Últimamente estoy dedicando mi tiempo libre a acciones
artísticas y hasta ahora, bien escribiendo , bien pintando o haciendo escultura,
siempre me acompañaba de música , televisión o simplemente una cadena de radio.
Desde
hace unas semanas he descubierto el silencio como medio de conexión conmigo
mismo y les aseguro que como experiencia, no tiene desperdicio pues hay una
conexión sincera con una mente en blanco muy expresiva y sincera, que produce
resultados inesperados.
Casi
siempre uno se documenta en lo que escribe para manejar un abanico de ideas y
dirigirlas a lo que se pretende expresar, la Wikipedia define el silencio como la
ausencia total del sonido.
Pero
si lo pensamos fríamente, el silencio también significa abstención de hablar,
en el ámbito de la comunicación humana, concepto muy relacionado en la
deontología jurídica con lo que siempre se ha dicho que: “quien calla otorga “,
aunque en la vida diaria , el que calla, calla y el que habla responde, además se
utiliza el silencio como técnica de comunicación, en cuanto a desacuerdo, callar
es poner en evidencia un contenido o cualquier otra diligencia emocional, aun
cuando que no haya sonido alguno no siempre quiere decir, que no haya
comunicación.
El
silencio es igual de importante que el sonido porque sin sonido no se podrían
hacer silencios, pudiendo ser objetivo en cuanto que también refleja la acción
de no hacer ruido y otra variante es el silencio subjetivo utilizado con una intención dramática.
Quizás
el silencio sea el antídoto perfecto para paliar la satisfacción inmediata de
la acción, ya que cualquier insatisfacción hay que resolverla pasando a la
acción.
Vivimos
en un mundo donde predomina lo rápido, la satisfacción inmediata, la acción, y
la respuesta como algo que exigimos y se nos exige, tanto en lo verbal como en la acción ejecutiva y esto no resulta
realmente ni justo ni necesario, pues olvidamos que nosotros somos nuestros
mejores amigos y salvo error u excepción, somos los que tenemos que dominar el
principio de acción y de satisfacción personal.
El
secreto sólo está en el silencio como equilibrio entre escucha y acción, pues
en definitiva si lo pensamos fríamente necesitamos aquietar que no parar, para
encontrarnos con nuestro ser para poder conocerlo en su profundidad, conocer
sus sentimientos, sus anhelos y sus sueños, y con esa información poder luego
pasar a la acción.
La
observación desde un mundo en silencio es muy importante pues nuestra mente nos
deja llegar a una perspectiva libre, en el que el punto de vista cambia por no
estar influidos por el medio exterior del ruido o la expresión ajena.
Yo
personalmente comparto la teoría de que
todo llega en su justo momento, pero para ello
es necesario tener la actitud de
una escucha personal, para encaminar desde la quietud la acción inmediata como
un principio de acción y reacción desde el sosegado silencio. Al final es el silencio el que
aporta tus soluciones, con que te animo
a aquietar los ruidos y fomentar el silencio como respuesta a tus inquietudes
subconscientes.
Ferrán Aparicio
20
de diciembre de 2017