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viernes, 25 de marzo de 2016

ENVIDIA COCHINA


Hay términos y vocablos conjuntos que cuando por causalidad aparecen en mi vida, me siguen sorprendiendo y este es el caso, el de envidia cochina. El término no tiene desperdicio, pues por una parte recalifica el propio contenido de lo que supone la envídia a todos los niveles en la vida y lo mezquino  que resulta su ejercicio natural, en cuanto al término cochino.

La envidia surge cuando nos comparamos con otra persona y concluimos que tiene algo que nosotros anhelamos. Es decir, que nos lleva a poner el foco en nuestras carencias, las cuales se acentúan en la medida en que pensamos en ellas.

Lo peor que genera  la envidia como acto recreativo es que nos regenera  y crea el complejo de inferioridad simplemente por la idea que  de pronto sentimos que somos menos porque otros tienen más, aspecto muy equivocado para los que ya buscamos el minimalismo como sistema de vida por aquello de que es más rico quien menos necesita y por aquello que se ha puesto tan de moda de que menos es más.

Es destacable  el conjuro de negatividad que con lleva el término y la acción de la envidia, pues en cualquier caso somos  en muchas ocasiones incapaces de alegrarnos de las alegrías ajenas de la misma forma que no somos muchas veces capaces de entristecernos por las tristezas ajenas.

En el fondo nadie es susceptible de haber sentido la envidia aunque sea de una forma sana y no cochina alguna vez en su vida y es que la envidia como actitud suele ser un espejo donde reflejamos nuestras propias frustraciones. Sin embargo, reconocer nuestro complejo de inferioridad es tan doloroso, que necesitamos canalizar nuestra insatisfacción juzgando a la persona que ha conseguido eso que envidiamos.

La trascendencia de la envidia cochina consiste en el hecho de transformarla en envidia sana  dejando de añorar el éxito ajeno para comenzar a admirar y aprender de las cualidades y las fortalezas que  han permitido a otros alcanzar sus sueños.

El secreto  es muy simple y sólo se trata o bien de simplificar querencias de carencias o en su caso contrario  transformar lo que nos destruye por codicia en lo que admiramos, construyendo a través del ejemplo externo. Al final todo es tan fácil como dejar de  luchar contra lo externo, y utilizar la misma energía eso si positiva para  para construirnos por dentro.

La envidia, la de verdad, siempre es cochina, envidia no solo de querer lo que el otro tiene, sino de ansiar que él no lo tenga, llegando al concepto  en su máxima expresión, la que sentimos por aquello que no podemos alcanzar y hacia aquellas personas a las que no soportamos.

La envidia en un sentimiento, es una energía y, como toda energía, produce cambios en la realidad, es por ello que detectar aquellas personas que se sienten atraídas por las cualidades de otra y van llenándose de su energía es un objetivo claro y como siempre líbrese de su peor enemigo que del mío ya me libro yo.

                                                               Ferrán Aparicio

                                                            25 de marzo de 2016

 

 

 

 

 

 

  

 

sábado, 14 de diciembre de 2013

MINIMALISMO ABSOLUTO

MINIMALISMO ABSOLUTO

Como cada año cuando llega la hora de contar la cuenta atrás, hacemos un repaso de todo lo que ha acontecido este año pasado.

Muchas connotaciones tiene este acontecimiento; desde el ámbito musical de la canción de mecano de los años ochenta hasta cualquier editorial del día 31 de diciembre firmado por los más prestigiosos periodistas, haciendo una recopilación de las noticias acontecidas y reflexionando sobre el año venidero.

Como uno no es menos, yo voy a materializar mi reflexión o al menos eso a mi me parece, pues pensarlo lo he pensado y en más de un momento de decaimiento he reflexionado sobre este tema y lo sigo haciendo, por aquello de que se hace camino al andar, que decía Serrat y antes de que llegue el último día de éste año.

Es claro que vivimos momentos difíciles, que no sólo hace falta levantarse y leer el periódico, ver las noticias o asomarse al balcón y ver ese vecindario colindante para confirmarlo.

La pura realidad es que estamos peor que el año pasado, el índice de paro sigue subiendo, por muchos que los políticos nos alerten de que estamos repuntando ; los ERES son parte de nuestra vida y no te digo de la expresión “me lanzan al paro”, pero lo que también es cierto es que a muchos nos han disminuido el sueldo al congelarlo, con los copagos, recortes y demás minucias colectivas . Es consecuente que han disminuido las ventas , la liquidez y la alegría del mercado, y que también nos han subido todos los impuestos y tasas existentes y han inventado algunos nuevos para cobrarnos, sin nombrar la futura declaración del IRPF del 2013, que no dejará títere con cabeza, al que le quede cabeza, tronco y extremidades como decían en el colegio al definir el cuerpo humano, pero no es una critica, sólo que estamos jartos de oír siempre lo mismo y no de concienciarnos que todo esto no es sólo ,política o economía, es un hecho.

Después de esta exposición y es a donde voy, me sumo a la idea de que es justo ahora cuando veo a más personas reinventándose. Es cierto que hemos sufrido bombardeos de noticias especialmente en Internet a través de esos correos, redes sociales, post, y demás manifestaciones de toda índole, que ya empiezan a cansar por cierto, que si el veintiuno es el fin del mundo, que si empezamos una nueva era, que si tienes que ser tu mismo,…, pero lo que si ya es cierto es que en este nuevo año ya todos o casi todos hemos cambiado de filosofía o estamos en ello.

Cada día hay más personas o al menos eso percibo a mí alrededor que reflexionan sobre el concepto de reinventarse, que buscan cualquier excusa para inventar, probar una nueva alternativa, para reír, para vivir el momento, para vivir las pequeñas cosas y en definitiva para intentar ser feliz, aunque sea a su manera.

Ya no es discutible el hecho de que nos ha tocado vivir una etapa de cambio y que toca asimilarlo y replantearnos la definición de felicidad, y al menos parece que en eso coincidimos la mayoría de la gente , pues la felicidad es el motor y objetivo de nuestras vidas .

Mucho se ha hablado del concepto absoluto de la felicidad y su interacción en el tiempo, pero la definición más clásica y aceptada por muchos filósofos es la del estado de ánimo que se centra en disfrutar de los buenos momentos de la vida, lo que ya por si mismo invita a reconocer su falta de continuidad en el tiempo.

Todas estas pautas que marcan y están marcando y seguirán marcando el estilo de vida actual, es claro que generan un estrés indebido e innecesario , o al menos a mi me lo parece y es la conclusión de mi reflexión después de una humilde aceptación de las circunstancias.
En definitiva y lo que quiero compartir con ustedes es que he llegado a la conclusión después de mucho pensar que el único modelo válido para esta nueva etapa es un modelo minimalista donde cada persona debe enfocar lo que verdaderamente es importante para cada uno, en busca de ese estado de felicidad lo más continua posible.

Este modelo minimalista significa aceptar conscientemente que tenemos que dejar de lado al consumismo aceptando las pocas cosas que necesitamos para vivir y en consecuencia simplificar nuestro modo de vida a nivel diario y vivir cada día como si fuera el último, acumulando experiencia que en definitiva son el motor de nuestra vida.

Si efectuamos un análisis semiótico, siempre apoyado en la wikipedia, esta nos determina que el término minimalista en su ámbito general , se refiere a cualquier cosa que haya sido reducida a lo esencial, despojada de elementos sobrantes, en cualquier caso su aceptación popular es la de simplificar todo al mínimo.

Si asimilamos el minimalismo como un arte para vivir con menos cosas, implica tácitamente el liberar mayor tiempo y energía para lo que a cada uno realmente le importa, lo cual nos revertiría directamente a un estado de felicidad plena.

Es cierto que este movimiento por mucho que no queramos aceptarlo ha sido fortalecido y empujado por la crisis económica, donde muchas personas, familias y colectivos , han tenido que prescindir de necesidades superfluas con una tendencia generalizada a consumir menos, gastar menos e invertir en las necesidades básicas, que son al fin al cabo las necesarias.

Las nuevas generaciones son un ejemplo del concepto minimalista de la nueva era , donde la incertidumbre económica, les ha planteado la virtud de no depender de la necesidad de ser propietarios, de no estar aferrados aun lugar, a un trabajo, de practicar conceptos mucho más abiertos como el trabajo virtual, pero en definitiva no se si muchas formas de manera obligada pero realmente de liberarse de tiempo y energía obteniendo mayor libertad entre lo que se quiere hacer y lo que no, y lo que es importante para cada uno, dentro de los límites circunstanciales y económicos en los que nos encontramos.

Un reto de los muchos que me he puesto en este año, además de los típicos, como dejar de fumar, hacer ejercicio o llevar una vida más sana, es el cambio conceptual de mi estilo de vida hacia este concepto minimalista como constitución, como ley fundamental de mi nuevo estilo de vida.

Como siempre he analizado profundamente dentro de mis límites este concepto y he llegado a una conclusión básica y es que el minimalismo proyectado como estilo de vida se centra en la gestión coherente y responsable de nuestro mundo material, es decir de nuestras pertenencias , tanto materiales como inmobiliarias, muebles e inmuebles, activos y pasivos financieros e intelectuales ,como contrapartida al consumismo desmesurado e innecesario , que tan sólo son un reflejo para compensar el vacío existencial que sentimos como principios generales de necesidad y uso.

Si nos vamos acostumbrando bien por necesidad circunstancial económica como por convencimiento vital, creo que se puede llegar a la conclusión de lo maravilloso que es vivir con lo mínimo, justo y necesario, donde todo lo menos es lo mejor.

Cualquier manual de estilo de vida minimalista coincide en unos puntos básico de acción , como son : vaciar, filtrar ,eliminar , limpiar y ordenar.

Este primer paso es el definitivo en cuanto que por simple que es nos ayuda a sacar muchas conclusiones, y de este paso depende el continuar o abandonar en nuestro propósito de minimizar nuestra vida, física y emocionalmente.

Ferran Aparicio
14 diciembre de 2013