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martes, 25 de septiembre de 2018

MIS ERRORES FAVORITOS

Hace muchos años  que decidí abandonar la adicción a la televisión cuando empecé a estudiar, bien porque en aquella época, el poco tiempo que me quedaba después de unas densas clases, lo invertía en organizar el tiempo de estudio o diversión, bien porque necesitaba moverme en un espacio fuera de la escuela universitaria o  bien por simplemente organizar mi propia casa.

Con el tiempo y una vez obtenida la correspondiente licenciatura, empecé a hacer a aquello que me apetecía y realmente me gustaba, un poco como rebelión al tiempo que había invertido de una forma obsesiva a mi formación y con ganas de liberar mi mente, ante un espacio en blanco a través de la pintura, la fotografía y la escultura.

Lo  más chocante de este espacio de relajación es que como siempre la mente, va simultaneando la expresión y la meditación y en especial  se deriva a un análisis de mis errores favoritos así como las consecuentes lecciones que cada día presuntamente vas aprehendiendo, auto convencido, que muchas veces  todo lo que has descubierto, es  a base de golpes y esfuerzos tontos.

En general al hablar de errores, hablamos de una forma peyorativa de equivocaciones, admitiendo que es propio de seres humano el equivocarse, pero aprehendiendo con el tiempo  que los errores suelen ser irreversibles, porque por lo general uno no tropieza  dos veces en la misma piedra, salvo error, despiste o excepción.

También es cierto como dice el dicho que lo que no mata,…, engorda y a colación también podemos afirmar que lo que no te mata, te hace más fuerte y cada día que pasa eres más sabio o acumulas mayor experiencia. Sin embargo ese aspecto negativo del error como concepto es un error en sí mismo, y valga la redundancia semántica,  en el sentido de cada error te facilita seguir avanzando más rápido en la siguiente ocasión.

Al mismo tiempo la presunción de hecho o las pre-suposiciones de derecho son las circunstancias que más errores me han hecho cometer y consecuentemente aceptar. 

Cuando te sientas a dibujar, pintar o modelar, o retocar una fotografía, es muy fácil olvidarse del mundo real y dejarse llevar por la filosofía o los pájaros y flores, pero también es muy fácil que tu propio subconsciente aproveche para manifestarse con pequeños detalles que manifiestan los errores que has podido cometer.

Hay y habrá excelentes momentos  y circunstancias propias y ajenas a lo largo de tu vida, que generaran  muchas experiencias y situaciones y por supuesto tropiezos con  personas que encontrarás en el camino, incluso enmarcadas en distintas etapas,  pero otro de los errores que no tenemos asumidos es que los nombres, términos y denominaciones, tienen fecha de caducidad. 

Precisamente por eso es mejor asociar tu pensamiento a un valor que a un término más o menos de moda o a una persona que cambiado de situación, cambie directamente con tu relación.

Al final sólo se trata de ser capaz de tener una serie de ideas claras y sencillas  y sobre todo aprehender conscientemente de los errores como medio de ir cerrando círculos o ciclos.
                                                                  
                                                                   Ferrán Aparicio
                                                             25 de Septiembre de 2018

viernes, 25 de noviembre de 2016

CASOS Y COSAS


Cuando las cosas se miran en perspectiva, toman un cariz muy diferente, la pura verdad es que han pasado los días, los meses y muchos años y me es muy grato recordar todos aquellos días de viaje, porque actualmente mi visión de todo en conjunto es tremendamente positiva, aunque actualmente me sea difícil elegir destino, bien por presupuesto, bien por dificultades político-sociales en que se encuentran muchos países y lugares, bien porque cada desplazamiento tiene su momento en el tiempo. 

A nivel práctico, las cosas tampoco han cambiado demasiado, si bien hoy el mundo de internet facilita evitar intermediarios y conseguir una información pluricultural y diversa, si bien siempre hay que tener cierta reserva en cuanto a la veracidad de los contenidos, hemos avanazado en la capacidad de desplazarnos aunque sea virtualmente. 

Pero lo que de verdad ha sufrido un cambio importante, es nuestra mentalidad, solo cuando vivimos en el tiempo sin anclarnos en el pasado o proyectándonos en el futuro, es cuando nos damos cuenta del aquí y del ahora de los casos y de las cosas, que realmente suceden en este momento desde la consciencia.

Al final de una forma consciente te das cuenta de que el obsequio para nosotros de la vida, ha sido el poder viajar y desplazarnos, en las culturas de otros países y mundos inimaginables. 

En el aprendizaje del camino, llegas a entender que la vida es un camino irregular de casos y cosas, que van sucediendo, no sin más, como en otros conceptos y ocasiones, sino todo en su justo momento, en la que ninguna etapa tiene sentido, si no existe otra etapa que la complemente. 

En cada viaje, aprehendemos cosas que estamos seguros, nos van a ser de gran utilidad para el resto de nuestras vidas, desde la luz al color , desde la forma a los materiales, pero también sensaciones placenteras y algunas incluso adversas y al final esos casos y cosas, te enseñan que cuando aquellos momentos en que las cosas parecen no tener solución, nos obligamos a tener esperanza. 

Esa actitud de carencia de cumplimiento de un deseo absoluto de complacencia, al final te enseña con la mayoría de los casos y de las cosas a ser optimista el resto de tu vida, pues al fin y al cabo una vez analizas si un problema tiene solución o no la tiene, ya sabes cómo reaccionar, esta vez,.. sin más, aceptando el problema de una forma optimista en cuanto a su resultado final.

Al final,.., los casos y las cosas, no salen ni bien ni mal, sino que simplemente suceden, y la manera en cómo se interpretan depende de la mentalidad con la que lo valoremos y puedes llegar a valorar y comprobar que se puede ser feliz incluso cuando todo parece perdido, pues te otorga la capacidad de entender que incluso las malas épocas son irrepetibles. La experiencia final de ganar el conocimiento de los casos y cosas, te demuestra que todo en definitiva está inalcanzablemente cerca.

Ferrán Aparicio

25 de Noviembre de 2016





jueves, 10 de diciembre de 2015

RUTINAS DECEPCIONANTES

Hablar de rutina es hablar de palabras mayores. Dicen que la creatividad es un motor en la alegría del vivir y a mí me parece bien cierto.

 El problema surge cuando en nuestra vida nos dejamos llevar por la rutina como un hábito de vida y no innovamos nuestras conductas y actuaciones, cuestión a replantear si queremos sentirnos en una evolución y evaluación positiva constante.

Es cierto que a todos en nuestra vida hay cosas que no nos acaban de convencer desde el trabajo diario que ejercemos, hasta una relación de pareja degradada que convivimos simplemente por una rutina decepcionante y ambos caso, aguantamos por no alterar ese hábito de supervivencia adquirido, lo cual  es como siempre cuestión baladí.

En el fondo de nuestros seres todos sabemos aquellas rutinas que no estamos de acuerdo, bien porque no nos  aportan nada o simplemente una indiferencia absoluta, sin hablar de la toxicidad que nos producen, bien porque no ejercemos un cambio como siempre por miedos a la incertidumbre del cambio.

Desde la tesitura que todo llega en su justo momento, un día llega ese momento en que te replanteas y dices basta ya de esa rutina decepcionante que no me aporta nada y en ese momento trágico es cuando por obligación o decepción comenzamos a recordar toda la rutina que hemos vivido de una forma consciente y automática y sobre todo regresamos al pasado para intentar recuperar un tiempo que no nos ha aportado nada.

Todos y digo todos, hemos vivido con los ojos cerrados ante algún tema o situación en nuestras vidas es como si no quisiéramos ver lo que está sucediendo en nuestro propio espacio y miramos hacia otro lado , pero sabemos que un día llegará ese momento, nuestro momento en el que tenemos que transformar nuestra rutina en una nueva situación.

Lamentablemente somos conscientes de esta situación cuando la muerte pasa cerca de nuestras vidas o perdemos aquellos clavos a veces incluso oxidados aguantan el cuadro de nuestro retrato.

Dicen que nunca es tarde cuando la dicha es buena  y que para ganar siempre hay que perder, es parte de la evolución.

Es por ello que les animo a revisar su rutina diaria en todos sus palos, a efectos de que cuando llegue ese momento que nos llega a todos y no es la muerte sino el encontrarnos cara a cara con nosotros mismos  y con nuestra vida diaria, no sufran un  traumatismo craneal, pues resulta mucho más práctico ir adaptando nuestra vida a una rutina más gratificante con pequeños cambios que para todos son asimilables y al fin y al cabo son los que nos aportan cierta felicidad.

 

                                                       Ferrán Aparicio
                                              10 de diciembre de 2015