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martes, 1 de noviembre de 2016

BUSCANDO EL NORTE



En ocasiones he sentido sensaciones de estar viviendo como una brújula, unas veces buscando el Norte y otras el Sur al mismo tiempo, como si de un campo magnético se tratara, capaz de no reconocer en qué punto me encontraba y en otras ocasiones y desde la observancia, he podido ver y reconocer, cuantas contrariedades suceden a mi alrededor, especialmente una vez que pones cierta atención en cuanto y a donde se dirige la gente observada.

Es bien cierto, que como personas nuestra mente es capaz de seleccionar el estado consciente en el que queremos estar; desvirtuando, olvidando o escondiendo ciertos factores o elementos en el mundo subconsciente.

Sin embargo y siendo conscientes o inconscientes, si sentimos la idea, de estar acertados o equivocados sobre la dirección que no nos movemos, especialmente cuando nuestra mente y nuestro cuerpo trabajan al unísono y sentimos una satisfacción vital.

Sin embargo y en medio de esa brújula que siempre busca el norte por definición, se encuentra en medio el alma o ánima, de nuestra psique, de la que no somos conscientes pero de la que proceden los impulsos, sueños, anhelos y en definitiva deseos que nos llevan o nos han traído al momento y lugar donde estamos.

Y cuando eres consciente de esa anima o alma, es cuando llegas a comprender la trascendencia de la existencia del plano interior de nuestro ser que nos demuestra que existe y es importante atender sus necesidades al igual que hacemos con nuestro cuerpo y nuestra mente en un estado consciente.

Este proceso se nos plantea cuando nuestra brújula interior está marcando el norte y nosotros caminamos en otra dirección o simplemente desconocemos a donde nos dirigimos y que dirección estamos tomando. Surge en este estado como una alarma interior muy difícil de explicar y muy relacionada con el sentimiento intuitivo de que algo no va bien y el ánima solicita que reconozcamos su existencia y la tengamos en cuenta de vez en cuando.

Esa revisión o supervisión de nuestro estado anímico, refleja la necesidad espiritual de contrastar los valores existenciales con los reales a efectos de rectificar ese norte que todos buscamos y que no es más que un estado de búsqueda de eterna felicidad que no existe en general, salvo error o excepción, más que como suma de pequeños momentos de felicidad.


Al fin y al cabo nuestro interior, nuestro ego, también tiene necesidad de sentirse satisfecho y cumplir sus sueños y que sus anhelos, sean satisfechos y el alma o ánima que como ente abstracto no tácitamente reconocible nos llama la atención para que de alguna manera atendamos la necesidad interior de experimentar satisfacción y alegría en nuestra vida.

Al final sólo se trata de hacer coincidir conscientemente nuestra brújula exterior con lo que de una forma intuitiva espiritual e interior nos va marcando el verdadero norte, nuestra anima, como siempre , sin más.

Ferrán Aparicio
1 de Noviembre de 2016