El otro día y teniendo la mente
en blanco me surgió la idea que: “la verdad y solo la pura verdad es que el
minimalismo absoluto en que nos estamos encerrando algunos, sólo puede
complementarse con metas básicas”, pues lo cierto es que el día tiene
veinticuatro horas y lo importante es hacer una balance de nuestras metas,
estableciendo un riguroso orden de prioridades.
De alguna forma hay un secreto que fomenta esta
actitud y aptitud, y es recurrir a la
voz de tu conciencia y no dejarte llevar por tus instintos, como lo hacen los
animales, debiendo razonar y escuchar esa voz interior intuitiva de la
conciencia.
Cada uno tenemos una escala de principios y valores
y el sentido de una situación es único, sin seguir patrones o leyes generales, por
lo que el sentido racional no puede ayudarnos a esa búsqueda de la importancia
de las metas básicas , sino todo lo contrario al sentido intuitivo de la
consciencia como arma para desarrollar esas metas básicas.
La intuición es
simplemente es un proceso que los humanos desarrollamos a través de la
consciencia que se manifiesta de alguna forma para decirnos o anticiparnos que
algo está por hacerse realidad.
Sin embargo nuestra vida es una realidad tal
como la experimentamos y percibimos, dándole valor a aquello que percibimos en
cada momento, es por ello el valorar las metas básicas como algo puntual y
necesario para este momento como expresión de un presente puntual y etéreo.
Es por eso
que la intuición nos acerca a la realidad tal cómo la experimentamos y
percibimos, pues en cada acto de
conciencia nos centramos al objeto, idea o situación que vivimos en ese momento, no atendemos a todo,
sino solo a lo que constituye un hecho de cierta importancia y además atiende a
esas metas básicas que nos hemos
planteado en un momento inmediato anterior.
Las metas básicas
como actos de conciencia desempeñan un papel decisivo en nuestras vidas, si la
escuchamos o no, depende que nuestra vida sea significativa o carente de
sentido.
En este mismo sentido se supone que debemos de escuchar la voz de
nuestra consciencia, pues constituye el sitio de escucha desde el cual
captamos nuestros ideales, principios y
valores y en cualquier caso nuestras querencias esenciales , desde las sentimentales
a las racionales, sin embargo y analizando el recorrido de nuestra vida también
debemos de ser conscientes del riesgo que supone seguir los dictados de nuestra
consciencia si reflexionamos de cuantos errores nos ha llevado por ser fiel a
sus normas e imposiciones.
Aquí surge el dilema
en el caso de que la voz de la consciencia se manifieste, nos planeamos
si somos libres para desatender su llamada de atención o la ignoramos. La
respuesta la tiene cada uno y sólo desde el libre albedrío estamos obligados a
elegir.
Al final en la vida todo funciona con un mecanismo
exacto en que las piezas se van moviendo a la velocidad y en la dirección que
nosotros vamos determinando , es por ello que todo llega en su justo momento y
que somos víctimas de nuestro propios actos , por lo que les animo al menos a
tener una metas básicas claras , que siendo inocuas no pueden más que poner a
punto toda su maquinaria para que a su velocidad llegue usted a su destino.
Ferrán Aparicio
5
de diciembre de 2016