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miércoles, 25 de junio de 2025

QUEDATE EN CASA, LA SOLEDAD NO ES TAN MALA


Llega un momento en la vida, que con los años te piensas antes de todo si te apetece la convocatoria que te ofrecen y lo piensas profundamente, me interesa o no me interesa, me apetece o no me apetece, antes teníamos dudas pero con los años preferir quedarse en casa y no salir con los amigos es saludable.

 El plan de ‘sofá, manta y peli o simplemente un buen libro, puede ser mejor que pasar la tarde en el cine, tomando algo o simplemente dando un paseo en compañía. Esto, que en muchos casos está considerado como negativo, pero psicológicamente es  un síntoma claro de bienestar emocional. 

Pasar el tiempo solo, es beneficioso para aprender a conocerse uno mismo, especialmente cuando te acostumbras al silencio de tu vida ,porque la calle, el trabajo o la vida en general está llena de “ruidos” que se mezclan con demasiada gente alrededor y un ritmo frenético al que llega un punto que no puedes soportar o simplemente te molesta.

 

Querer estar en casa el mayor tiempo posible es también un síntoma claro de la necesidad de pensar, de conocerse un poco más y de comenzar una búsqueda interior. Pues ese silencio en soledad es imprescindible para tomar decisiones importantes que tienen que ver con la propia vida, como cambiar de trabajo, de casa o de pareja, o simplemente con tu estilo de vida. 

Aunque como señalan los psicólogos, no siempre tiene que haber un motivo detrás y no querer salir de la casa puede deberse al cansancio acumulado, al estrés. Cuando la persona se muestra reacia a salir con los amigos en más de una ocasión, puede ser que detrás haya un problema emocional más importante. Puede ser una manera de huir de momentos complicados. 

Ansiedad, falta de objetivos que llevan a una dejadez motivacional e incluso estar siempre triste, son síntomas claros de que quien dice no querer salir “porque no apetece” esconde algo más.

La soledad vista desde otro punto de vista es que podría influir es que no existe la conexión que había antes con los amigos, pues desaparece la sintonía y cambian los vínculos.

Es bien cierto que las  prioridades como la vida misma  cambian con el tiempo, una persona que siempre se ha sentido unida a un grupo puede cambiar sus vínculos y alejarse del grupo que gira en torno a una actividad, sin que sea necesario un conflicto.La soledad puede ser buena para la salud, sobre todo cuando es elegida y no demasiado intensa, llegando al punto de equilibrio de la llamada soledad selectiva.

Aprendimos que una soledad menos intensa es más probable que restaure la energía y mantenga un sentimiento de conexión con los demás en un mundo donde la interacción social está casi siempre a un clic de distancia, necesitamos entender cómo equilibrar la interacción social con diferentes tipos de soledad

Si tienes una actitud positiva hacia la soledad porque la utilizas para reponer energías y sabes que más tarde podrás conectar con otras personas, entonces elegir la soledad probablemente te hará sentir mejor

 

                                                                  Ferran Aparicio

                                                         25 de Junio de 2025

martes, 15 de febrero de 2022

EFECTOS SECUNDARIOS

Estamos muy mentalizados del hecho de que las vacunas contra la COVID-19 son inocuas y previenen la aparición de síntomas graves y la muerte por esta enfermedad. 

Algunas personas presentan síntomas leves tras la vacunación, lo cual indica que su organismo está adquiriendo inmunidad, el problema surge cuando leemos artículos sobre los efectos secundarios que en el tiempo se pueden llegar a manifestar de una manera conjunta en cada sociedad.

Como cualquier vacuna, las que protegen contra la COVID-19 pueden causar efectos secundarios, la mayoría de los cuales son leves o moderados y desaparecen espontáneamente a los pocos días. 

Pero lo que es cierto es que no podemos vivir en la anticipación de hechos pues todo el mundo tiene derecho a ser feliz, pero también es cierto y pensando versus en contrario que tenemos derecho a no amargarnos vitalmente, pues la amargura como algo no agradable, no lo es para la persona que la vive, sino que resulta contagiosa a todo con el que con ella convive por la toxicidad que produce.

Es por ello que uno de los objetivos más claros que podemos tener es ser conscientes en que tenemos derecho a darle el grado de intensidad a la felicidad que nos planteamos como objetivo, pero no tenemos ningún derecho a amargar al círculo vital en el que convivimos como elemento contaminante.

Hasta aquí puede que todo el mundo lo tenga más o menos claro y estemos todos más o menos de acuerdo, lo que no podemos ni debemos estar de acuerdo es en la vanidad del arte de amargarse la vida, por presuntos efectos secundarios que de momento no son evidentes.

No vale en cualquier caso identificar la amargura y toxicidad que desprendemos con la identificación del hecho que somos así naturalmente y no podemos cambiar, porque comprendido esto, sólo en el cambio está nuestra oportunidad de ser feliz, lo que en cualquier caso repercutiría en tu propia culpa el hecho de no serlo.

Pero el problema de fondo es cuando la amargura vital se corresponde con ese tipo de personas que sienten demasiado todo, que padecen demasiado, que se preocupan en demasía y eso les lleva a dramatizar una vida gratuita de elección sin necesidad de sentir ni padecer y de no plantearse su propia felicidad.

No se trata de dramatizar, sino simplemente de entrar en un proceso de consciencia de lo que significa el concepto y la esencia de las personas y las cosas, incluida la pandemia y sus consecuencias vitales,  porque no es lo mismo el sentimiento de frio, que la ausencia de calor o la oscuridad frente a la ausencia de luz, solo en el planteamiento demostramos que con o sin condiciones y con una mentalidad más amplia somos capaces de resolver las situación y es para vivir de la mejor manera posible, felices en el tiempo y en el momento.

Tampoco todo el mundo tiene las mismas necesidades ni prioridades en su vida para ser feliz, y puesto que nuestra genética es distinta a las reacciones y pueden ser muy versátiles, es por lo importante de que cada uno tiene que centrarse en aquello, que realmente le hace sentirse bien y darle el giro a la ausencia como defecto de existencia.

En esa nueva etapa donde nos encontramos muchas personas, bien por edad, bien por convencimiento; , bien por haber pasado el Covid , bien por habernos vacunado tres veces ya , la creencia racional de que no necesitamos nada o por lo menos muy poco y que no vamos a tener efectos secundarios,  es más evidente para estar bien y sentirnos mejor, pues lo que en caso contrario lo que hacemos es convertir nuestros deseos en necesidades.

La amargura vital como concepto virtual es simplemente reconocer que todas aquellas situaciones contrarias de nuestra vida se pueden ir neutralizando simplemente con el hecho de utilizar el recurso oportuno, aunque sólo sea con humor positivo, por lo que les animo a no leer ni escuchar temas relacionados con los efectos secundarios de las vacunas , pues eso simplemente es adelantar resultados no existentes.


Ferran Aparicio
15 de Febrero de 2022