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lunes, 5 de febrero de 2018

LA DUDA

Se define la duda como  una indeterminación entre dos decisiones o dos juicios, sin embargo la duda puede llegar más allá por lo transcendental que puede ser en función de las circunstancias que la motiven.

En términos jurídicos de la misma forma que entendemos que “el que calla otorga”, conocemos la expresión “del beneficio de la duda”, lo cual te manifiesta que la duda no siempre tiene carácter negativo o peyorativo, sino que puede incluso ser beneficiosa.

Lo que está claro bien por qué lo hemos sentido o simplemente experimentado, es que la duda supone un estado de incertidumbre, puesto que donde hay dudas no hay certezas. En este sentido, la duda supone  un límite a la confianza ya que, donde hay dudas, no existe la creencia en la verdad de un conocimiento.

En sentido contrario la duda se  puede plantear como un conocido dicho que se deriva de lo relatado por el filósofo griego Platón sobre Sócrates, “sólo sé que no se nada”, si bien en el fondo plantea la duda de que se cree que sabe algo, mientras que no sabe. Por otra parte, yo, que igualmente no sé nada, tampoco creo saber algo.

La duda  se plantea como que no está diciendo que no sabe nada, sino que hace ver que no se puede saber algo con absoluta certeza, incluso en los casos en los que uno cree estar seguro. En éste sentido es cuando una duda es aceptada como ignorancia y  puede convertirse en una fuente de conocimiento ya que impulsa a la reflexión, el estudio y la investigación, lo cual no es cuestión baladí.

Hablando en voz alta y escribiendo al mismo tiempo, tenemos que dejar patente que existe lo que se conoce como duda filosófica y no es más  que  ese periodo en el que una persona, de manera absolutamente voluntaria, decide suspender el juicio con el claro objetivo de que pueda por sí misma llevar a cabo un proceso de coordinación tanto de los conocimientos que posee, como de sus ideas respecto a un tema concreto.

Por otra parte, no podemos obviar el hecho de que también es habitual que hablemos dentro del campo filosófico de lo que se conoce como desatar la duda. Concretamente con dicha locución verbal lo que intenta expresarse es que alguien está dándole solución a un asunto concreto.

Grandes filósofos han planteado que rechazar aceptar todo aquello de lo que pudiera dudarse desde un punto de vista racional, era falsear un raciocinio, pues al fin y al cabo, todos tenemos dentro una sabiduría infinita que es capaz de proporcionarnos la mejor vida posible, o al menos intentarlo desde la duda.

La duda vital es aprehender a confiar en esa sabiduría interior para poder  comenzar a introducir cambios en nuestra vida, todos sabemos que no somos las mismas personas en el tiempo, que vamos evolucionando, que nuestras circunstancias y necesidades vitales cambian y sólo se trata  de tener conciencia que necesitas un cambio, desde la dudad vital, pues al final  nos damos cuenta que esas cosas exclusivamente dependen de nosotros.

                                                             Ferrán Aparicio
                                                       5 de febrero de 2018