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sábado, 15 de diciembre de 2018

EFECTO PIGMALION

Mucho he utilizado la palabra perseverancia, en este blog, pues estoy convencido de su significado y significante, aunque muchas veces no sea merecedor de su contenido y contexto por comodidad o zona de confort, pero lo que si es cierto que en el ámbito de la perseverancia se desarrolla en el efecto Pigmalión bien por causalidad, bien por causalidad.

En este sentido el efecto Pigmalión es uno de los sucesos que tanto en el ámbito personal, como en el profesional, por determinar dos ámbitos básicos, pueden ser más productivos o contraproducentes en relación a la perseverancia o la ausencia de ella.

Sin embargo el efecto Pigmalión se puede identificar en varias versiones entre las que cabe destacar bien por el suceso por el que una persona consigue lo que se proponía previamente a la causa de la creencia de que puede conseguirlo o bien por la expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que la expectativa se vuelva cierta.

Es cierto que la sincronicidad en el día a día, aparecen y suceden actos porque conscientemente o inconscientemente, respondemos a los que las personas que nos rodean esperan de nosotros, desencadenando un conjunto de acciones que nos llevan mucho más allá de lo que podemos imaginar y en cualquier caso esperar, relegando de esta manera el concepto psicológico de efecto Pigmalión.

Como todo tiene su significado el efecto Pigmalión se basa en la mitología griega, en la que Pigmalión modeló una estatua de marfil tan bella que se enamoró perdidamente de la misma, hasta el punto de rogar a los dioses para que la escultura cobrara vida y poder amarla como a una mujer real. Venus decidió complacer al escultor y dar vida a esa estatua, que se convirtió en la deseada amante y compañera de Pigmalión.

Reconocer y reflexionar sobre el efecto Pigmalión es aceptar ese proceso mediante el cual las creencias y expectativas de una persona respecto a otro individuo afectan de tal manera a su conducta que el segundo tiene que confirmarlas de alguna forma o manera.

Como todo en la vida las profecías y mitologías tienden a realizarse cuando hay un fuerte deseo que las impulsa del mismo modo que nuestros propios miedos tienden a catalizar que se produzca lo que se teme, por lo que el equilibrio entre el deseo y el miedo es la virtud de los acontecimientos. Quizás y lo más conveniente sería poner el listón alto porque así subirían nuestras metas y expectativas, eso si dentro de nuestras posibilidades y siempre aprendiendo a usarlo de forma positiva.

Les animo a acrecentar la confianza que los demás depositan en ustedes, pues en cualquier caso es acrecentar una fuerza vital para conseguir nuestros propios objetivos en cuanto que nuestros éxitos están condicionados a las expectativas, de la misma forma y recíprocamente que nosotros podemos ejercer el efecto Pigmalión sobre las personas que nos rodean y favorecer que estos se desarrollen plenamente en sus objetivos vitales.

Ferrán Aparicio
15 de Diciembre de 2018



martes, 10 de febrero de 2015

EFECTO PIGMALION




Mucho he utilizado la palabra perseverancia, en este blog, pues estoy convencido de su significado y significante, aunque muchas veces no sea merecedor de su contenido y contexto por comodidad o zona de confort, pero lo que si es cierto que en el ámbito de la perseverancia se desarrolla en el efecto Pigmalión bien por causalidad, bien por causalidad.

En este sentido el efecto Pigmalión es uno de los sucesos que tanto en el ámbito personal, como en el profesional, por determinar dos ámbitos básicos, pueden ser más productivos o contraproducentes en relación a la perseverancia o la ausencia de ella.

Sin embargo el efecto Pigmalión se puede identificar en varias versiones entre las que cabe destacar bien por el suceso por el que una persona consigue lo que se proponía previamente a la causa de la creencia de que puede conseguirlo o bien por la expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que la expectativa se vuelva cierta.

Es cierto que la sincronicidad en el día a día, aparecen y suceden actos porque conscientemente o inconscientemente, respondemos a los que las personas que nos rodean esperan de nosotros, desencadenando un conjunto de acciones que nos llevan mucho más allá de lo que podemos imaginar y en cualquier caso esperar, relegando de esta manera el concepto psicológico de efecto Pigmalión.

Como todo tiene su significado el efecto Pigmalión se basa en la mitología griega, en la que Pigmalión modeló una estatua de marfil tan bella que se enamoró perdidamente de la misma, hasta el punto de rogar a los dioses para que la escultura cobrara vida y poder amarla como a una mujer real. Venus decidió complacer al escultor y dar vida a esa estatua, que se convirtió en la deseada amante y compañera de Pigmalión.

Reconocer y reflexionar sobre el efecto Pigmalión es aceptar ese proceso mediante el cual las creencias y expectativas de una persona respecto a otro individuo afectan de tal manera a su conducta que el segundo tiene que confirmarlas de alguna forma o manera.

Como todo en la vida las profecías y mitologías tienden a realizarse cuando hay un fuerte deseo que las impulsa del mismo modo que nuestros propios miedos tienden a catalizar que se produzca lo que se teme, por lo que el equilibrio entre el deseo y el miedo es la virtud de los acontecimientos. Quizás y lo más conveniente sería poner el listón alto porque así subirían nuestras metas y expectativas, eso si dentro de nuestras posibilidades y siempre aprendiendo a usarlo de forma positiva.

Les animo a acrecentar la confianza que los demás depositan en ustedes, pues en cualquier caso es acrecentar una fuerza vital para conseguir nuestros propios objetivos en cuanto que nuestros éxitos están condicionados a las expectativas, de la misma forma y recíprocamente que nosotros podemos ejercer el efecto Pigmalión sobre las personas que nos rodean y favorecer que estos se desarrollen plenamente en sus objetivos vitales.

Ferrán Aparicio
10 de febrero de 2015