, en el caso de que las haya habido o simplemente de improvisaciones poco argumentadas, estudiadas o ejecutadas.

Es también cierto que cuando hablamos de cuestiones de éxito o fracaso, hablamos de un conjunto; que no conjuro de acciones sino de la combinación de varios elementos, como siempre al menos dos, que ya hacen multitud.

Es por esto que no existen pócimas mágicas, y que no existen secretos, sino que existen combinaciones de ingredientes, posturas, y ejercicios que finalmente acaban en éxito o fracaso, tanto en el campo personal como en el campo profesional,según se combienen los ingredientes.

Siendo sinceros y acercándonos al principio maquiavélico de que el fin justifica los medios, si bien muchas veces suena algo chocante y dentro por supuesto de la magia blanca de la vida, un día te das cuenta con la perspectiva del tiempo de cómo si hubiéramos jugado bien nuestras cartas o ejecutado en otro orden nuestras acciones hubiéramos obtenido lo que codiciosamente habíamos planificado.

Pero llega un momento en que finalmente te das cuenta que todo es cuestión de estrategia, que no se tratar de parar pero si de aquietar y reflexionar sobre lo que hemos aprendido. Es cierto que hay cosas que nos suceden y no tienen explicación y hay otras que bien pensadas nos pasan por no haber sido estrategas, tanto en lo profesional como en nuestras relaciones sociales.

La estrategia nos ayuda a ajustar nuestra vida como horma al zapato, y llevar a la acción lo que con tanta vileza hemos reflexionado, eso si sabiendo a que objetivo nos dirigimos, haciendo las cosas bien y tratando de mejorar tanto en lo que te pertenece como lo que no te pertenece pero te afecta.

Ingredientes como profesionalidad, fiabilidad, vistosidad, amabilidad,…, incluso ternura, en su justa medida y proporción, son quizás y sólo quizás, esa estrategia a medida que sólo nosotros podemos pocimar, sabiendo distinguir en cualquier caso las razones del éxito respecto a las razones de la felicidad.

Ferran Aparicio
20 de julio de 2014