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lunes, 30 de agosto de 2021

EL TIEMPO ES ORO

 Empezamos una nueva temporada para los que han disfrutado de un tiempo vacacional y para los que como yo hemos estado de guardia. Uno de los factores en este inicio del nuevo periodo es el valor del tiempo. Dicen las estadisticas que la nueva forma del teletrabajo ha incrementado las productividades entre un 5 y 10% en las empresas, ecuestion no baladi, si nos referimos al valor del tiempo.

La formación, como el estudio o la experimentación son algo necesario para aprehender y aplicar a nuestra vida diaria y a nuestros hábitos y rutinas , y más si hablamos del tiempo absoluto.

El tiempo siempre se ha dicho que es oro  y la pura  verdad es que lo es , porque el tiempo es intemporal , pues cada segundo que pasa forma parte del concepto abstracto del tiempo pero ya no disponemos de él , por eso el uso eficaz y racional del tiempo es una técnica a valorar y considerar.

Todos  o casi todos, tenemos como punto en común el objetivo  de usar el tiempo con la mayor eficacia, productividad y satisfacción es por ello la necesidad de tener consciencia del concepto y poder asimilar las rutinas para logar al menos el mínimo uso eficaz de él, por no hablar de términos absolutos como uso eficaz del tiempo máximo.

Sin necesidad de hacer una tesis doctoral todos sabemos que nos movemos por metas u objetivos aunque esto se produzca de una manera inconsciente, aunque la mayoría de las veces lo transportamos a la consciencia para su materialización.

Hay claves que son fundamentales como de una forma automática obtener el uso eficaz del tiempo y esto todos los autores coinciden que es la gestión y planificación desde el propio tiempo, es decir desde el pasado proyectado a futuro , lo que se traduce a planificar sin postergar desde un  día anterior nuestros objetivos y metas para el día siguiente.
 
Es un factor importante en el uso eficaz del tiempo el focalizar y no diversificar los objetivos y metas, y concretarnos en una lista de tares únicas y exclusivas escaladas por su factor de importancia o en su caso inmediatez.

La intensidad de cada trabajo o tarea debe ser valorada pues todos nos cansamos en el propio tiempo, empezar por los trabajos de mayor dificultad para dejar a última hora los que nos resultan más sencillos o habituales.

La organización y programación son temas muy unidos al tiempo pues a  través de un  papel y una cuadricula podemos asociar diariamente los temas asociados por categoría y su importancia ineludible en el día , semana, a mes , como siempre todo se puede plantear a corto, medio o largo plazo , no somos omnipotentes ni divinos.

También es importante reconocer que todo no lo podemos hacer personalmente y que hay trabajos y tareas que debemos relegar, así  como tenemos que mentalizarnos a renunciar ante actuaciones que nos impiden conseguir nuestros objetivos; el tiempo no es elástico es concreto y limitado.

Haciendo un uso efectivo y productivo del recurso del tiempo es una forma de priorizar la felicidad en nuestras vidas de una forma al menos consciente, sin que realmente pierda su valor.

                                                    Ferrán Aparicio
                                             30 de Agosto  de 2021

 

martes, 25 de junio de 2019

VIRTUOSISMO REAL

Dicen que una de las virtudes más apreciadas por la humanidad, es el virtuosismo de la tranquilidad. Paradójicamente la sociedad actual se ha contaminado  de esa adicción al estrés como modus vivendi.

Todos conocemos o reconocemos de alguna forma el concepto de estrés, pues en mayor o menor medida lo hemos vivido en algún momento; sin embargo lo que muchos no conocemos es que hay tres tipos de stress en la actualidad: el agudo, el episódico y el crónico y cotidiano.

Como vemos hasta el estrés queda referenciado en el tiempo que nos afecta. El estrés se convierte en peligroso cuando se da alguna de estas tres circunstancias adversas: la frecuencia, la prolongación en el tiempo o la localización en una parte del cuerpo.

Las consecuencias del estrés se traducen  en manifestaciones patológicas crónicas  como son la ansiedad, la depresión, el dolor de espalada o simplemente el dolor de estomago, por decir un algo.

En cierta forma  el cuerpo nos está avisando de lo que está ocurriendo, sin embargo y por lo general y a pesar de la claridad de los síntomas, la respuesta del ser humano suele ser errónea y es aislarse e ignorar la expresión corporal de la patología  evidente que estamos sufriendo.

Muchos especialistas  reconocen que el aislamiento fomenta y incrementa el grado de estrés, cuando una terapia natural y saludable  sería expresarse reconocer las exigencias  y el desequilibrio, abrirse a los demás y buscar ayudas de los otros o simplemente de un profesional.

Es importante por su peligrosidad el analizar su patología clínica, aunque en la mayoría de los casos se produce por problemas laborales, en los que el entorno , las relaciones entre los puestos de trabajo de responsabilidad, la sobrecarga de trabajo o en un estilo de dirección de ordeno y mano que marca a la persona,crea una situación insostenible.

La inseguridad del propio trabajo y trabajador con tanto despido y liquidación, así como unas relaciones interprofesionales inadecuadas pueden dar lugar a un trabajo estresante y monótono.

El dialogo participativo, la revisión del esquema organizativo, la cooperación son factores que ayudan a solucionar el problema.

Cuando la situación es irreversible que se resiste a mejorar, lo mejor es cambiar de trabajo y se lo digo porque yo ya he empezado ha planteármelo, porque lo que está claro es que no hay que olvidar que la salud va en ello y con la salud no se juega.

                                                           Ferrán Aparicio
                                                     25 de  Junio de 2019


viernes, 15 de febrero de 2019

PROCRASTINACION FATAL


Hay palabras dentro de nuestro diccionario, que ni por asomo conoceríamos su significado  cuando las escuchamos o leemos, salvo que acudiéramos a un diccionario, y procrastinación es una de ellas.

La procrastinación, postergación o posposición, según Wikipedia  es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente sin tener una fuerza de voluntad para concluirla, sin embargo en mi opinión no tiene relación siempre con  lo abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, sino nuestra actitud a enfrentarnos al suceso en relación  a su necesidad pues  actuamos en relación a lo que nos parece  lo importante que en definitiva es supeditado a lo urgente.

Es común en toda persona que dejes  quehaceres para mañana , si bien el dicho lo dice claro expresamente “ lo que puede hacer no lo dejes para mañana , sin embargo  la evasión  de responsabilizarse posponiendo tareas a realizar puede llevar a las personas  a refugiarse en actividades ajenas a su cometido, simplemente por inercia o de ganas y en general por falta de interés o aburrimiento.

 Sin embargo dentro de unos quehaceres diarios, está la reorganización del tiempo a efectos de conseguir  hacer o cumplir, tanto con lo que nos apetece como lo que no nos apetece. La organización implica en cierto modo el poner en valor por su importancia  en el tiempo real, concentrándose en realizar las tareas importantes que tienen un plazo de finalización más cercano.

Muchas veces decir que no tenemos tiempo es expresar nuestros miedos al fracaso, en tareas donde no hay garantías de éxito y si lo pensamos fríamente no  existe nunca la falta de tiempo, existe la falta de interés, pues lo realmente nos interesa siempre está hecho en forma y tiempo.

En este sentido dicen los expertos que la lógica organizar del tiempo es en un inicio de día hacer lo que más trabajo o interés de las cosas que tenemos pendientes y dejar las más sencilla o indeterminantes para los últimas horas del día.

Al final y como siempre sólo se trata de tomar consciencia de las cosas que tenemos pendientes y de adjudicarles nuestro grado de interés y urgencia, en un binomio que es personal e intransferible y sólo nosotros dominamos en nuestra propia organización del tiempo.

Cuando eres consciente de la procrastinación como concepto y  actitud en la vida , te das cuenta que no vale la pena derivar en el tiempo las cosa que tenemos pendiente , pues lo que está claro es que lo que no se hace está pendiente de hacer y no nos la van a hacer nadie.

                                                            Ferrán Aparicio
                                                           15 de febrero de 2019


miércoles, 10 de octubre de 2018

AQUIETANDO EL RITMO

Hay días que sin saber por qué o por qué no, uno aquieta su vida y reflexiona sobre todo lo que sucede a su alrededor y muy comúnmente cuando llega la noticia de la muerte de alguien cercano, que queremos o simplemente ha formado parte de nuestra vida.

Es bien cierto que la vida se compone de  horas, momentos, días, etapas,…, incluso años, pero lo que también es cierto que como en la vida misma estamos obligados a hacer más cosas con menos recursos, resulta  necesario aquietar que no parar el ritmo bien voluntariamente o bien circunstancialmente, pues al final te das cuenta que sólo se trata de enfocarse en las cosas más importantes en lugar de pasar el día apagando fuegos, por decir un algo.

Todos los humanos por definición queremos sacarle el mayor jugo a la vida y ser efectivos en aquello que nos interesa, pero sin embargo nuestros hábitos productivos están desenfocando la visión hacia el camino que realmente queremos coger, si es que en algún caso o momento, conocemos la dirección perfecta para llegar a la esencia de lo queremos o al menos deseamos.

Al final de pensar en blanco durante un buen rato, llegas a la conclusión de que la clave está en organizar tu vida y la información que llega a tu vida de una forma más sencilla y de una forma más eficaz, en categorías apropiadas basada en cómo hay que accederla.

Dicen la gente hábil y práctica, que se trabaja la mitad con un trabajo ordenado, si lo proyectamos al conjunto de factores que integran nuestra vida, quizá y sólo quizá, la clave esté en crear el hábito de mantener tu vida organizada.

Tener una rutina que te permite empezar cada día con un plan sencillo y alcanzable y tener claro a donde nos lleva sea una de las pautas básicas no solo emocionalmente de sentirnos mejor sino de estar más satisfechos con el paso del tiempo.

La clarividencia de saber organizar y priorizar cuales son los aspectos más necesarios en cada momento y su escala de valores en cuanto a conseguir nuestros objetivos a corto y largo plazo, resulta una técnica infalible y ágil para avanzar cada día.

No sólo se trata de salir de la zona de confort pues al fin y al cabo si nos va bien no hay por qué cambiarla, sino de analizar si en esa zona estamos realmente plenamente felices.

La inconformidad es un acto de rebelión contra nosotros mismos y la finalidad un reto que nos mueve a otra zona que nos pueda mejorar el sentimiento de bienestar, por lo que te animo a aquietar el ritmo, a dedicar al menos unos minutos a pensar qué estamos haciendo y qué hacer con nuestras vidas , para salir de esas zonas improductivas no en el sentido económico de la palabra sino más bien emocionalmente, pues no hay mayor satisfacción de estar peleando al levantarme cada día por algo bueno y para mí , y se lo digo porque hoy es mi cumpleaños y este es mi auto regalo.

Ferrán Aparicio
10 de Octubre de 2018




viernes, 31 de marzo de 2017

REVISION CONSCIENTE

Es bien cierto  que con la historia de los propósitos  y despropósitos, todos los años es la misma historia en cuanto que va pasando el tiempo y nada tiene resultado y se queda en un mero propósito.

Este año he decidido que no me va a pasar de nuevo y para ello he planeado un super plan ,…, la revisión consciente.

Independiente de la infinita lista que nunca terminamos de realizar esta el objetivo de cumplir  con nuestros objetivos y que no se queden estancados en tan sólo buenas intenciones.

Es bien cierto que este es un fenómeno muy común en nuestra sociedad y en la mayoría de las ocasiones el desánimo, la poca paciencia o la mala gestión de tu tiempo son las causas de que abandonemos antes de tiempo.

Uno de los secretos mejor guardados es tu propia agenda, yo lo cultivo desde hace años y la verdad es que no me ha ido tan mal, aunque sólo haya sido para referenciar en el tiempo lo que he hecho diariamente, bien porque lo tenía planificado y ejecutado o simplemente como recordatorio del contenido de un día que no es igual que el siguiente.

La planificación tiene también una ventaja indirecta y es que una vez acabado lo programados dispones de un resto de tiempo que puedes volver a reinvertir en lo que más te apetezca en cada momento.

Otro factor importante es que sin motivación, es más complicado cumplir con un propósito. Partiendo de la idea  que lo importante, es siempre avanzar hacia delante, como los de Alicante,  si creemos en nuestro propios proyectos de verdad serán mucho más realizables.

La realidad se verifica por metas cumplidas, por eso  no podemos elegir el momento oportuno, como en otras cosas, una vez establecida la meta hay que ir a por ella conociendo si es meta a corto, medio o largo plazo, pero  sin recaer en la desidia de hacerlo mañana, cuando no, pasado mañana.

Otro de los secretos en una revisión consciente, es ser consciente de  que para cumplir cualquier objetivo tienes que tener paciencia. Y que demasiados propósitos al mismo tiempo acabarán contigo, por aquello que una cosa de tras de la otra es importante jerarquizar las cosas en relación a nuestros propios intereses.

Al final es bien cierto que la vida es un pasar pero también es cierto que hay que pasarlo lo mejor posible, eso si de una forma consciente y atando en el  tiempo, aquello  que nos merece la pena  y levantando anclas de aquello que no nos produce más que hastío.

Os animo al replanteo consciente, pues ya han pasado tres meses de este nuevo año y la vida está llena de oportunidades y si no te lo haces tú,.., no te lo va a hacer nadie,.., como siempre sin más.
                                                             Ferrán Aparicio

                                                         31 de Marzo de 2017

lunes, 25 de julio de 2016

PROACTIVIDAD ACELERADA


Llevo una temporada que no se si porque empiezan los calores del verano, por circunstancias de traslado o acoplamiento a una nueva vida, pero tengo el proactivismo acelerado y no paro, mi cabeza va  más rápida que mi cuerpo y se que como cualquier mecanismo y motor, un exceso de revoluciones no es nada sano.

Es bien cierto por definición que las personas que somos proactivas los problemas no nos detienen y es que cuando te centras en los problemas a los que te estás enfrentando, tu comportamiento va en resonancia con la tensión resultante, lo que obstaculiza tu progreso y no te deja avanzar.

Sin embargo cuando empiezas a tomar consciencia como es el caso, es cuando te das cuenta que la planificación es un grado y que todos somos humanos que no divinos, salvo algún error u excepción.

Cuando aquietas tu marcha, que aquietar no es parar, es cuando llegas a darte cuenta que centrándote en las acciones que debes hacer para mejorar tu actual situación consigues pensar con claridad y tener ideas positivas, que te abren a nuevas soluciones y una mejor organización de lo que es tu vida.

No se trata de hacer comparaciones pues al final llegas a la conclusión de que aunque todos somos humanos no todos somos de la misma pasta, por lo que resulta impensable hacer comparaciones, pues como dice el dicho las comparaciones son odiosas.

Pero como siempre la aptitud y actitud es lo que a veces y sólo a veces nos diferencia a las personas y es que la gente exitosa aunque sólo sea para si mismo, en cuanto que cumplen los objetivos que se plantean en su vida, no piensa en los posibles y no posibles problemas, sino que evitan cualquier pensamiento negativo para seguir adelante, porque en definitiva saben que son más eficaces cuando se centran en dar soluciones y no en crearse nuevos problemas.

No es cuestión de hacerse juicios de valor, ni hacerlo respecto a los demás, ni tampoco de poner excusas de “mal pagador”, si no de enfrentarnos día a día a lo que nos proponemos con una claridad mental que el tiempo es oro, pues se desvanece sin poder volver a encontrarlo.

Otros valores como la envidia o la expectativas ajenas no entran en nuestros esquemas pues al fin y al cabo ser una persona proactiva es gustarte hacer las cosas y conseguirlas, sin miedo a coger responsabilidades sobre las cosas que están fuera de su control, eso si como siempre sin aceleraciones, pues no hay motor que cien años dure, ni cuerpo que lo resista.

Ferrán Aparicio
25 de julio de 2016

miércoles, 20 de enero de 2016

AL NO TIEMPO


Después de un año pasado con ciertas anécdotas, despilfarros y caídas he podido conocer lo que significa el espacio no tiempo.

 Hasta hace poco estaba acostumbrado a decir no tengo tiempo, sin embargo he aprendido que hay tiempo para todo, incluso para aquietar sin parar que ya es mucho.

Cuando decimos que no tenemos tiempo, estamos afirmando y aseverando que de alguna forma no entra en nuestros planes la apetencia de dejar de hacer lo que estamos haciendo, si es que estamos haciendo algo o en cualquier caso que no nos apetece realmente hacer aquello para lo que necesitamos cierto tiempo.

Cuando alguien habla de que no tiene tiempo, de alguna forma nos está transmitiendo es síntoma de algo distinto, están transmitiendo de alguna forma que no saben lo que les gusta o que desearían hacer, pues tiempo en mayor o menor medida lo hay para todo , sólo es cuestión de ordenar la importancia de lo que tenemos en nuestra cabeza pendiente y priorizar.

Cuando algo nos importa o nos interesa en demasía dejamos cualquier cosa por comenzar aquello que nos hemos propuesto, luego siempre hay tiempo para hacer lo que nos interesa y apasiona, y lo que no hacemos está claro que no entra en nuestros planes aunque sea puntualmente en ese momento.

Todos y digo todos , tenemos cosas que hacer o deberíamos hacer y sabemos la forma de hacer las cosas y en ausencia de conocimiento , preguntamos , nos informamos o nos formamos en aquello que queremos hacer, luego no es excusa para acometer aquello que racionalmente descartamos por ausencia de tiempo.

Lo cierto es que últimamente está muy de moda aquello de reinventarse y quizás no sea tan necesaria como parar un momento y analizar los sueños, deseos , metas y objetivos y establecer un orden de intereses o simplemente necesidades.

Para que ocurran las cosas en el tiempo hay que hacer cosas y hay que dedicarles su tiempo, es como la ley de acción y reacción donde todo versa en perseverar y mucha disciplina.

 Quizás cuando uno vive el espacio no tiempo, donde no hay obligaciones inmediatas , ni necesidades básicas que cubrir sin necesidad de hablar de criar malvas es cuando te das de alguna manera cuenta que el tiempo existe y que no sólo se trata de tener una actitud positiva ante él , sino de valorarlo y valorarnos de que forma lo agotamos en función de nuestros propios intereses.


                                                             Ferrán Aparicio

                                                          20 de enero de 2016

 
 
 
 

 

lunes, 20 de julio de 2015

AL NO TIEMPO

Llevo una temporada que la verdad es que voy un poquito acelerado, mi mente va más rápida que mi cuerpo y sólo hace que planificar y programar, sin embargo mi cuerpo no le sigue y me he llegado a replantear que al amparo de la teoría de Green, todo nos cuesta más tiempo estadísticamente de él que pensamos al planificarlo, eso sí, como regla general.
 
Dicen que siempre hay que pensar al menos un minuto antes de empezar una acción para focalizar lo que tenemos planificado, sin embargo las prisas, la ansiedad y el querer acabar algo antes de empezarlo es un proceso muy común y cotidiano, comemos por inercia sin saborear lo que ingerimos, leemos sin profundidad lo que leemos, sin fijarnos que existen puntos, comas y párrafos que van delimitando un significado y así un sinfín de procesos que repetimos día a día de una forma rutinariamente automática.

Lo que me planteo es cuando decimos “no tengo tiempo”, no caemos en la cuenta que cuando tenemos tiempo para priorizar lo que queremos hacer con una lista de prioridades, y por lo tanto estamos errando.
El afirmar “no tengo tiempo”, implica un poco la relación de la acción con la apetencia, es decir no me apetece hacer nada o dejar de hacer lo que hago para realizar otra acción impuesta y no cesaría al menos en ese momento.

Lo que sí que está claro es por norma aquello que queremos, aunque sea en el tiempo tendemos a conseguirlo por nuestra perseverancia, eso sí, con objetivos alcanzables, no con objetivos irreales, si esto lo tuviéramos diariamente más claro entonces tendríamos tiempo para todo aquello que somos capaces de priorizar en el tiempo, dejando el no tiempo como algo complementario en el caso de que nos quedara algo de tiempo.

Cuando decimos que no tenemos tiempo, estamos ratificando de alguna forma, que aquello por lo que no invertimos un tiempo o en cierta forma un sacrificio, no nos apasiona o no nos interesa demasiado y que hay algo más o menos importante que nos apetece más, sin embargo en general decimos mucho y hacemos poco, para demostrarnos al menos a nosotros mismos aquello de que nos apasiona y por tanto en cierta medida nos hace felices.

 En general todos tenemos más ideas y proyectos que tiempo para desarrollarlos, sin embargo pensar en el “no tiempo”, implica el priorizar aquello que es más importante aunque sea simplemente porque nos apasiona para simplemente delegar subsidiariamente en el tiempo aquello que no nos interesa o no necesitamos de una forma inmediata.

Todos tenemos algo que hacer; todos tenemos una opinión sobre la forma de hacer las cosas, a todos se nos ocurren ideas absurdas o geniales que pasarán desapercibidas si no las exponemos y nos las replanteamos en el tiempo.

 Le animo a reflexionar sobre el hecho de que para que ocurran las cosas hay que hacer cosas, eso sí, con un orden y concierto, lleno de actitud y disciplina, como siempre, sin más.
 Ferrán Aparicio
20 de julio de 2015













miércoles, 1 de abril de 2015

Y AHORA A QUÉ ME DEDICO


El otro día cenando con unos amigos, les planteaba, como habíamos cambiado,…, cuantas expectativas se habían ido al traste, como el paso del tiempo nos había más que movido;  nos había exiliado, en busca de otros horizontes sin sentido, que jamás hubiésemos escogido por nuestra propia elección o satisfacción,  después de esa desenfrenada crisis y concluíamos, que  aún había que dar gracias a Dios por como estábamos viviendo, independientemente del vacío existencial que todo este conjunto nos producía.

Sin embargo la  controversia de un simple comentario derivó en un dialogo interesante, partiendo de la idea de crisis, ese  concepto abstracto del que si atendemos a su traducción del griego  como  oportunidad, fuimos divagando sobre las posibilidades que las vidas nos daban, pero con los grifos bancarios cerrados y sin haber previsto el ahorro, para cuando llegara este momento, resultaba bien difícil volver a empezar y pensar a que me dedico yo ahora.

Cualquier cambio es crítico por la incertidumbre que genera, especialmente cuando no es reversible y esto todavía puede ser más traumático, eso lo teníamos todos claro, pero desde el punto de vista positivo generaba un replanteamiento de cómo responder a una pregunta clave como profesional y era: a qué me dedico, algo que damos por supuesto y ni siquiera pensamos en ello y ....., así nos va.

Con el tiempo uno se habitúa como costumbre a ejercer su rutina y vamos dilatando nuestra vida  en el tiempo, la toma de decisiones, pues el problema de fondo es saber a qué nos dedicamos o nos gustaría dedicarnos.

Visto con la perspectiva del tiempo hubiese sido más fácil hacer marcha atrás, como si de un acto mecánico se tratara y empezar en una nueva dirección en el punto que lo habíamos dejado, pero esto en la realidad no es posible.

También es muy cierto que a todos nos han rondado ideas felices, que sin poder explicarlas tácitamente podíamos comprender pero no materializar, bien porque no entraban en nuestra zona de confort, bien porque nuestros medios no alcanzaban la meta de salida para darles el empuje necesario.

Es hora de tomar de decisiones de enfrentarnos a esa pregunta a qué me dedico, independientemente de tu nivel de estudios o de idiomas, porque tomar una decisión es algo que deja de ser complejo, cuando tienes la idea de lo que quieres hacer, pues no hay dinero en el mundo para llenar un vacío que sólo llena tu creatividad, empuje y diligencia.

Está claro que lo que  importa en cualquier caso en cuestión, es dedicar tu tiempo al producto de tu trabajo y es mucho mejor y te define más como profesional, si te gusta lo que haces que por si el contrario, supervives con él; con que les animo a que se replanteen si realmente están haciendo lo que les gusta y lo que les cualifica y califica  como persona o que se pregunten si  realmente están pasando su tiempo, simplemente por pasarlo.
 
Se lo dice uno que se lo está replanteado, por decir un ejemplo andante y parlante.

 

                                                                Ferrán Aparicio
                                                             1 de abril de 2015