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viernes, 1 de julio de 2022

LOS BOTONES DE MI MADRE

Hace tiempo leí un artículo firmado por Mónica Lalanda, médico de urgencias en algún lugar de España, cuyo titulo era los botones de mi madre, que me llamó francamente la atención.

Hace tres meses que mi madre nos abandonó y aunque parece que fue ayer, le dedico este artículo con gran cariño, pues me identifico esencialmente con la idea fundamental que transmitía.

Mónica Lalanda se define en su biografía  como idealista y sobre todo inconformista y transmite que casi todo se puede hacer mejor y para eso hay que echarle arrojo, valentía, fuerza, ilusión, imaginación y esfuerzo , principios y valores, con los que me he convivido todos los años de mi vida y que de momento no pienso abandonar per sé.

Reflexionaba en su artículo, por la vivencia que había tenido y que todos hemos vivido en mayor o menor  implicación que deshacer la casa de tus padres, tus abuelos, o cualquier familiar cercano en la escala de proximidad sanguinea,  es el siguiente escalón a enterrarlos, un duro trago que se hace con una mezcla de ternura, emoción y tristeza infinita.

Supone de alguna manera y ante la ausencia de esa persona querida,  rescatar recuerdos, encontrar pequeños tesoros que no recordabas o que ni siquiera sabías que existían, lo mismo que nos pasa en nuestra casa cuando sacamos un armario o abrimos una cómoda, sin hacer mención a ese trastero en el que olvidamos aquello que no utilizamos pero ha sido parte de nuestra vida y por ello lo guardamos.

Cuando hablamos de los nuestro, hablamos de recuerdos, situaciones y etapas pasadas que nos vuelven a la memoria y recordamos fielmente como si hubieran acontecido ayer mismo, pero cuando hablamos de los demás nos acordamos de las virtudes, trabajos y esfuerzos que dejaron en una caja, una colección de botones que  en antaño se reciclaban para nuevos modelos o simplemente para reponer alguno que con el cambio de botones parecía una nueva creación.

En todo este proceso de recordar la caja de botones de nuestras abuelas o de nuestra propia madre reconoces, personas excepcionales que victimas de una posguerra , de una situación económica mejor o peor , pero en cualquier  caso dificultosa, fueron capaces de desarrollarse sabiendo o sin saber , pero con un gran sentido común a la vez que práctico y pragmático,  como excelentes economistas que eran capaces de ahorrar, de dirigir familias numerosas, fantásticas cocineras, cuidadoras dedicadas, maestras de vida,..,madres, esposas, hijas y mujeres de gran envergadura.

Vivimos en una sociedad siempre con prisas, descentrada, incapaz de parar a realizar tareas sencillas o poco llamativas, hemos dejado de encontrar placer en la simplicidad de las cosas, vivimos con un pie en la virtualidad de las redes sociales, pero lo que nadie nos podrá quitar son los recuerdos y la admiración y  agradecimiento a esas personas que nos labraron como personas y personajes que somos, como siempre, sin más, pero con gran recuerdo y emoción  añadida.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                        1  de Julio de 2022

jueves, 15 de septiembre de 2016

LUZ DE LUCES

Dicen que tras el periodo vacacional y  tras una inactividad laboral temporal vienen las consecuencias de la integración y entre ellas la necesidad de recuperar la ilusión.

La ausencia de consciencia de la problemática diaria hace que nos relajemos con demasía, sin embargo cuando nos integramos en un ritmo de vida distinto en el que los problemas y las dificultades nos asedian es cuando manifestamos que necesitamos recuperar la ilusión, la luz,…, la luz de luces, y como para todo en esta vida hay que estar ciertamente preparado.

Dicen los psicólogos que el término ilusión se utiliza para referirse a una esperanza infundada, sin embargo la ilusión por las cosas nos hace fuertes en el camino diario y permite movilizar el presente y revolucionarnos positivamente.

Como siempre el secreto de la pócima se halla en el elemento ese conjuro de varios ingredientes que nos permiten tener la llama de la ilusión de alguna forma viva.

Uno de los ingredientes para mantener la llama de la ilusión viva es tener ordenada la vida, cosa que nos gustaría a todos al menos en una parte mínima que de alguna forma nos da la tranquilidad de lo no revuelto.

Es bien cierto que cuando uno está decaído, lo que le falta es ilusión, pues la ilusión se siente como una esperanza de alegría o satisfacción, sin embargo ante estas situaciones es importante enfrentarnos a que causa o efecto nos produce el estado en que nos encontramos y si es real o fruto de unas suposiciones.

Como todo en la vida también se puede ejercitar el fomento de la ilusión sólo se trata de tomar actitudes entusiastas en las pequeñas cosas que habitualmente nos agradan, es como ir añadiendo luz a nuestro espacio vital hasta que quede totalmente iluminado.

Después de tiempo y cuando ya han pasado las dificultades presentes, la perspectiva de la vida nos hace ver de que el sufrimiento de ayer queda en el recuerdo y que en cierto modo no ha valido la pena.

En cualquier caso todos hemos tenido periodos de oscuridad y sólo se trata de al menor síntoma, intentar aportar un mínimo de luz pues sin ilusión el esfuerzo mengua y sólo en el esfuerzo está la clave para salir airoso, porque sin pequeños esfuerzos nunca pordá existir ilusión, y la ilusión es el motor de la vida, sin más.

Siendo honesto con nosotros mismos sólo se trata de reconocer  que una ilusión inalcanzable es  en sí misma una ilusión perdida, por lo que les animo como siempre a ser realistas y concienciarse en la resiliencia como acto o capacidad de reponerse ante las adversidades, pues como las brujas , existir….. existen.

                                                      Ferrán Aparicio
                                               15 de Septiembre de 2016


viernes, 5 de febrero de 2016

CAMINO A LA ILUSION


CAMINO A LA ILUSION

Es bien cierto que caminar con la mente en blanco estimula la creatividad de nuevas ideas, es como dejar fluir aquello que hemos percibido, oído o visto y queda en un espacio virtual que de repente aparece en estos momentos de inconsciencia vital que no física de un ejercicio tan básico del caminante no hay camino se hace el camino al andar.

 Y es que  caminando, me surgió la idea  de que la gente honesta no triunfa y cuanta gente honesta existe que no es reconocida, pero en su forma y manera son realmente felices o al menos lo aparentan.

Como concepto absoluto por todos es reconocido que la felicidad plena no existe, pero como concepto relativo se pueden sumar muchos momentos de felicidad en un día por lo que valga la pena sentirse plenamente satisfecho.

Vivimos en una sociedad donde todo tiene que ser reconocido, visado y sellado por decir un algo, sin darnos cuenta que ni tener mucho dinero, ni ser capaces de influir en los demás, ni de ser relevadamente reconocidos tiene que ver con un sentimiento propio e intransferible de logar y hacer aquello que realmente te satisface  sin llegar al protagonismo efímero del concepto de felicidad.

 Si abandonamos el personaje que representamos y nos pasamos al patio de platea de nuestra vida, y hacemos un playback de nuestra vida es cuando te das cuenta, que el éxito es, cuantas veces te ríes al día o cuantos momentos haces algo que te llena de satisfacción por pequeño que sea, por no hablar del tiempo que pasas con las personas  que amas o te aman, porque al fin y al cabo, eso es lo que nos hace triunfar, al menos como ganadores de nuestra propia ilusión.

Hay secretos tan básicos cuando caminamos como el hecho de cuando surge la duda de actuar, siempre entre hacer y no hacer, hay que escoger el hacer, pues al menos obtendremos como mínimo una experiencia, eso sí, desde la intuición, pues si fuera por la razón muchas veces ni nos moveríamos.

Al final de ese camino a la ilusión, te das cuenta que no hay más alivio más grande que comenzar un día a ser lo que se es, sin preocuparse por la mirada ajena, pues aunque los caminos son públicos, siempre hay un a camino personal donde nadie puede pisar sin tu propio permiso, por aquello de lo personal e intransferible.

El camino de la ilusión maneja un inconsciente donde las metáforas son aceptadas, pues en definitiva cuando un día de tas cuenta que conoces las leyes del inconsciente te das cuenta de la magia que maneja esas leyes y no es más que el mundo que nos rodea tanto en la posibilidad que se nos aparece, como las infinitas posibilidades que se nos ocultan en el misterioso mundo del inconsciente personal y colectivo.

 

                                                       Ferrán Aparicio
                                                  5 de febrero de 2016

 

viernes, 25 de diciembre de 2015

LUCES DE NAVIDAD


Hay días en el año que de alguna forma relucen de una forma especial y entre ellos se encuentra el día de Navidad, nos guste o no nos guste.
Desde un punto de vista agnóstico la navidad significaba la celebración del solsticio de invierno en el hemisferio norte, para los cristianos, el nacimiento o pasión del niño Jesús recién nacido, en ambos casos se revive como algo nuevo, pero en ambos siempre hay luces por navidad.

La navidad por sí misma es una época llena de connotaciones pues todos y digo todos, incluso los agnósticos y  muy escépticos de alguna forma hemos tenido que oir resonar campanas, villancicos y ver luces de navidad  en algún momento y es que en nuestro entorno siempre hay algún símbolo que nos recuerda que estamos en Navidad nos guste o no nos guste, la celebremos o no la celebremos.

Y es que resulta  imposible en un ámbito occidental y ya en muchos no tan occidentales donde el arraigo misionero llegó por excelencia, el no poder ser invadido por luces de colores, adornos, árboles de navidad y como no y más al norte hacia el sur, de la invasión de Papa Noel que llegó de repente sin haberlo llamado a nuestras vidas.

La comida, el abeto, el Belén o los adornos son acontecimientos u objetos simbólicos comunes a todas las familias, que sirven para dar sentido a estas fiestas, y cada una los apropia organizándolos a su manera y atribuyéndoles sus propios valores, pero la luz, las velas y otros adornos son los que  participan para dotar a dar una atmósfera mágica.

Las fiestas de navidad siempre tienen la misma secuencia y es que después de haber pasado por una nochebuena en que los excesos han hecho su aparición en la mesa familiar, se llega en pocas horas, la hora de volver a compartir mesa de nuevo con familia bien natural bien política con sus correspondientes intercambios de regalos simplemente por la obligación del calendario y como siempre de una manera rutinaria, lo cual por sí mismo es un exceso, el que se lo pueda permitir, y hasta al  cuerpo humano le llama la atención.

El problema general surge cuando en la mesa nos faltan personas que nos han creado nuestra navidad especial y a las que echamos de menos  y pasamos de ser el personaje estrella a personaje de  segunda generación bien porque hemos accedido a la paternidad , bien porque  disfrutamos de los niños de los demás.

La navidad perdura y perdurará, independientemente del posicionamiento que tenga la sociedad, la familia o el individuo pues como testigo  y muestra heredada de la generación anterior trasciende de su contenido como una etapa más en el sosticio de inviernbo , que queramos o no sucede todos los años.

La magia de la navidad queramos o no queramos nos sirve para unir familias, que con su magia y su luz, nos posiciona ante el mundo y a nosotros mismos ante él y ante nuestra familia, como siempre sin más.

 

                                                             Ferrán Aparicio

                                                    25 de Diciembre de 2015

 

martes, 10 de noviembre de 2015

LUZ DE LUCES : RECUPERANDO ILUSIONES


No sé si por cultura, asociación de ideas o simplemente educación emocional, los humanos asociamos la luz a la ilusión y la luz de luces como ese conjunto de aspectos que nos motivan en la claridad vital.

 La ilusión como concepto casi todos los que sentimos, la asociamos a la energía vital para desarrollar cualquier aspecto de la vida , es como el motor que nos retroalimenta en cada instante para seguir adelante.

El problema surge cuando se pierde la ilusión, la rutina nos atenaza y entramos en un ritmo de vida en el que los problemas nos agobian y necesitamos recuperar la ilusión.

Recuperar la ilusión es el argumento básico cuando queremos salir de un bache o situación, pero en el fondo la mayoría de las veces no sabemos lo que hablamos ni de lo que queremos, no es algo concreto sino es más una  fuerza hacia el deseo de sentirnos bien.

La ilusión como motor de la vida  es un concepto ambiguo que en realidad refleja un esperanza infundada, sin embargo funciona como energía vital para perseguir los objetivos que nos proponemos, superando cualquier tipo de dificultad o al menos intentarlo sin que nos afecte cualquier desavenencia.

Por esta misma razón hay que tener en cuenta que la ilusión es una esperanza por ser muchas veces intangible e infundada, lo que la convierte  en una creencia vital que sólo se maneja dentro de una motivación ordenada.

El ser conscientes que un término  es infundado es necesario para en todo momento mantenerse alerta en el orden de ideas  ya  que de lo contrario como de una manera mágica puede llegar a desaparecer.

Nada es gratuito en esta vida y todo tiene su sobrecoste, en este aspecto la ilusión nos ayuda a manejar emociones pequeñas en periodos cortos y con objetivos concretos y accesibles, lo que permite tener una claridad vital como luz de luces que es la ilusión.

Quizás la ilusión está reñida con lo material por aquello que el dinero no da la felicidad, pero ayuda ,  es por ello que preferiblemente  mantener la ilusión respecto a personas , lo que nos permite tener un dialogo de emociones  como feed back de lo que sentimos y lo que invertimos para que las luces estén encendidas.

Si bien todos hemos pasado por alguna desilusión con el consiguiente apagón, todos en mayor o menor medida hemos conseguido como humanos que somos , reponer esa luz como capaces que somos de reponernos ante las adversidades.

Esa resiliencia bien practicada nos permite de alguna forma resurgir como el ave Phoenix de cualquier adversidad aprendiendo que la clave es  al menos mantener una ilusión activa. 

                                                     Ferrán Aparicio
                                            10 de noviembre de 2015