Un medio de expresion donde lo cotidiano se expresa intentando aprender a darle tiempo al tiempo, a esperar ese momento , mi momento, nuestro momento, porque todo llega cuando tiene que llegar.
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jueves, 30 de abril de 2015
idealist@s: idealist@s: EXILIO FORZOSO
idealist@s: idealist@s: EXILIO FORZOSO: idealist@s: EXILIO FORZOSO : Hace unos días saltaba a la palestra que más de ciento cincuenta mil personas, habían ahuecado el ala y se habí...
EL SINDROME DE LA FELICIDAD APLAZADA
También es cierto que en esta vida más vale ser alegre que ser triste, pues es la felicidad la que nos va a llevar al éxito ,pues lo que ya hemos o tenemos superado es el hecho que los éxitos no nos van a generar felicidad sino a ver y disfrutar de objetivos cumplidos.
Los humanos, por humanos que no divinos que somos, nos pasamos la vida poniéndonos metas y objetivos, y una vez superados u obtenidos perdemos cualquier aliciente sobre la energía que hemos invertido, generando de nuevo otros de mayor alcance, tamaño o intensidad.
El síndrome de la
felicidad aplazada lo que nos ayuda a comprender es este proceso, la felicidad
no se genera una vez obtenido lo que queríamos; pues la oportunidad de ser feliz nunca llega al
posponerla ya que lo que no nos damos
cuenta es que la oportunidad siempre la tenemos en cada momento de nuestro
presente y no es cuestión de objetivos, éxitos y otras prebendas cumplidas.
Cuando llegamos muchas
veces a comprender que el secreto está en el camino y no en la meta, muchas
veces ya es tarde pues el objetivo se ha cumplido con la correspondiente pérdida
inmediata de interés que esto nos produce.
Respecto a la posesión
que no deseo, está claro que la felicidad no es lo que tienes sino lo que eres
y eso se denota en como transmites tus energías en lo que haces; como te
relacionas o simplemente como convives.
El problema del síndrome de la felicidad aplazada, es que el tiempo nunca vuelve, por lo que no podemos recuperar situaciones de cualquier índole en el pasado, ni tampoco podemos sacrificar la felicidad del presente por un futuro circunstancial de dudosa existencia.
Cosas como la actitud
positiva, valorando los aspectos que tenemos y sentimos en el presente, es un
buen punto de partida para planificar aquello de lo que dudamos, eso si en el
aquí y ahora y dentro de nuestras propias circunstancias, sin envidias ni
anhelos, pues lo que está claro en cualquier caso que para ser feliz no sólo
hay que tener un plan de acción premeditado en cuanto a consciencia se refiere,
sino aprender a tomar decisiones valientes disfrutando de su aceptación para
evitar el síndrome de la felicidad aplazada.
En cualquier caso no
debemos confundir éxito y felicidad, ni tampoco aplazar nuestra vida pues más
allá de los resultados que conseguimos está como nos sentimos en el camino
mientras luchamos por nuestro objetivo y sólo en la cuestión que te provocas se
puede vivir disfrutando de las oportunidades que se presentan.
Ferrán
Aparicio
30 de abril de 2015miércoles, 29 de abril de 2015
idealist@s: EXILIO FORZOSO
idealist@s: EXILIO FORZOSO: Hace unos días saltaba a la palestra que más de ciento cincuenta mil personas, habían ahuecado el ala y se habían lanzado a una nueva ...
sábado, 25 de abril de 2015
EXILIO FORZOSO
Hace unos días saltaba a la palestra que más de ciento cincuenta mil personas, habían ahuecado el ala y se habían lanzado a una nueva aventura de trabajar en el extranjero. Los destinos eran, variados, variopintos y diferentes, ni les digo la cantidad de diferentes situaciones que había producido esta situación, pero el punto común era como no, la falta de una oportunidad laboral.
No voy a incidir sobre el concepto de fuga de talentos que empobrece a un país, además de arruinarlo en el sentido que cuando un estado político y social, ha fomentado la educación con el esfuerzo brillante de alguien, va éste y se nos va en su mejor añada, a rematar lo que aquí hemos generado, con sus costes respectivos para el resto de la sociedad, sin más que por una simple deficiente gestión laboral de posibilidad de desarrollar su talento.
La verdad que es cómico a determinadas edades donde ya lucen canas, el hecho de reflexionar llegando a la conclusión de que aquí no hay quien viva, además de esa famosa serie televisiva, el concepto que conlleva aparejado.
Al margen del revolutum político y social, donde muchos ya no sabemos dónde mirar más que al frente y con cuidado de no tropezar, me da pena pensar como han pasado los años y mucha gente nos encontramos como siempre en esa generación sándwich, que ni somos jóvenes ni somos mayores, pero hemos luchado por un futuro que nunca llega, por no decir un presente poco apetecible.
Es cierto que si me pillara con veinte años menos, yo sería el primero en salir corriendo con lo puesto, pues ya son varias las crisis económicas que hemos pasado los de mi generación, dicen que son cíclicas, pero cada día son más largas y se acercan más entre ellas y nos recuerdan con cotidianidad los debates que parecían olvidados desde la postguerra española.
Dicen que en el papel que cada cual escribe la historia de su vida se ve marcado por una arruga grabada en el mismo, para los más afortunados simplemente una marca para otros una brecha insalvable, pero lo que si es cierto que hay que perder los miedos y renovar el papel en que vivimos.
Es cierto que la imagen del exiliado forzoso actual, es una imagen más joven de la que en nuestra sociedad estábamos acostumbrados a recordar, donde los rasgos de hambruna y despedida con sollozos en las estaciones se transforma.
No voy a incidir sobre el concepto de fuga de talentos que empobrece a un país, además de arruinarlo en el sentido que cuando un estado político y social, ha fomentado la educación con el esfuerzo brillante de alguien, va éste y se nos va en su mejor añada, a rematar lo que aquí hemos generado, con sus costes respectivos para el resto de la sociedad, sin más que por una simple deficiente gestión laboral de posibilidad de desarrollar su talento.
La verdad que es cómico a determinadas edades donde ya lucen canas, el hecho de reflexionar llegando a la conclusión de que aquí no hay quien viva, además de esa famosa serie televisiva, el concepto que conlleva aparejado.
Al margen del revolutum político y social, donde muchos ya no sabemos dónde mirar más que al frente y con cuidado de no tropezar, me da pena pensar como han pasado los años y mucha gente nos encontramos como siempre en esa generación sándwich, que ni somos jóvenes ni somos mayores, pero hemos luchado por un futuro que nunca llega, por no decir un presente poco apetecible.
Es cierto que si me pillara con veinte años menos, yo sería el primero en salir corriendo con lo puesto, pues ya son varias las crisis económicas que hemos pasado los de mi generación, dicen que son cíclicas, pero cada día son más largas y se acercan más entre ellas y nos recuerdan con cotidianidad los debates que parecían olvidados desde la postguerra española.
Dicen que en el papel que cada cual escribe la historia de su vida se ve marcado por una arruga grabada en el mismo, para los más afortunados simplemente una marca para otros una brecha insalvable, pero lo que si es cierto que hay que perder los miedos y renovar el papel en que vivimos.
Es cierto que la imagen del exiliado forzoso actual, es una imagen más joven de la que en nuestra sociedad estábamos acostumbrados a recordar, donde los rasgos de hambruna y despedida con sollozos en las estaciones se transforma.
Hoy en día es más fácil viajar mucho más lejos a mundos donde las oportunidades están esperando a gente preparada. El exilio forzoso es una situación difícil pues a nadie le gusta salir de su zona de confort, pero sin embargo no podemos perder la perspectiva de que quien no se moja, no cruza el charco.
El viaje de la vida nos lleva ya en territorio nacional por caminos desconocidos, pero el inmovilismo puede ser la causa de nuestro suicidio, si no físico emocional, con que animo mal que me pese, a ejercer el derecho del exilio forzoso como algo natural, como siempre, sin más.
Ferrán Aparicio
25 de abril de 2015
El viaje de la vida nos lleva ya en territorio nacional por caminos desconocidos, pero el inmovilismo puede ser la causa de nuestro suicidio, si no físico emocional, con que animo mal que me pese, a ejercer el derecho del exilio forzoso como algo natural, como siempre, sin más.
Ferrán Aparicio
25 de abril de 2015
lunes, 20 de abril de 2015
CUESTION DE SEGUNDOS
Todo el
mundo y he dicho todo el mundo, hemos sido conscientes hace unas semanas de cómo
durante unos segundos, una vida humana puede acabar, sin más.
Siempre hemos oído, leído,
incluso sentido que todos tenemos un destino, incluso lo importante que
resultaba estar en el sitio adecuado y en el momento adecuado, sin embargo hay hechos
que todavía lo ponen más de manifiesto.
La cuestión de fondo es la
sensación que nos produce cuando nos ponemos en la piel de los demás e imaginamos
encontrarnos en esa cuestión de segundos,
incluso sentir como puede llegar a pasar
una vida por delante, si bien con esto mito, nadie ha vuelto para contarlo.
Prepararse para el impacto del
fin es una tragedia en la que nadie estamos preparados, aunque la vida nos pille
por sorpresa en aquello de que la vida se acaba.
Es cierto que si llegara el momento sabríamos cómo reaccionar como humanos que somos y lo
más similar es la acción de cuando nos
comunican que alguien cercano o no tanto
sufre una enfermedad terminal, inmediatamente nos planteamos en cuestión de
segundos al ponernos en su lugar, esa lista de cosas que nos hubiese gustado
hacer antes de morir y en esas cosas que queremos hacer en vida y postergarnos
pensando inconscientemente que íbamos a ser eternos.
Al contrario o en cualquier
caso de otra forma nos plantearíamos aquello de quienes somos, que hemos
disfrutado, que tenemos y no hemos valorado, pero sobretodo no cabe duda que
nos plantearíamos el tiempo que desperdiciamos en cosas que no importaban con gente que si importan.
Cuando el tiempo va pasando
somos conscientes de alguna forma que el
camino va avanzando.
Nuestro cuerpo empieza a
evolucionar en el tiempo manifestando cierto rechazo a la lozanía, que salvo
error o excepción se manifiesta con arrugas y canas, barrigas y decaimientos y
en general una desaceleración vital, que seudo reconocemos un día cuando nos
miramos al espejo y caemos en la cuenta de que el tiempo ha pasado y aunque ya
lo sabíamos con antelación lo hemos obviado de una forma ingenua y aunque en general nos hemos estado preparando
toda la vida por aquello que después de nacer lo siguiente es vivir para
finalmente morir, lo seguimos obviando en la cotidianidad del día a día, por
muy real e inamovible que sea el argumento.
La vida es un pasar y nadie
somos eternos, pero en cualquier caso les animo como me he animado yo a
reflexionar y conectar esos dos puntos el de la reflexión y el de la realidad,
del aquí y ahora, pues lo que resulta evidente es que nadie somos adivinos de nuestro
destino, salvo error u excepción y en definitiva todo puede cambiar en cuestión
de segundos.
Ferrán Aparicio
20 de Abril de 2015
miércoles, 15 de abril de 2015
idealist@s: MAS ES MENOS
idealist@s: MAS ES MENOS: Mucho me esta resonando últimamente esta expresión, más es menos, y después de analizarlo un poco más detenidamente es por la resonanc...
MAS ES MENOS
Mucho me esta resonando últimamente esta expresión, más es menos, y después de analizarlo un poco más detenidamente es por la resonancia que está teniendo el libro de Barry Schwartz, como título de su teoría.
Es cierto que intuitivamente y por nuestra contemporaneidad hemos crecido en el espíritu de que más es más y mucho más, es decir siempre queremos más de todo, sin embargo llega un momento en la vida de todas las personas, que bien por acción bien por omisión, hay que seleccionar y delimitar cada uno de los aspectos que componen nuestra vida.
Es cierto que depende de lo que estemos hablando; un mayor número de opciones nos dan una mayor posibilidad de elección, sin embargo hay decisiones cotidianas que nos abruman por su complejidad y ante el desconocimiento de sus consecuencias, vamos aparcando aumentando nuestra posesión mental de ese más y más.
Todo en la vida en su justa medida resulta la respuesta al equilibrio y en este sentido el exceso de oferta puede hacer plantearnos decisiones antes de tomarlas y en caso contrario, todo lo contrario, es decir sin opciones no hay resolución, lo que a corto plazo nos puede resultar frustrante en cuanto a no poder ver con clarividencia y seguridad que es por lo que estamos apostando o en su caso decidiendo.
En general la toma de consciencia de cuáles son las herramientas tanto materiales, como intelectuales, incluso espirituales, quizás sea la respuesta, a no considerar la cantidad de material, sino a la escala de valor que tiene cada uno de los elementos en nuestra vida, cuál es su vida útil y cuál es el fin a que se le destina, por decir un algo.
Hoy en día no hay excusa para bloquearnos en una toma de decisiones, pues disponemos de muchas más herramientas para poder afrontar las respuestas, sin embargo la envolvente de una cultura tan amplia, donde las posibilidades de elegir son tan ilimitadas, resulta un exceso de opciones que nos puede abrumar a la hora de tomar una decisión.
En definitiva y como contenido básico de este escrito, simplemente una reflexión que como decía Schwartz, nuestra elección general y puntual para cada problema marca el sello distintivo de la libertad individual y la autodeterminación que tanto celebramos, sin menos cabo que muchas veces se vuelva en contra por no asimilar que hemos errado en nuestra elección.
Les animo a replantearse, si más es menos o si realmente menos es más, todo depende de la escaleta que ustedes hayan previsualizado para su vida, pero lo que tengo mucho más claro es que no vale la pena tener más para ser menos, ni vivir obsesionado con tener más y más, pues al final de todo lo único que vale es de haber disfrutado de esas pequeñas cosas de cada día, que no son ni más ni menos , sino del sabor con que vivimos nuestro presente, nuestro presente sin más.
Ferrán Aparicio
15 de abril de 2015
viernes, 10 de abril de 2015
idealist@s: AMOR,AMORE,.., AMANTE
idealist@s: AMOR,AMORE,.., AMANTE: Casualmente ha caído en mis manos el libro escrito por Carson Mc Cullers, y traducido por Maria Campuzano: “La balada del café triste”....
AMOR,AMORE,.., AMANTE
Casualmente ha caído en mis manos el libro escrito por Carson Mc Cullers, y traducido por Maria Campuzano: “La balada del café triste”. El libro no tiene desperdicio y toca uno de mis temas favoritos el amor y los amantes.
Todos o casi todos, en esta vida hemos sentido el amor como una experiencia personal, una experiencia reciproca y común a dos personas, pero con el paso del tiempo te das cuenta que no ha sido sentido de la misma forma y con el mismo significado y la misma esencia por ambas, por aquello de que no hay dos personas intrínsecamente iguales.
Dicen los expertos en materia que en una relación de amor existen dos figuras: el amante y el amado, y además son conscientes en el fondo de sus corazones, que siempre hay uno de los dos que siente el amor de una forma más pura, mientras el otro se siente amado como amante que es.
En el fondo el amante lo sabe y siente el amor como un ser solitario, lleno de sufrimiento pues no acepta ser amado condicionalmente y teniendo que crearse un mundo relativo, intenso y artificial alrededor del cual funciona como amante y como persona.
El problema surge cuando, uno es amado y llega a enamorarse, perdiendo el rol del amante y convirtiéndose en amador, lo cual es una posibilidad dentro de este juego de rol en el que los papeles van cambiando y así como el mismo tiempo nos va poniendo en su sitio a todos, también nos hace sentir de una forma distinta este sentimiento tan humano.
En este sentido existen muchas posturas en el ser amado y en el amante, tantas como el mismo Kamasutra, es como un teatro cambiante donde los papeles se van intercambiando, el teatro de la vida, donde escena a escena el amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado , y todos sus contrarios, y al mismo tiempo el amante es testigo de los defectos e incongruencias pero no le altera lo más mínimo, pues no pasa de la barrera del afecto distante.
En cualquier caso es el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor, pues lo que en casi todos coincidimos es que preferimos adoptar el papel de amar a ser amados, lo que nos da un protagonismo directo entre nuestro corazón y nuestra expresión, lo cual no trae indiferencias, pero si un protagonismo en la dirección en que nos auto complacemos.
Por esta razón casi todas las personas quieren ser amantes y convertirse en amados, lo que nos distorsiona el esquema con que había focalizado nuestra relación. En este sentido el amante determina la valía y la cualidad de todo el amor, lo que hace que convertirnos en amados resulte algo intolerable y hasta cierto punto inaguantable, como algo que coacciona nuestra libertad de acometer la situación.
Todos o casi todos, en esta vida hemos sentido el amor como una experiencia personal, una experiencia reciproca y común a dos personas, pero con el paso del tiempo te das cuenta que no ha sido sentido de la misma forma y con el mismo significado y la misma esencia por ambas, por aquello de que no hay dos personas intrínsecamente iguales.
Dicen los expertos en materia que en una relación de amor existen dos figuras: el amante y el amado, y además son conscientes en el fondo de sus corazones, que siempre hay uno de los dos que siente el amor de una forma más pura, mientras el otro se siente amado como amante que es.
En el fondo el amante lo sabe y siente el amor como un ser solitario, lleno de sufrimiento pues no acepta ser amado condicionalmente y teniendo que crearse un mundo relativo, intenso y artificial alrededor del cual funciona como amante y como persona.
El problema surge cuando, uno es amado y llega a enamorarse, perdiendo el rol del amante y convirtiéndose en amador, lo cual es una posibilidad dentro de este juego de rol en el que los papeles van cambiando y así como el mismo tiempo nos va poniendo en su sitio a todos, también nos hace sentir de una forma distinta este sentimiento tan humano.
En este sentido existen muchas posturas en el ser amado y en el amante, tantas como el mismo Kamasutra, es como un teatro cambiante donde los papeles se van intercambiando, el teatro de la vida, donde escena a escena el amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado , y todos sus contrarios, y al mismo tiempo el amante es testigo de los defectos e incongruencias pero no le altera lo más mínimo, pues no pasa de la barrera del afecto distante.
En cualquier caso es el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor, pues lo que en casi todos coincidimos es que preferimos adoptar el papel de amar a ser amados, lo que nos da un protagonismo directo entre nuestro corazón y nuestra expresión, lo cual no trae indiferencias, pero si un protagonismo en la dirección en que nos auto complacemos.
Por esta razón casi todas las personas quieren ser amantes y convertirse en amados, lo que nos distorsiona el esquema con que había focalizado nuestra relación. En este sentido el amante determina la valía y la cualidad de todo el amor, lo que hace que convertirnos en amados resulte algo intolerable y hasta cierto punto inaguantable, como algo que coacciona nuestra libertad de acometer la situación.
Les animo a disfrutar de su amante o amado, pues lo que está claro es que después de todo no hay nada y lo que importa es sentir lo que se vive, aunque sea desde la posición del amado.
Ferrán Aparicio
10 de abril de 2015
Ferrán Aparicio
10 de abril de 2015
Ubicación:
Valencia, Valencia, España
lunes, 6 de abril de 2015
idealist@s: EMPRENDIENDO EL VUELO
idealist@s: EMPRENDIENDO EL VUELO: Hace tiempo referenciaba un artículo en el texto de Icaro y decía algo así como que, como Icaro, el ave Fenix siempre está volando hac...
domingo, 5 de abril de 2015
EMPRENDIENDO EL VUELO
Hace tiempo referenciaba un artículo en el texto de Icaro y decía algo así como que, como Icaro, el ave Fenix siempre está volando hacia un sueño después de renacer: “Posiblemente con alas de cera será imposible soportar que crecemos para saber que no siempre hace buen tiempo, que hasta las sombras necesitan de la luz para ser vistas y sobretodo tener claro que nada es para siempre, y que la cera con el calor del sol se derrite y con el vapor del mar también, es por ello que no podemos volar siempre hacia lo alto y nunca en lo bajo” y es que el tema de los emprendedores sigue estando de moda, y antes de la crisis cada mochuelo estaba en su olivo y cada oveja con su pareja, pero desde que saltó la burbuja inmobiliaria e hizo “zas” para aparecer a tu lado, todos nos hemos vuelto divinos y somos unos grandes emprendedores.
Es bien cierto que independientemente de la crisis, a nadie nos gusta tener un jefe especialmente si es un perfecto idiota engreído, cosa frecuente en este mundo mundano, pero lo que también es cierto, es que no es fácil remontar el vuelo y no resulta tan creíble la historieta vendida y markertiana sobre el hecho que significa emprender y ser un emprendedor.
En los últimos años han surgido coaches como macetas en mi terraza, lo que también es cierto independientemente de las actitudes positivas que transmiten e intentan generar es que cada uno cuenta la feria según le ha ido, lo cual no es cuestión baladí.
La cuestión surge cuando somos realistas y vemos que aquello que nos gusta pasionalmente no nos da para vivir y simplemente hay que transpolarlo al campo de las aficiones, desde el arte a la cocina, por decir un algo.
Ser realistas en los momentos que corren y pensar en aquello que realmente disponemos es ya un logro y que se traduce a una fuerza personal del don de trabajo con una idea de bajo coste, eso sí con una pizca de sentido común, alejado de espíritus maquiavélicos de grandezas.
En cualquier caso no son fáciles los tiempos que corren por lo que hay que fomentar las ideas originales que no necesiten de un inmovilizado previo y no necesiten de gente de apoyo más que un mínimo número de personal traducido a ti, contigo mismo, pues como no lo empieces a hacer en tu casa, como central de trabajo, ya te has ganado un gasto innecesario, salvo que puedas convencer a tu padrino para que te afiance tu propio proyecto.
Sólo para el emprendedor hay que tener constancia de tus propios medios y esfuerzos y focalizar tu rumbo, pues encontrar las bombas de humo, de cómo le vayan a los demás está de más, sin menos cabo de las charlas esperanzadoras de los gurús del cambio que al igual que tu trabajan exclusivamente por dinero.
Animo a todos y cada uno de los que tengan la tentación de emprender, eso sí, desde el sentido común y sin engañarse, que América ya está descubierta desde 1492, por Cristóbal Colón y esto sí que es un hecho cierto.
Ferrán Aparicio
En los últimos años han surgido coaches como macetas en mi terraza, lo que también es cierto independientemente de las actitudes positivas que transmiten e intentan generar es que cada uno cuenta la feria según le ha ido, lo cual no es cuestión baladí.
La cuestión surge cuando somos realistas y vemos que aquello que nos gusta pasionalmente no nos da para vivir y simplemente hay que transpolarlo al campo de las aficiones, desde el arte a la cocina, por decir un algo.
Ser realistas en los momentos que corren y pensar en aquello que realmente disponemos es ya un logro y que se traduce a una fuerza personal del don de trabajo con una idea de bajo coste, eso sí con una pizca de sentido común, alejado de espíritus maquiavélicos de grandezas.
En cualquier caso no son fáciles los tiempos que corren por lo que hay que fomentar las ideas originales que no necesiten de un inmovilizado previo y no necesiten de gente de apoyo más que un mínimo número de personal traducido a ti, contigo mismo, pues como no lo empieces a hacer en tu casa, como central de trabajo, ya te has ganado un gasto innecesario, salvo que puedas convencer a tu padrino para que te afiance tu propio proyecto.
Sólo para el emprendedor hay que tener constancia de tus propios medios y esfuerzos y focalizar tu rumbo, pues encontrar las bombas de humo, de cómo le vayan a los demás está de más, sin menos cabo de las charlas esperanzadoras de los gurús del cambio que al igual que tu trabajan exclusivamente por dinero.
Animo a todos y cada uno de los que tengan la tentación de emprender, eso sí, desde el sentido común y sin engañarse, que América ya está descubierta desde 1492, por Cristóbal Colón y esto sí que es un hecho cierto.
Ferrán Aparicio
5 de abril de 2015
miércoles, 1 de abril de 2015
idealist@s: Y AHORA A QUÉ ME DEDICO
idealist@s: Y AHORA A QUÉ ME DEDICO: El otro día cenando con unos amigos, les planteaba, como habíamos cambiado,…, cuantas expectativas se habían ido al traste, como el paso...
idealist@s: DISFUNCIONES DE LA SUPERVIVENCIA
idealist@s: DISFUNCIONES DE LA SUPERVIVENCIA: Hace tiempo que la palabra disfunción resuena en mi cabeza, quizás sea por estos anuncios en el periódico y televisión sobre la di...
Y AHORA A QUÉ ME DEDICO
El
otro día cenando con unos amigos, les planteaba, como habíamos cambiado,…,
cuantas expectativas se habían ido al traste, como el paso del tiempo nos había
más que movido; nos había exiliado, en
busca de otros horizontes sin sentido, que jamás hubiésemos escogido por
nuestra propia elección o satisfacción,
después de esa desenfrenada crisis y concluíamos, que aún había que dar gracias a Dios por como
estábamos viviendo, independientemente del vacío existencial que todo este conjunto
nos producía.
Sin
embargo la controversia de un simple
comentario derivó en un dialogo interesante, partiendo de la idea de crisis,
ese concepto abstracto del que si
atendemos a su traducción del griego
como oportunidad, fuimos
divagando sobre las posibilidades que las vidas nos daban, pero con los grifos
bancarios cerrados y sin haber previsto el ahorro, para cuando llegara este
momento, resultaba bien difícil volver a empezar y pensar a que me dedico yo
ahora.
Cualquier
cambio es crítico por la incertidumbre que genera, especialmente cuando no es
reversible y esto todavía puede ser más traumático, eso lo teníamos todos
claro, pero desde el punto de vista positivo generaba un replanteamiento de
cómo responder a una pregunta clave como profesional y era: a qué me dedico,
algo que damos por supuesto y ni siquiera pensamos en ello y ....., así nos va.
Con
el tiempo uno se habitúa como costumbre a ejercer su rutina y vamos
dilatando nuestra vida en el tiempo, la toma de decisiones, pues el problema de fondo es
saber a qué nos dedicamos o nos gustaría dedicarnos.
Visto
con la perspectiva del tiempo hubiese sido más fácil hacer marcha atrás, como si
de un acto mecánico se tratara y empezar en una nueva dirección en el punto que
lo habíamos dejado, pero esto en la realidad no es posible.
También
es muy cierto que a todos nos han rondado ideas felices, que sin poder explicarlas
tácitamente podíamos comprender pero no materializar, bien porque no entraban
en nuestra zona de confort, bien porque nuestros medios no alcanzaban la meta
de salida para darles el empuje necesario.
Es
hora de tomar de decisiones de enfrentarnos a esa pregunta a qué me dedico, independientemente
de tu nivel de estudios o de idiomas, porque tomar una decisión es algo que
deja de ser complejo, cuando tienes la idea de lo que quieres hacer, pues no
hay dinero en el mundo para llenar un vacío que sólo llena tu creatividad,
empuje y diligencia.
Está
claro que lo que importa en cualquier
caso en cuestión, es dedicar tu tiempo al producto de tu trabajo y es mucho
mejor y te define más como profesional, si te gusta lo que haces que por si el
contrario, supervives con él; con que les animo a que se replanteen si realmente
están haciendo lo que les gusta y lo que les cualifica y califica como persona o que se pregunten si realmente están pasando su
tiempo, simplemente por pasarlo.
Se lo dice uno que se lo está replanteado, por decir un ejemplo andante y parlante.
Se lo dice uno que se lo está replanteado, por decir un ejemplo andante y parlante.
Ferrán Aparicio
1 de abril de 2015
lunes, 30 de marzo de 2015
DISFUNCIONES DE LA SUPERVIVENCIA
Hace tiempo que la palabra
disfunción resuena en mi cabeza, quizás sea por estos anuncios en el periódico y
televisión sobre la disfunción eréctil, pero no señores, no va por ahí el tema,
simplemente me estoy replanteando la disfunción emocional ante la esta etapa de
supervivientes que estamos pasando los españolitos de a pie, que quizás presuma
por ser definida como supervivencia.
La supervivencia muchas veces
se centra en alejar nuestras fobias y miedos del medio en el que nos estamos
alojando, pero lo que es también bien cierto es que no podemos confundir los
miedos con las fobias, ni tampoco hacer dos cosas al mismo tiempo , salvo
pensar y hacer el pino puente.
El miedo como tal es una
emoción caracterizada por una intensa sensación provocada por la percepción de
un peligro o amenaza que se deriva de la aversión natural al riesgo y se
expresa en su máximo esplendor en el terror. Generalmente el miedo como actitud
lo que genera es cierta ansiedad.
La fobia por el contrario es
un pánico que personaliza al miedo como un trastorno de salud emocional que se
caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante situaciones concretas
que normalmente ya hemos vivido y nos han causado un impacto emocional a nivel
sensitivo.
Sin embargo el miedo es una
respuesta adaptativa de supervivencia y defensa a algo que nos preocupa, nos
alerta o simplemente nos transmite un estado de peligrosidad, muy diferente al
sentimiento de fobia que resulta como una emoción exagerada de miedo extremo.
En cualquiera de los dos casos,
está claro que debemos replantearnos cuál es la causa real de nuestros miedos o
fobias, cuando verbalizamos un miedo o una fobia somos capaces de ser espectadores
de sus motivos, por lo que es el inicio de la cadena para superarlos como
espectadores de nosotros mismos. Con o sin ayuda externa y como todo en la vida;
el análisis de la causa es la solución al problema.
Como todo en la vida una vez
experimentado ya carece de sorpresa, tanto si mantenemos nuestra actitud como
si nos sobreponemos a ella. No es malo tener miedos, es al fin y al cabo una
alerta natural al peligro, pero como en cualquier tema o cualquier suceso, el
controlar la situación que nos produce puede ayudarnos a reaccionar como disfunción a la supervivencia.
Supervivencia implica seguir
viviendo eso sí, en el aquí y ahora, atendiendo a las señales que se nos
presentan y que nos ocurren, sin entrar en la disfunción del comportamiento
emocional que nos generan, sino todo lo contrario, siendo consciente de lo que
nos implican, tanto positivamente como negativamente.
No podemos plantarnos la vida
como un ideal, pero lo que si podemos es permanecer conscientes desde la
observancia pero con ausencia de un juicio crítico, actitud que nos generará
como en un círculo vicioso ir del miedo a la fobia y viceversa.
Ser consciente de los efectos
disfuncionales que nos produce un determinado tipo de actitudes es la actitud
que nos ayudará en muchas ocasiones a
salir del autoengaño y en cualquier caso a tener un estado de estabilidad y paz
interior, lo cual no es cuestión baladí.
Ferrán Aparicio
30
de marzo de 2015
miércoles, 25 de marzo de 2015
idealist@s: ESTRATEGIAS O ESTRATEGAS
idealist@s: ESTRATEGIAS O ESTRATEGAS: La verdad es que nunca me había parado a pensar sobre el término estrategia, he visto por motivos profesionales, como determinados compa...
ESTRATEGIAS O ESTRATEGAS
La verdad es que nunca me había parado a pensar sobre el
término estrategia, he visto por motivos profesionales, como determinados
compañeros, amigos y conocidos de los
llamados trepas han ido montándose su propia escaleta y sin más llegar a lo más
alto, o al menos a lo que creen que es lo más alto, por aquello que uno es más
rico cuanto menos necesita a la par que uno es más alto cuando menos tacones
utiliza en esta vida, por decir un algo.
Es
cierto que todos nos movemos por unos intereses y que en la vida se trata de
tomar decisiones en cada momento, planificarlas y ejecutarlas, lo hacemos desde
de que nos levantamos hasta que decidimos acostarnos, pero el problema que
surge en los tiempos que corren es si realmente estamos siendo honestos y
claros con las decisiones que tomamos o debemos parar un poco y reflexionar, si
realmente son oportunas y necesarias, nuestras acciones o en su caso el
inmovilismo por el miedo a perder lo que hemos acumulado con tanto sacrificio,
si es que realmente hemos acumulado algo.
Es
de todos conocido que la humanidad somos unos seres de costumbres y cuando
variamos nuestro modo vivendi, surgen esos miedos al cambio, pero también es
cierto que llegados a un punto debemos comenzar
a empezar a ser estrategas de nuestra vida, por aquello de que lo perdido, perdido
está y tenemos mucho por ganar.
Es
cierto que cada uno de nosotros nos hemos
creado una zona de confort en la que con mejores o menores medios aguantamos y
como el gueco, para no movernos hasta ver
una oportunidad clara, pues tenemos tendencia a adaptarnos a nuestro entorno
inmediato independientemente que de algún modo sea letal.
Siempre
he pensado y más con las perspectiva de la vida que las cosas han llegado en su
justo momento ni antes ni después, pero también es cierto que ya resuena la
historia como un recurso fácil y hay que empezar a posicionarse como estratega en
una estrategia personal, pues las canas
van apareciendo y uno ya no es un chaval.
Las
razones para cambiar son muchas y las razones
para no cambiar simplemente miedos, pero quizás la más importante no es la
falta de opciones sino el miedo a
reinventarse eso si desde la consciencia
del estratega que utiliza la racionalidad y el sentido común para posicionarse
y muy al margen de lo que puedan pensar los demás.
Es
hora de hacer limpieza, derribar prejuicios e intentar algo nuevo y actuar como
estratega de nuestra estrategia, estudiando el conjunto de acciones que
componen nuestro plan para conseguir el logro que nos hemos establecido.
Es
hora de empezar una nueva aventura, pero lo voy a plantear, explicar y sobre todo comunicar escuchándome, de un modo
muy distinto a hasta ahora. Eso quizás sorprenda, disguste, pero lo que es
cierto es que un conjunto de acciones planificadas anticipadamente al menos
cuyo objetivo es alinear recursos y potencialidades, no puede ser una mala
estrategia, al menos para crecer como persona.
Ferrán
Aparicio
25 de Marzo de 2015
Etiquetas:
ESTRATEGAS,
ESTRATEGIAS,
MIEDOS
Ubicación:
España
viernes, 20 de marzo de 2015
IMPACTOS EDUCACIONALES
IMPACTOS EDUCACIONALES
Dicen y solo dicen, que el
estilo es la forma lógica de hacer las cosas las personas, sin embargo estilo también puede
considerarse como el impacto o huella que dejamos en los demás.
Es cierto que nuestro estilo
es más conocido, cuanto mayor relación directa tenemos con las personas, pues
en definitiva actuamos de una forma sinceramente más lógica, que cuando
intentas maquillar determinada propuesta a cualquier nivel de la vida desde lo
verbal hasta lo material o creativo, incluso laboral.Hoy en día tenemos miles de formas de recrearnos, que no inspirarnos, con aportaciones o producciones estilosas, que nos van definiendo en nuestra aceptación y aportando o puliendo nuestro estilo propio, lo cual hace años era impensable.
Sin embargo dentro de nuestro
estilo no sólo se comprende como vestimos, como actuamos o como nos
relacionamos y lo que creamos, sino que
hay un conjunto de factores que nos van definiendo y que debemos de estar
pendientes y no abandonarnos pues son impactos educacionales que reflejan en
los demás opiniones, empatías y por supuesto valoraciones de nuestro estilo y
como no, de nuestra persona.
Todos y cada uno de nosotros
nos hemos salido del tiesto una vez en la vida, algo que por definición de
humano, incluso probable, pero lo que está claro es que si uno analiza el personaje que representa debe
intentar que coincida con la persona que lo interpreta a efectos de no causar
una pluralidad de interpretaciones.
Es cierto que la vida es puro
teatro y que el medio define al personaje, pero también es cierto que el
impacto educacional es una base para no sufrir desviación entre la persona y
personaje que representamos. Nuestro comportamiento es independiente de la
intimidad en la que se desarrolla, lo
que implica una fidelidad tuya contigo mismo, porque en definitiva todos los
humanos no queremos o deberíamos no querer, lo que para nosotros mismos
queremos incluso deseamos.
Ese impacto educacional
comprende muchísimos aspectos que no suelen tratarse pero que afectan a las
relaciones entre las personas tanto a las personas que pasan muchas horas con
nosotros como compañeros de trabajo, amigos, conocidos,…, así como con nuestras
propias familias.Dentro de esa forma lógica de hacer las cosas un factor importante es el de la educación, el impacto educacional es siempre bien recibido, no es lo mismo tratar con una persona educada por muy adversa que sea a nuestro pensamiento, que con una persona mal educada afín a nuestro pensamiento, pues al fin y al cabo, el impacto educacional es lo que nos une o en su caso distancia.
Plantearnos cuestiones como
debemos actuar con las personas con las que trabajamos o como expresarnos en
una red social son factores que también define nuestro estilo, si bien el que
se calla o no se manifiesta tampoco aporta nada, cuestión baladí muy diferente
en cuanto a definir su propio e insípido estilo.
En definitiva el impacto
educacional en relación al estilo, es definir un conjunto de factores en los
que, cada vez cuenta, pues todo lo que hacemos suma o resta en la definición de
nosotros mismos.
Ferrán Aparicio
20 de marzo de 2015domingo, 15 de marzo de 2015
CORAJE DE VIVIR
Dicen los refranes y dichos, algo así como que nunca es
tarde cuando la dicha es buena, pero también es cierto que cuando la dicha no
es tan buena es cuando nos damos cuenta que el lobo ha llegado, y que nos han
pillado con el carrito del helado.
Hoy
en día hay muchos mitos en los tiempos que corren sobre la actitud positiva, el
autoanálisis, y la economía y un sinfín de gaitas que van desde el mindfull a los
emprendedores neonatos, que al final uno ya no sabe si son fruto de la
inventiva de unos cuantos a favor del desespero de otros muchos, o simplemente
es que la gente entre los que me incluyo, ya hemos perdido el norte y cada uno
tenemos nuestra propia brújula en función de nuestras propias necesidades y
circunstancias.
Sin
embargo y después de haber leído un artículo sobre enfermedades paliativas, me
he dado cuenta cuan vulnerables somos, cuando vemos que esto se acaba y que lo
único que queda es el coraje de vivir, sin más.
Todos
hemos tenido la posibilidad de visitar un hospital por motivos de salud propios
y ajenos y ver de reojo situaciones paliativas desagradables que te recuerdan
que polvo eres y en polvo te convertirás y que la vida no entiende de delicadezas
y cuando a alguien le toca, le ha tocado, incluso en la degradación que supone
el término paliativo de irse a morir a casa.
Esto
lo que nos produce es madurar rápidamente especialmente si nos enfrentamos a
nuestra propia muerte, lo cual nos demuestra la capacidad de las personas a
crecer rápidamente y cambiar nuestro modus vivendi, tanto si eres actor como si
eres espectador en la historia que les estoy contando.
En
cualquier caso el coraje de vivir lo que nos enseña en estas tesituras es que
hemos perdido el tiempo en no vivir una vida fiel a nosotros mismos, no la vida
que otros esperaban de nosotros, cuando miramos hacia atrás, y nos damos cuenta
que no hemos cumplido ni la mitad de nuestros sueños de una forma autómata.
Es
muy importante valorar los sueños en el camino, pues en el momento que se
pierde la salud, ya es demasiado tarde, pues la salud conlleva una libertad que
pocos nos damos cuenta hasta que la perdemos.
No
es cuestión de ser alarmista sino reflexivo y pensar que no sólo venimos a
trabajar sino muchas veces sólo se trata de simplificar el estilo de vida que
llevamos y tomar decisiones coherentes en el camino, eso sí expresándonos a nosotros
mismos y valorando aquello que realmente nos valga la pena , desde nuestras
amistades a nuestra propia familia, sin ordenes ni conciertos.
En definitiva
solo ser trata de darse permiso a ser feliz sin pedir permiso a nada ni a nadie, pues la felicidad no sabe de permisos
y la vida al final nos pone a todos en nuestro sitio, que como poco es criando
malvas. Coraje, señores, simplemente coraje.
Ferrán Aparicio
15 de marzo de 2015martes, 10 de marzo de 2015
SENCILLA HUMILDAD
Hay principios que por su propio peso son indiscutibles, lo cual reduce sencillamente el planteamiento de cualquier interpretación y este es el caso de la sencilla humildad.
La humildad como concepto es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado la conciencia de sus propias limitaciones y debilidades y obra en consecuencia.
Como concepto implica cierta complacencia, la
persona humilde consigue estar
satisfecho de sí mismo, lo cual ya es un gran logro en la sociedad competitiva e
impersonal en la que vivimos, pues las personas humildes son personas que no
tienen que demostrar nada a nadie y es por ello que se les tilde de sencilla
humildad.
El término humildad proviene del latín humilitas-humiilitatis, y aunque en nuestra
lengua castellana tiene varias acepciones desde el conocimiento de las propias
limitaciones y debilidades, al clasista de pertenecer a la casta baja o de origen pobre y en general todo el mundo lo aceptamos como la capacidad de restar importancia a los propios logros y virtudes y de reconocer
sus defectos y errores.
En sentido contrario el hecho de tener y
necesitar el reconocimiento externo sacando a relucir nuestras virtudes
personales en algo, dejando siempre ver nuestros hechos y amores que no son
buenas razones, no deja de ser una muestra de absoluta debilidad.
Todos o casi todos tenemos claro que una
persona que actúa con humildad no tiene complejos de superioridad, ni tampoco de
inferioridad, simplemente vive ajena a cualquier juicio de valor externo que le
acredite un valor añadido al suyo propio, pues vivimos en una sociedad donde se
valora el triunfo como un alarde de nuestros éxitos, ocultando nuestras dudas e
inseguridades bajo una máscara de arrogancia.
En este sentido, la humildades un valor opuesto
a la soberbia como decía el filósofo José Antonio Marina es: “la
humildad nació para ser el antídoto de la mayor falta humana: la soberbia”,
y es que este tipo de acciones o actuaciones lo que hacen desfigurarnos como
personas y hacernos artificiales y muy ajenos
al camino del bienestar y de un estado cercano a la felicidad plena.
El estado de sencilla humildad además nos
permite enriquecernos de aportaciones ajenas, en cuanto que valoramos las aportaciones de los otros, y
nos enseña a tener un discurso menos categórico, acercándonos a la comunicación
y al entorno de las personas con las que convivimos independientemente si
congeniamos o no con ellos, en vez de buscar diferencias absurdas e intentar el
destacar y sobrepasar actitudes y conocimientos ajenos.
La humildad en cualquier caso es independiente de
la posición social, económica o cultural, es algo natural dado que nuestra naturaleza
como seres humanos tiene el mismo grado de dignidad y no debe vanagloriarse de
sus acciones, sino ejercitar otros valores como la modestia, la sobriedad y la
mesura ya que la sencilla humildad es la
base y fundamento de todas las virtudes, pues sin ella no hay ninguna que la
sea.
Todas estas pautas que marcan y están marcando y seguirán marcando el estilo
de vida actual, pues lo que está claro es que actuar en contra de la propia
naturaleza genera un estrés indebido e innecesario,
o al menos a mí me lo parece, es la conclusión de mi reflexión después de una
humilde aceptación de mis propias circunstancias.
Ferrán
Aparicio
10 de marzo de 2015jueves, 5 de marzo de 2015
EL VIAJE SIN RETORNO
Este
fin de semana de visto una de esas películas, de mantita, sillón y chimenea y
me he quedado muerto y les digo muerto porque sé que de momento estoy vivo.
La vuelta de ese viaje sin
retorno que es la vida es un hecho inverosímil, pues lo que es cierto para casi
todo el mundo que nadie vuelve, al menos físicamente a visitarnos.
Para mucha gente con un alto
grado de consciencia y paz interior nuestro nacimiento no es nuestro principio
y por supuesto nuestra muerte el final, en el sentido que nuestra alma pervive
incluso después de la muerte, o al menos eso es lo que mantienen un puñao de
expertos en materia.
Siempre se ha hablado como en
la película, que tras la muerte en el primer momento hay un largo túnel después
del cual se ve la luz, sin embargo otros sectores afirman que tras la muerte y
una vez fuera de nuestros cuerpos vamos a sentir como un tirón lejos de
nuestros cuerpos pasando a ser de
actores a espectadores de nuestra vida.
También mucha gente ha
relatado como antes de trascender de la vida a la muerte, la muerte pasa como
una secuencia rápida en la que acontece toda nuestra vida fugazmente de una
manera apacible, pero todos hemos tenido conocimiento de muertes apacibles e inconscientes,
debido a enfermedades que van desde un alzhéimer hasta una muerte súbita
durmiendo, lo cual aleja la idea de que todo muere y se siente por igual.
Lo que está claro que llega un
momento en tu vida que estando vivo por “H” o por “B” , te replanteas la vida y
te das cuenta que el tiempo ha pasado y el que te quede no estas para perderlo
en cosas superfluas ni innecesarias.
Como diría Meryl streep, no tengo tiempo ni paciencia para aguantar
cosas y personas que me aburren dado que la cuenta atrás ha comenzado y necesito vivir
intensamente.
Por otra parte sólo revisamos
nuestras vidas cuando algo va mal o no funciona lo que constituye un gran error,
como planear por la noche el día de mañana o tomar decisiones en un estado de desesperación,
por lo que ha llegado el momento de revisar nuestras vidas sin miedos, desde la
vida y con tranquilidad consciente y atajar el camino innecesario que supone
aquello que no necesitamos vivir tanto físicamente como emocionalmente.
El miedo como emoción es una
sensación común para todo el mundo y se puede traducir como esa aversión a
enfrentarnos a algo que no nos gusta; el paradigma se plantea cuando si todos
somos conocedores cuando nacemos que todo tiene un comienzo y un fin, como no
reaccionamos en el camino de una forma más inteligente.
Les animo a replanteárselo, a
revisar sus sueños, ilusiones y esperanzas pues una vez pasado el tren de la
vida sólo nos queda que descansar en el sueño de los justos, ese sueño en el que el alma es lo único que queda como esencia espiritual de lo que hemos sido.
Ferrán
Aparicio
5 de marzo de 2015domingo, 1 de marzo de 2015
AFLOJANDO MACHOS
Ha llegado un momento en la vida que uno por edad, por madurez o simplemente porque ha llegado su momento tiene que aflojar los machos y dejar de tirar o ser tirado hacia un camino imposible.
Analizándolo bien hemos
construido un sistema que nos persuade a gastar dinero que no tenemos sobretodo
en cosas que no necesitamos y lo peor de todo que muchas veces lo hacemos inconscientemente
para impresionar a personas que no nos importan.
También es cierto que uno no
puede ni de dejarse ni abandonarse, pues en cualquier caso aceptando cada etapa
de la vida, vamos creciendo y aportando a la humanidad cosas, como espejo
reflejo, tanto en lo que nos rodean como a lo que nos siguen precisamente porque
ya hemos vivido la etapa que vemos reflejada en la gente joven, aun que en
otras circunstancias seguramente.
Lo que si es cierto que ningún
individuo decide cambiar hasta que su situación le viene insoportable, bien por
agotamiento, bien por aburrimiento o simplemente por que ha llegado el momento,
su momento.
Aflojar los machos es una
forma sencilla y amena de explicar porque todos los seres humanos solemos
actuar y pensar y comportarnos de una misma manera cuando sobrevenidos los penúltimos
brotes de escepticismo inconsciente, un
día te levantas y te das cuenta que ya no vale la pena perder más tiempo, que
no es necesario ir ya tan deprisa, que ya no te crees nada y en cualquier caso
incluso cualquier razonamiento debe ser bien rumiado antes de sacar unas
conclusiones precipitadas, en definitiva y si lo analizas fríamente has cambiado
la forma de comprender tu vida.
El proceso de aflojar machos
va también relacionado con el proceso de cuestionamiento de las creencias con
las que has creado tu identidad y esto significa que un día te sorprendes y notas
que te estas reinventando poco a poco, empiezan a aflorar nuevas ideas, nuevas
creencias, rompiendo cadenas mentales ya agotadas que estaban limitando el
seguir descubriendo nuevas etapas de tu vida.
Este proceso es real y existe,
en mayor o menor grado en cada persona, en relación a lo que cada persona le
pida a la vida, pero lo que también es claro es que debemos verificar toda la
información que nos llega del exterior, cuestionándola con nuestra propia experiencia, pues al fin y
al cabo es algo propio que nos define.
Es cierto si miramos a nuestro
alrededor que existen muchas maneras de
comprender y disfrutar la vida, tantas como personas hay en el mundo, pero sin
embargo lo social marca un punto común en cuanto haber sido educados para
seguir un estilo de vida dentro de un pensamiento único, y en nuestra sociedad
es el estado del bienestar, sin más.
Les animo a aflojar los machos,
aunque sea tan sólo por un momento y se lo piensen si la aceleración que están
llevando les vale la pena en este real y concreto momento de su vida, porque yo
ya lo estoy haciendo o al menos intentándolo como patología de la normalidad en
esta nueva etapa.
Ferrán Aparicio
1 de marzo de 2015
miércoles, 25 de febrero de 2015
EL PASADO TAMBIEN MARCA
Mucho se ha dicho sobre la necesidad de vivir el presente como concepto de vida, pero la verdad es que venimos y vivimos coherentemente de un pasado, pues el tiempo va hacia delante y ese segundo que está pasando casi ya es pasado.
La pura verdad es que en mi modesta opinión el pasado marca, pues en definitiva es lo que nos ayuda a tener una experiencia que nos marcan nuestras creencias como resultado de los significados que le damos a las cosas, conceptos y emociones, por decir un algo.
La creencia como concepto es aquello que etiquetamos en el mundo de la realidad es como una hipótesis en la que creemos sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre las cosas, sin embargo en el tiempo nos cuestionamos a nosotros mismos cuestionando nuestras creencias.
El problema surge cuando en el presente nos enfrentamos a ponernos en cuestión aquellas creencias que creemos que nos limitan y anclan en cierta forma en el pasado y en el fondo o en la forma son meras hipótesis limitadoras de nuestra evolución.
La cuestión surge cuando nos autoanalizamos y no sabemos diferenciar entre nuestras creencias y nuestras experiencias que nos han marcado en el pasado.
No es cuestión baladí el llegar a diferenciar aquello que es real y lo que suponemos real porque creemos haberlo vivido o sentido, sólo cuando algo no nos cuadra salta la liebre de la duda, en cuanto que llegamos a pensar si realmente estamos en lo cierto o es un montaje que llevamos arrastrando desde hace tiempo, por influencia, casualidad o causalidad como siempre.
Nunca es tarde cuando la dicha es buena, pero lo que también es cierto que no podemos a determinadas alturas de la vida perder el tiempo con algo que nos ancla en el pasado y nos limita a crecer y en definitiva a vivir según nuestra propia identidad.
Cada uno de los aspectos en los que creemos son los que integran nuestro mundo y no estamos obligados a mantenerlo definitivamente toda una vida. Es por ello que hacer limpieza y simplificar es una forma de dar un sentido a la vida más acorde con el presente inmediato.
Es evidente que todas estas influencias y circunstancias personales acaban configurando una determinada forma de pensar, pero también es cierto que en la variación está el gusto de vivir y no nos podemos mantener toda una vida con el mismo planteamiento general en el guion de nuestra vida.
No podemos renunciar a la educación que hemos recibido, ni a la experiencia que hemos acumulado, pero si podemos replantearnos el guion, pues no existe nada ni nadie que nos impida caminar hacia adelante, pues lo que está claro que anclarnos en el pasado no nos aporta nada.
Ferrán Aparicio
25 de febrero de 2015
viernes, 20 de febrero de 2015
EL SINSENTIDO COMUN
Por suerte o desgracia, nunca se sabe, aunque
estoy plenamente satisfecho, me eduqué en una familia donde prevalecía el
sentido común sobre cualquier tipo de amenaza o castigo.
Mi educación se basó en la premisa de la
consciencia de que todo el mundo sabíamos lo que hacíamos bien o hacíamos mal,
por que éramos capaces de primar el sentido común sobre cualquier tipo de
acción u omisión.
La verdad es que no me ha ido mal este concepto
en la vida y en especial cuando no he querido engañarme en alguna autoevaluación
o revisión de acontecimientos, hechos y amores que también son buenas razones.
Es bien cierto como dice el dicho popular que
el sentido común es el menos común de
los sentidos, sin embargo y a la vuelta de la vida y con un grado de
experiencia, la racionalidad del sentido común junto con la verdad de los
acontecimientos como bandera simplifica las resoluciones más difíciles
llevándolas al minimalismo de lo trivial.
Hoy en día y con la influencia de los medios de
comunicación uno llega a dudar de la capacidad de pensar por uno mismo, sin
embargo siempre salta la luz roja del sentido común cuando uno se da cuenta que
va por el camino en dirección contraria a lo que sus propios sentimientos le
están marcando, siendo esta la razón por
la que la mayoría de nosotros lleva un estilo de vida individualista y
materialista, orientado a saciar su propio interés.
Pero como decía José Antonio Molina: “Ningún individuo decide cambiar hasta que su
situación deviene insoportable” y es cuando nos sentimos sin el sinsentido
común; reaccionamos dirigiendo nuestra vida a lo que nos dicta el corazón,
siendo esa la esencia de la responsabilidad personal.
Todos tarde o temprano pasamos esta crisis
existencial a partir de la cual dejamos de engañarnos a nosotros mismos
reconociendo que estamos actuando sinsentido común y que nuestra vida carece de
propósito y de sentido. En estos momentos es cuando necesitamos reaccionar y
activar el sentido común por lo que está en juego es nuestra libertad de pensamiento
para descubrir quiénes somos realmente.
En cualquier caso esto supone una pauta
dentro del proceso de cambio a vencer los miedos de los conceptos y
pensamientos que realmente estamos convencidos, que nos impiden construir una
existencia más plena y con sentido común.
El sinsentido común explica de una forma
amena y sencilla por qué en general los seres humanos solemos pensar y
comportarnos de una misma manera, sin embargo desde lo racional podemos hacer
de forma individual un proceso de transformación simplemente observando los
resultados que están obteniendo las personas que verdaderamente han cambiado su
forma de comprender la vida porque como decía Ortega y Gasset, aunque la
mayoría de las personas no va hacia ninguna parte, es un milagro encontrarse
con una persona que reconozca estar perdida.
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