No sé si es el calor del verano o la
falta de una placenteras vacaciones, pero la verdad es que en esta etapa me
siento algo más cansado o dicho de otra forma con falta de energía, lo que como
siempre me ha hecho pensar en cómo utilizar correctamente los recursos que cada
uno dispone como es la energía vital que es personal y como siempre intransferible.
Hay veces
que de una manera natural buscamos la sabiduría más allá de la racionalidad a
través del autoconocimiento interior o simplemente a partir de determinadas
acciones y reacciones que como pautas nuestro cuerpo y nuestra mente nos va
transmitiendo.
Pero la
simple idea que todo los que nos rodea, incluyéndonos a nosotros mismos y lo
que sentimos, son sólo construcciones mentales y por tanto en la medida de que
nos abramos a una mente sana y sincera es ya un paso para no perder la energía
que tenemos y acceder a un mundo controlado de ser consciente plenamente de lo
que cada uno somos, simplemente con el hecho de vivir el momento y el lugar
donde acontecen las cosas.
Es bien
cierto que todos tenemos en función de nuestra forma de ser, estado de salud y edad, por decir tres variables de
partida y una carga de energía asignada
en un momento dado y es nuestra responsabilidad el utilizarla conscientemente y
correctamente, por aquello de no perder la energía en algo que no nos aporta nada
y puede incluso tildarse de vanal o simplemente innecesario.
Y ahí
está el centro de la cuestión que sólo
consiste, en analizar cuáles son nuestro ladrones de energía que van
desde personas que solo irradian negatividad a remordimientos no asimilados por
errores u excepciones cometidas que ya no tienen solución en el tiempo
presente.
La
consciencia del aquí y ahora, revela un estado de plenitud de saber
reconocer aquellas cosas que puedes
delegar y prefieres no hacer, así como dedicar el tiempo a lo que te hace feliz
y disfrutas, pues muchas veces la rutina
nos lleva por el camino de las nimiedades y sólo nos aleja de lo que es
significante en nuestra vida.
Respecto
a otros ladrones de energía de orden
material que no personal, son cosas tan básicas como el espacio de cosas y enseres que nos rodean, el otro oía algo que
me llamo la atención y es que con cierto orden sólo se trabaja la mitad y me
hizo pensar que para la vida misma es algo parecido el orden y la organización son factores que nos aportan
una tranquilidad vital en general salvo síndrome de Diógenes crónico y adquirido.
La
naturaleza, tiene ritmos y tu vida también nada te hace perder más energía que
el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar. Al final sólo
se trata de darte permiso para descansar si estás en un momento que lo
necesitas y darte permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.
Ferrán
Aparicio
10 de Agosto de 2016