Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta INDIFERENCIA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta INDIFERENCIA. Mostrar todas las entradas

miércoles, 1 de mayo de 2019

INDIFERENCIA VITAL


Cuanto más mayor te haces si lo analizas te haces más indiferente, si bien hay momentos en los que deseamos captar la atención y ser protagonistas,  pasadas ciertas edades, lo que de verdad cobra importancia para nosotros es vivir nuestra vida sin destacar para los demás, solo para nosotros mismos y nuestro entorno.

El dinero siempre se ha dicho que no hace la felicidad, pero en el fondo ayuda , sin embargo hay cosas que no se compran con dinero y es lo que nos impide adoptar la postura de indiferencia.

También es cierto que a lo largo de la vida  nos hemos decepcionado muchas veces, hemos depositado nuestra confianza en cientos de ocasiones y, bueno, la verdad es que no siempre hemos obtenido el resultado que esperábamos. Esta es la manera en que dejas de esperar algo de los demás, comienzas a darte cuenta de que debes dejar de preocuparte sobre lo que los demás esperan de ti.

Cuando en un momento de tu vida, den esos que te llega sin pedirlo una pensamiento como una idea feliz llegas a pensar  que estas en un punto de mi vida en el que ya no necesitas impresionar a nadie, pues te das cuenta que  eres como eres , sin que te importe lo que los demás piensan de tí.

Consecuentemente razonas y sientes que no necesitas engañar, ni fingir algo que tú no eres, pues te has desprendido del papel que te has buscado o te han buscado y asignado en el teatro de la vida. Pasas de actor a persona, y abandonas el personaje de la comedia para ser quien eres realmente.

También te das cuenta  que no necesitas  ser igual que nadie, y sobre todo me aceptas la realidad  tal y como eres, con tus virtudes y tus defectos, con tus manías y con tus  habilidades.

Este es el momento en el que tomas las riendas de tus deseos, guías tu vida, tienes iniciativas propias, no elogias en exceso a los demás y compartes tus pensamientos libremente, por una parte parece un abandono en tu vida social pues todo el mundo parece que quiere que mantengas el personaje que has interpretado pero por otra parte sientes el comienzo de tu libertad emocional, que al fin y al cabo es tu verdadera identidad.

La pura realidad aunque llegue tarde es que no necesitamos complacer a nadie, solo a nosotros mismos y lo que está claro es que las personas más infelices en este mundo son las personas que se preocupan demasiado por lo que piensen los demás.

A casi todos nos llega ese momento vital en el que lo que opinen los demás ya deja de importarnos, pues nos damos cuenta de que lo verdaderamente importante somos nosotros, pues la única manera de ser una persona de acero inolvidable es no pretendiéndolo y mantener esa indiferencia vital.

                                                     Ferrán Aparicio
                                                  1 de mayo de 2019


martes, 5 de marzo de 2019

EL ARTE DE IGNORAR


Dicen que la indiferencia es el mayor desprecio, sin embargo el arte de ser sabio  consiste en ignorar con inteligencia.

Sabio no es aquel que acumula muchos conocimientos y experiencias, sino quien sabe utilizar de forma efectiva cada cosa aprendida y además, es capaz de ignorar todo aquello que no es útil, que no le permite crecer para avanzar como persona.

Vivir es al fin y al cabo economizar y saber qué es lo importante, no resulta ni justo ni necesario vivir en la presunción, en aquello que creemos sin tener juicio cierto que existe o se le supone.

La primera regla de la vida nos indica que la persona más sabía es aquella que sabe ser feliz  en cada momento y que es capaz de eliminar de su existencia todo aquello que le hace daño o que no es útil, o por lo menos lo intenta, pues circunferencialmente no siempre es posible imponer  nuestra voluntad.

El arte de saber ignorar, supone  ignorar, tal cual suena y se lee, valga la redundancia y  supone en muchos casos alejarnos de ciertas situaciones e incluso de personas, lo que en realidad es  una discriminación inteligente. 

Se supone que el principal objetivo de nuestras vidas es ser feliz en el aquí y el ahora, no como mito futurible, por lo que resulta  necesario adquirir una perspectiva no solo más positiva de las cosas, sino también más realista, por lo que el secreto se halla en priorizar en el momento.

Para aprender a establecer prioridades es necesario poner en valor nuestra vida circunstancial, dar a cada cosa que nos rodea su auténtico valor, en ese  acto consciente es cuando aprendemos el arte de ignorar como herramienta , aquello que realmente nos interesa relativamente nos interesa desarrollar  en función de nuestras necesidades y deseos.

El problema surge cuando distorsionamos la realidad con banalidades consecuencia del auto-engaño o falta de claridad exponencial y nos  cuesta elegir entre lo que es importante y lo que no lo es , creándonos un conflicto interno entre las cosas que queremos y las que sabemos que nos convienen, y quizás ahí este la clave de determinar qué es lo realmente prioritario y verdadero.

Todo lo circunstancial al final, antes o después es circunstancial y si lo pensamos  fríamente ha sido aquello que en nuestras vidas nos ha desviado del arte de ignorar.

Saber ignorar es un arte que puede llevarse a cabo con elegancia y sin llegar a extremos innecesarios, simplemente se trata de centrarnos en lo que nos interesa, en las personas y no en la gente y en establecer  que vínculos vitales  son  necesarios y los que no lo son , como siempre ,...sin más.

                                                               Ferrán Aparicio
                                                           5 de marzo de 12019

viernes, 1 de febrero de 2019

INDIFERENCIA VITAL

No les ha pasado a ustedes que por circunstancias personales, un día recapacitan y se dan cuenta que han vivido un día anodino.

 Así podría definirse a la sensación de que un día de tu vida ha pasado y no ha ocurrido nada extraordinario, nada remarcable, han pasado 24 horas de tu vida se han sucedido, una detrás de la otra, y dejan tras de sí un sinsabor, una especie de melancolía por pensar que no ha habido en el transcurso de la jornada nada que haya sido especial, que haya valido la pena.

 Este suceso vuelve a repetirse cuando las semanas se suceden cuando pasan de lunes a domingo , sin más que un paso temporal del tiempo que nos acerca de enro a diciembre al paso de un año, sin más , y así sucesivamente recibimos un año, otro y otro hasta que un día te levantas y con todos sus acontecimientos tedas cuentas que ha pasado demasiado tiempo y que no hemos valorado su paso , creyendo que la temporalidad tiene tendencia al infinito , cuando en verdad no es así y el tiempo está acotado en etapas de la vida y que con lleva un final que es el fin de nuestras vías.

No trato de ser dramático , sino de reflexionar sobre la consciencia de que el paso del tiempo tiene su temporalidad y hay que ser consciente ,de ello , nunca nos imaginamos que en cualquier momento pueden surgir contrariedades y que hay que superarlas y enfrentarnos a ellas , pero lo que también es cierto es que sin demasiadas obsesiones deberíamos controlar unas metas atemporales que nos permitieran visualizar la trayectoria que deseamos para encauzar el presente proyectado en un futuro inmediato.

Consecuentemente, por nuestra propia rutina, vamos avanzando de alguna forma en lo intelectual, lo profesional, lo laboral, en nuestras relaciones , la madurez va creciendo en nosotros mismos, en nuestro comportamiento , en nuestras reacciones incluso en nuestro ímpetu de lucha, que va perdiendo fuerza como el bicarbonato cuando reacciona y se diluye en el agua cuando pasan ciertos segundos, después de haber burbujeado fuertemente.
La cuestión se centra en cuantas cosas hemos perdido en el camino por seguir una rutina acelerada que no nos lleva a algo concreto, sino a algo abstracto como es la supervivencia formal en el tiempo.

La vida está llena de un gran contenido , como una biblioteca nacional donde puedes encontrar todo tipo de temas, argumentos , materias , ciencias incluso vivencias, el problema central responde al hecho de que no tenemos tiempo para encontrarlas y apreciarlas, básicamente porque nuestra receptividad está abandonada en aras a seguir un camino preestablecido.

Les animo a plantearse, a esquematizar que cambios quieren hacer a sus vidas, que objetivos semanales deben proponerse para no cocer sino enriquecer su vida a apreciar los momentos mágicos que disponemos todos los días y los dejamos pasar, y a pesar que resulta complicado encontrar tesoros cuando el tiempo se convierte en nuestro peor enemigo y, minuto a minuto, se nos escapa un día al que no le hemos dado la oportunidad de que sea maravilloso. 
Ferrán Aparicio
1 de febrero de 2019

jueves, 1 de febrero de 2018

INDIFERENCIA VITAL

Dice el refranero popular que no hay mayor  desprecio que la indiferencia y si lo piensas fríamente es bien cierto, si bien no es una cuestión baladí, por los efectos que produce  tanto en la persona que la emite como la que la recibe.

La  ley del hielo es un recurso muy utilizado por personas que aparentemente gozan de un gran autocontrol y presumen de ser racionales antes que intuitivos y constituye un ejercicio de violencia pasiva, pero también es cierto que la indiferencia nos protege de la toxicidad de personajes que no personas, que nos afectan con su conducta, desde un punto de vista emocional.

La indiferencia vital es a veces un recurso emocional que tiene como definición conceptual a ese conjunto de comportamientos que tienen por objetivo ignorar al otro, si bien en algunas ocasiones, la víctima de este tipo de conductas ignora dicho conflicto, precisamente porque el otro no se lo ha expresado abiertamente.

La indiferencia vital tiene ese doble efecto por una parte de protección y por otra de afección, según el objetivo que queramos conseguir, pero en cualquier caso puede causar graves efectos en el otro y en caso contrario a nosotros mismos, si no nos protegemos de las amenazas del agente tóxico.

Lo que es bien cierto que aplicada con intencionalidad puede llegar a vejar a los demás y no representan nada positivo para una relación, aunque en el fondo es algo deseado intencionalmente.

La persona a quien otro le aplica la ley del hielo  o el estado permanente de indiferencia, puede llegar a experimentar sentimientos negativos muy intensos, devaluándolo personalmente e incluso anulándolo en el marco de un silencio duro y crudo, que la víctima no sabe finalmente interpretar.

La indiferencia es asociada al silencio, pero el silencio es sano cuando hay mucha exaltación y se hace necesario hacer una pausa antes de agravar lo que sucede, pero  cuando se usa como medio de control o de castigo, se convierte en abuso.

La indiferencia está asociada a la insensibilidad, el desapego o la frialdad y no hay que confundir la indiferencia con ser indiferente. Si somos indiferentes es que no nos importa nada, si bien nunca es posible conseguir aislar nuestras emociones de esta manera.

La vida está llena de momentos y circunstancias en la que optar por mostrarnos indiferentes no siempre es lo mejor, pero nunca podemos dejar de sentir y también podemos aplicar esa indiferencia vital para protegernos de la toxicidad.

 Al final de la vida cuando vas peinando canas, te das cuenta  que tanto la indiferencia como ser indiferentes, son un recurso que nos permite elegir unos estímulos para sentirlos o simplemente para apartarlos de nosotros.

                                                       Ferrán Aparicio

                                                 1 de Febrero de 2018