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sábado, 5 de noviembre de 2022

CRISIS...WHAT CRISIS?

 

En una etapa donde entre todos sin excepción, y cuando digo todos, afirmo todos los países tanto europeos como en el resto, como en lo personal desde el jubilado al presidente del actual gobierno de España y al margen de ideas electoralistas, estamos intentando visionar una salida al estado critico en que nos encontramos.


Todos nos hemos preparado dentro de nuestras posibilidades y de muy distintas formas a adaptarnos y aprehender nuevas fórmulas de supervivencia, unos en carreras y masteres específicos y otros en la propia carrera de la vida.

Es bien cierto que a lo que a la mayoría nos preocupa, bien por nuestro propio interés directo o indirecto; es superar el reto y el enigma por resolver que para muchos es encontrar empleo.

Es evidente y asumido que uno de los factores que mas nos ayudan a estar como estamos es el hecho de tener una actitud positiva y ser capaces de imaginar y clarificar que es lo que queremos, donde lo queremos y sobretodo visualizarlo como medio de atracción psico-física, o al menos eso nos traslada la ley de atracción.

Es cierto que en este procedimiento que todos hemos pasado; muchos de nosotros hemos evolucionado al igual que ha evolucionado la sociedad; independientemente de nuestra actitud y de nuestra atracción a un hecho especifico y concreto, pero la cuestión de un curriculun se traduce en tener claras una serie de ideas. Nuestro currículo es al fin y al cabo nuestra carta de presentación y en el debemos transmitir toda la información focalizada hacia nuestro objetivo, buscando y transmitiendo una idea que nos guste y nos interese al mismo tiempo.

También es importante como parte de nuestro propio branding o marca personal intentar vendernos al mejor postor y al más cercano a nuestros intereses recopilando nuestra formación, experiencia, expectativas y en definitiva ese estado de ilusión permanente que determina una actitud positiva.

El medio donde presentamos nuestro currículo es otro de los temas importantes y discutibles, no es necesario que sean las redes sociales por decir un ejemplo, es como aquello que estudiamos las personas de mi generación y quiero suponer que se sigue estudiando: es condición necesaria y suficiente, es condición suficiente y no necesaria, o en su caso ni es condición necesaria ni suficiente, que nos vea todo el mundo, sino aquellos que puedan captar nuestro mensaje.

Si bien el currículum no es el factor más determinante, pues existen otros como la entrevista personal, es el primer filtro de acceso a nuestro destino, reconociendo que no todas las oportunidades laborales se centran en aquello que se relaciona con los que  hemos estudiado, sino por lo contrario  en lo que podemos destacar como profesionales y sobretodo como personas.

Esta claro que tener varias cartas de la baraja, favorece la posibilidad  de que bien jugadas poder llegar a tener un póquer de ases, pero también es cierto que la perseverancia en cuestión de currículums es saber tener paciencia y constancia para obtener un buen resultado.

                                                                 Ferran Aparicio
                                                      5 de noviembre de 2022

viernes, 15 de julio de 2016

PARTIDA DE POKER

El otro día viendo unas imágenes de televisión, me resonó una frase que me llamó profundamente la atención. “la partida de cartas,…, no está acabada,…, como la vida misma”, frase que me hizo reflexionar por aquello que te toca doblemente la moral.

Nunca me ha gustado jugar a las cartas ni a juegos de azar, bien por que acepto honestamente el hecho tanto de perder como ganar, bien porque no me gustan los juegos de azar por tener una mentalidad pragmática y racional fruto de mi formación y haber estudiado estadística, y llegar a darte cuenta que el conjunto inverosímil de posibilidades que tiene cualquier combinación matemática es prácticamente ilimitado en función de las variables que entren en juego.

Más chocante es la lapidaria frase que se le atribuye a Willian Shakespeare que decía “ El destino es que baraja las cartas, pero somos nosotros las que jugamos”, y la verdad es que no le faltaba razón, pues en un juego y en la vida mismas hay acciones inmediata en función de una combinación de buenas o malas cartas , pero somos nosotros los que manejamos la combinación de posibilidades de acción y reacción para salir mas o menos victoriosos de la partida.

Las personas somos lo que somos y lo que creemos, sin embargo no podemos evitar tropezarnos con la palabra destino. La palabra destino como tal es algo intimidante en cuanto que nos conecta de una forma trascendental con algo más allá de nosotros mismos y de nuestro control de nuestra vida.

La pura verdad y de una forma confidencial puedo atreverme a decir que no sé si el destino existe o no existe, pero lo que si puedo afirmar es que el camino de la vida está llena de una sucesión de hechos y situaciones que son como una partida de cartas, en la que siempre confiamos en obtener el comodín que nos permita sustituir el elemento que nos falta para completar una situación que nos afecta en mayor o menor medida.

Si existe o no existe el destino, es algo difícil de explicar, pero lo que muchos si sentimos es que sentimos una fuerza interior y exterior que nos va moviendo, sin aparentes signos de firmeza y nos hace estar en cada situación en su justo momento, ni antes ni después, ni a favor ni en contra, siempre en su justo momento y con su justa intensidad.

Es bien cierto que en esa partida de cartas que todos jugamos, sí o sí, cuando llegamos a esta vida, el destino entendido no como una especie de certeza de lo que va a suceder en el futuro sino como una capacidad de reacción ante el momento que vivimos que ya no existe; el destino nos puede dar unas determinadas cartas, pero lo que hagamos con ellas es cosa nuestra y de ahí depende lo que puede suceder en el plano más amplio de la vida y del devenir de ésta.

Nosotros, cada uno de nosotros, somos los que jugamos la partida y como buenos jugadores de cartas debemos saber y entender que el ganar o perder, no depende tanto de las cartas que te han tocado sino de tu habilidad de jugar con ellas.

Ferrán Aparicio
15 de julio de 2016

jueves, 10 de septiembre de 2015

MIRANDO POR ENCIMA DEL HOMBRO


El humano por excelencia tiene un sistema perfecto de funcionamiento. Cuando algo chirria, implica que el cuerpo y la mente están resistiéndose  de algo que no funciona correctamente bien clínicamente, bien emocionalmente e independientemente  de la edad del personaje.

Lo  que es cierto es que cuando observamos un comportamiento erróneo pasamos a examinar las razones que impulsan a comportamientos que malogran la felicidad.

Esto en cierta forma implica observar seriamente y con atención el sistema de apoyo sicológico que has  construido para mantener este comportamiento de autofrustación en vez de abandonarlo.

Es bien cierto que cuando empezamos a revisar y ajenos a nuestra propia culpabilidad comenzamos a observar las oportunidades de cambio , que no siempre están a la vista.

Lo que en cualquier caso está claro es que somos capaces de decidir sobre  nuestras propias emociones en relación a las decisiones que tomamos o en su caso que tenemos que tomar sin enervar la responsabilidad de sus consecuencias de lo que somos o sentimos.

Cuando coges perspectiva por encima del hombro te ves a ti mismo reflejado y te das cuenta que tu eres la suma total de todas tus opciones.

Como en muchas ocasiones te reiteras  en tomar consciencia del presente reiterando que se desperdicia mucho tiempo en rememorar el ahora pasado y de pensar en un futuro lejano e incierto.

La elección es un acto de libertad responsable y es en ella donde nos demostramos a nosotros mismos que sabemos enfrentarnos al hecho que no muchas veces resolver problemas  que hay en nuestra  vida.

Los problemas  en general son iguales para todo el mundo y son parte de la condición humana y no condicionan el grado de felicidad personal, sino demuestran la inteligencia y habiklidad de cómo saber afrontarlos.

Aprender a hacerte cargo de ti mismo de mirar por encima del hombro y saber que convives  con tu propia muerte, te ayudará a sentir emocionalmente y a controlar tus propias emociones.

En cualquier caso por encima del hombro o cara a cara,  solo se trata de saber si quieres estar muerto en vida o por lo contrario simplemente hacer de tu vida lo que simplemente quieres, sin máscaras ni papeles aprovechando al máximo tus posibilidades

                                                                Ferrán Aparicio
                                                     10 de septiembre de 2015