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domingo, 20 de julio de 2025

CREMACION O ENTIERRO

Llega un momento en la vida que empiezas  a peinar canas, aparecen dolores , incluso alguna enfermedad emergente y empiezas a pensar en el ciclo de la vida.

Las defunciones son una parte intrínseca de la vida que hay que aceptar y, por lo tanto, es aconsejable reflexionar sobre ello, pues tras un fallecimiento hay un periodo de tristeza y aceptación que suele convivir con otro aspecto más racional y menos sentimental, y es que después de un fallecimiento, el cadáver se debe gestionar de alguna manera y la persona difunta tiene que manifestar sus deseos de ser enterrado o incinerado.

Las dos opciones principales por las que se puede decantar una persona o sus familiares son el entierro  o la incineración y posterior inhumación de las cenizas en una zona privada o en otro lugar donde esté permitido.

La inhumación o entierro, hace referencia al enterramiento en un nicho, normalmente en un camposanto público, aunque también puede tener lugar en un sepulcro privado.

Por su parte la incineración consiste en convertir el cuerpo en cenizas a través de un tratamiento de combustión específico que se realiza en un horno crematorio preparado.

La principal ventaja de la inhumación es que, desde el punto de vista emocional, esta opción ofrece la posibilidad de que la persona fallecida se encuentre en un lugar fijo, donde los familiares pueden acudir para hacer una visita al campo santo e incluso tenerlas en su propia casa.

A pesar de ello, el enterramiento presenta una serie de desventajas, entre las que destaca el mayor coste en comparación con la cremación. Al arrendamiento de un nicho o el gasto que supone tenerlo en propiedad, hay que sumar otros desembolsos que, en el caso de no contar con un seguro de decesos, suponen un gran agujero en la economía de los más allegados.

El proceso de incineración es mucho más rápido y práctico, no requiere ningún espacio donde depositar los restos y tampoco exige gastos de mantenimiento de ningún tipoy  permite la inhumación de las cenizas para colocarlas en algún sitio.

En muchas ocasiones, la familia decide disponer la urna en un nicho o columbario, con el consiguiente coste que ello supone.    

Para algunas corrientes cristianas tradicionales, especialmente en el catolicismo más conservador y en ciertos sectores del protestantismo, la cremación es vista como un pecado o, al menos, una acción contraria al respeto debido al cuerpo humano, que fue creado a imagen de Dios.

En conclusión, llamar “pecado” a la cremación depende del contexto doctrinal y del motivo personal y si se realiza con espíritu de fe y sin desafiar los principios centrales de la resurrección y la dignidad humana, no necesariamente constituye una falta . Solo queda tomar su decisión en relación a sus principios y valores.

 

                                                                Ferran Aparicio

                                                            20 de Julio de 2025