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jueves, 25 de abril de 2019

COMPROMISOS FUNDAMENTALES


La educación es el proceso de facilitar el aprendizaje o la adquisición de conocimientos, habilidades, valores, creencias y hábitos de un grupo de personas que los transfieren a otras personas, a través de la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza, el ejemplo, la formación o la investigación, nos define la Wikipedia.

Sin embargo La educación no solo se produce a través de la palabra, pues además está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes y también en nuestros compromisos, ante nosotros mismo y para con los demás.

Existe una educación conocida como no formal  que es la estudia la pedagogía    y analiza los compromisos con aquellos valores que nos resultan fundamentales para nuestra vida.

Esos compromisos fundamentales se basan en la sensibilidad,  la bondad, el respeto,  la humildad,  la confianza, la fe,  la gratitud, la sabiduría, la sinceridad, el amor, la amistad, el cariño y la incondicionalidad, por decir unos cuantos.

Por nuestras vidas pasan un sinfín de personas, la mayoría de ellas tiene algo que enseñarnos, algo que aportarnos o algo especial que sacar de nosotros para que nos conozcamos mejor  y es con quienes aplicamos esos compromisos fundamentales de nuestra propia pedagogía.

Si pudiésemos escoger a las personas con las cuales nos rodeamos, que muchas veces es posible, recomendaría hacerlo de aquellas que nos permiten ser nosotros mismos, que respetan  nuestros compromisos fundamentales, como  la esencia de nuestros valores y de nuestra personalidad.

 Si bien es cierto que esto no debería depender de las personas que nos rodean, sino que nuestra autenticidad debería estar constantemente con nosotros, también es cierto que eso no es tan práctico como suena, que muchas personas ejercen algún tipo de influencia sobre nuestro ser que puede limitar nuestra esencia.

Aquellas personas con las que se nos hace más sencillo expresar nuestras ideas, hacer nuestras bromas, llorar en ciertas ocasiones, contarles nuestros planes, aquellas con las que desarrollamos un alto grado de confianza, que nos permiten expresarnos libremente, cómodamente, que no esperan una conducta o una reacción particular, son personas absolutamente necesarias en nuestras vidas, que nos recuerdan con su presencia y con su trato que está bien ser como somos, que podemos ser amados y aceptados sin colocarnos ningún tipo de máscaras o fachadas y convivir perfectamente con nuestros  compromisos existenciales.

Por nuestras vidas pasan un sinfín de personas, la mayoría de ellas tiene algo que enseñarnos, algo que aportarnos o algo especial que sacar de nosotros para que nos conozcamos mejor, pero lo importante es mantener el compromiso fundamental con nosotros mismos  y mostrarnos tal cual somos nos permite reafirmar nuestra esencia, , nos da la libertad de ser auténticos ante nosotros mismos y ante el resto de las personas.

                                                        Ferrán Aparicio
                                                      25 de abril de 2019



jueves, 25 de junio de 2015

GENERANDO EXPECTATIVAS


Hace menos de un mes hemos asistido al circo mediático en el que todos los personajes que lo componen se sienten ganadores, desde los viejos elefantes, pasando por los payasos  hasta llegar a los  a  los domadores de fieras, y por supuesto con la asistencia de ese público general, sin diferenciar quien se sienta en palco o en  platea, o simplemente en el gallinero , porque cada uno en su papel  sólo actúan y son más de lo mismo, personas generando expectativas como seres humanos que son.

Generalizando no se ofende y como se dice al que le pica ajos come, a mí de momento no me pica nada más que la curiosidad de plantearme si todo el procedimiento que hemos vivido ha servido para generar alguna expectativa, porque en el fondo de la cuestión seguimos siendo los mismos por decir un algo.

Lo que también resulta curioso es pensar que las cosas que más ansiedad nos generan, son aquellas cosas que ocurren y simplemente pasan sin avisar y nos duelen en cuanto que no se corresponden   con nuestras expectativas imaginadas.

Así nos hemos quedado muchos españoles, viendo pasar el bolo de las expectativas sin que se haya cumplido nada más que un remix de intenciones banales que no van a ninguna parte y tenemos para unos  años de frustración compartida.

Es cierto que si lo pensamos fríamente todo  nuestro planteamiento era consecuencia de una imaginación y pensábamos desde un primer momento que las cosas iban a ocurrir  de una forma determinada y lo que ha sucedido es que cuanto más se desvía la realidad  de  nuestra imaginación, más angustiados nos sentimos.

Por otra parte,  siempre queda la novedad como algo diferente, aunque en el fondo no confiemos que sea la solución de nuestra vida, mientras se intenta se adquiere una experiencia eso sí que no sabemos cuánto nos va a costar ni cuánto va a durar , pero pasamos el tiempo y volvemos al ciclo de crearnos unas nuevas expectativas .

La dificultad está en cómo actuar de forma diferente sin haber modificado previamente nuestras creencias, porque es un círculo vicioso difícil de romper. Por supuesto que es posible, pero no es sencillo. Y ahí es donde hay que trabajar mucho en nosotros mismos, en conocernos y ponernos retos y no caer en falsas expectativas.

Si cuantificamos nuestras expectativas de una manera exacta al margen del tema u objetivo que nos planteamos, es mucho más fácil que obtengamos lo que queramos, sin tener que volver a repetir el ciclo de aliviar una frustración generándonos una nueva ilusión, que al fin y al cabo nada tiene que ver con la realidad, porque  eso sí que es nuestra realidad, el día a día.

Es difícil sustraerse a todas esas influencias pues provocan una sensación de tranquilidad y seguridad, pero para volver a descubrir esa esencia, ese yo perdido, hay que experimentar aunque sólo sea  generando expectativas.

                                              

                                                                 Ferrán Aparicio
                                                             25 de junio de 2015