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viernes, 15 de septiembre de 2017

LA INUTILIDAD DEL SUFRIMIENTO

Hablar de sufrimiento, es hablar de la crisis, del momento doloroso, de lo que cada uno siente, solamente uno es capaz de reconocer algo cuando lo ha vivido.

Hoy después de dos años de sufrimiento, me han operado de una mano que la tenia tocada, sabiendo que el sufrimiento iba añadido. La verdad es que no me he enterado por la anestesia local que me han aplicado , pero también es cierto que me había preparado, desde dejar todo accesible para la vuelta hasta hacer testamento por si las cosas no iban tan bien como yo esperaba.

Es bien cierto que los libros de auto ayuda , la vida , la experiencia, la perseverancia, la voluntad  y tantos y tantos ingredientes espirituales , materiales incluso químicos, te ayudan a encontrar una respuesta para cada momento especialmente si eres consciente de ello.

Como siempre  y desde la sincronicidad, las cosas tienen su por qué, independientemente de la sensibilidad de cada persona, que no tiene comparación como tan general dentro del sistema de valores individuales. El estudio de la inutilidad del sufrimiento está basado en una premisa  basada en la psicoterapia racional emotiva  de Albert Ellis, que en definitiva  explica la teoría  de que las emociones que sentimos, no son consecuencia de los acontecimientos que vivimos o las personas  con las que nos tratamos, sino con los pensamientos o ideas que nos formamos  a propósito de esos acontecimientos.

En realidad y traducido  nivel emocional es tan fácil como pensar que nuestra mente se basa en tres pasos automatizados, el acontecimiento, el pensamiento y el surtimiento emotivo, en el que el primer paso es que aparece cualquier acontecimiento y ante este  tenemos una creencia prefijada, un pensamiento, algo como las sombras de platón pero en una realidad más inmediata más evidente, porque hemos creado un principio de reacción ante el acontecimiento y la respuesta emocional, ante éste surge de manera automática, sin mediar un análisis de que las circunstancias cambian el sentido prioritario de todo acontecimiento, las emociones responden a los pensamientos que en ese omento tenemos bien prefijados o subconscientes.

Ahí está la clave , porque reaccionar de una forma automática , ante un  acontecimiento, que nuestra mente reconoce como común, lo identifica y reacciona, sin elaborar un análisis intermedio es decir un pensamiento racional, pues lo conceptos fuera de sus circunstancias no  tienen  contenido básico, y esto lleva implícito un sufrimiento innecesario que supone un shock ya que pasamos  a de ser víctimas de las circunstancias, a ser responsables de nuestras  emociones ante una reacción cómoda re dispuesta. El pensamiento es previo a la emoción y ese pensamiento es el que nos hace sentir bien o mal.

La reflexión ante nuestro pensamiento y comportamiento cotidiano, solo se traduce reconociendo que el futuro bien entendido está en el presente bien entendido.

Ferrán Aparicio
15 de septiembre de 2017

sábado, 30 de enero de 2016

VIRTUDES PERFECTAS


VIRTUDES PERFECTAS

Hablar de virtudes es hablar de palabras mayores, si   bien es cierto que todos tenemos alguna.

Pero si analizamos nuestro entorno, siempre podemos reconocer a personas que siempre están contentas , incluso cuando la vida no les sonríe en demasía, lo cual al fin y al cabo es una virtud perfecta , pues no todos aceptamos la vida que llevamos incluso siendo unos privilegiados en comparación con otros.

La  clave de esa virtud perfecta y después de analizarlo en varios casos, es que  estas personas han desarrollado hábitos que generan y facilitan el acercamiento a una felicidad natural.

Es común observar cómo estas personas agradecen estar vivos cada mañana cuando se levantan y no pierden la perspectiva del presente como un estado de consumo energético como si cada momento fuera el último , lo que les permite vivir intensamente y con desahogos.

Las personas e independientemente de nuestras virtudes, nos nutrimos de las personas que nos rodean es como un feed back continuo de contagio de emociones y valores que vamos retro activando lo cual nos genera una actitud positiva aceptando a los demás por lo que son  y el lugar que ocupan en nuestras vidas.

Como siempre y desde la humildad el tratar de aprender nuevas cosas que por afinidad nos resultan interesantes es un hábito que coincide en las personas felices comparten.

Las virtudes perfectas son las armas que nos ayudan a combatir con cierta creatividad las desavenencias y contratiempos como una oportunidad para hacer cualquier cambio en el sentido positivo, haciendo la mayor parte del tiempo lo que te guste, incluso el trabajar, pero dejando también tiempo para tus aficiones como parte complementaria de sacar la pasión por la vida

Reír, perdonar ser agradecidos  y cultivar nuestras relaciones, son virtudes complementarias  que nos recuerdan nuestra imperfección, pues en el lado positivo de cualquier situación siempre triunfa el optimismo y aun cuando todo suceda por una razón y sabiendo que muchas veces nos vamos a encontrar con que no sabemos cuál es la razón, nos van a permitir reconocernos a nosotros mismos y hacer lo mejor posible con lo que somos.

 Perseverar hacia una virtud perfecta, concentrándonos en nuestra vida es una forma de no  desviar nuestra atención ante la vida, porque siendo honestos con los demás y con nosotros mismos es una forma de fluir en una actitud que como conjunto de virtudes perfectas nos van a permitir asumir  la responsabilidad de nuestros estados de ánimo, actitudes, pensamientos, sentimientos, acciones y palabras, y como siempre “sin más”, que ya no es poco.

 

                                                           Ferrán Aparicio
                                                      30 de enero de 2016