Dicen los medios últimamente que un país creciente es un país centrado en
la educación, y la verdad que no les falta razón. Pero si lo extendemos a otros
parámetros como la sanidad, la comunicación incluso a sus políticas, el tema no
es cuestión baladí y tiene sus propias connotaciones en
el más profundo sentido de cada uno de los
términos.
Ferdinand de Saussure, se le conoce como el padre de
la "lingüística estructural" del siglo XX, en este sentido trabajo
sobre el concepto del signo lingüístico, determinando
que es una unidad lingüística que puede ser percibida por el ser humano
mediante los sentidos y que permite representar completamente un evento comunicativo
en sus propios términos, siendo una
construcción social que funciona dentro de un sistema lingüístico y que pone un
"elemento" en lugar de otro, pero es importante advertir que en la
lingüística y en la semiótica la teoría define al objeto, y por lo tanto el
signo es consecuencia de una perspectiva teórica.
De ahí surge la idea de saber expresarte en el
sentido de: “no es lo que dices , sino
como lo dices”, pues el lenguaje es fuente de mal entendimiento.
No es nada fácil convertir nuestros pensamientos en
palabras y
expresarlas de tal modo que nuestro interlocutor las comprenda completamente,
pues lo que dices no tiene que ser
entendido según como tú creas.
Así
mismo, las palabras no son la única fuente de comunicación, pues son acompañadas por las actitudes, los
gestos, las posturas, pues se puede decir
algo con la lengua y otra cosa totalmente opuesta con el tono, la mirada o la
actitud en general.
El mayor desafío de la comunicación se produce al
hablar de nuestros
sentimientos, emociones o
percepciones, pues resulta imposible desligarnos de los sentimientos, emociones
y percepciones que podemos generar al decir algo.
No
nos comunicamos solamente para transmitir una información, sino que
principalmente buscamos incidir de alguna manera en nuestros interlocutores,
pues es precisamente la intención lo
que define la esencia de cada mensaje.
Es
bien cierto el dicho de que las palabras no se las lleva el viento y es por
ello la necesidad de saber expresarte tanto verbalmente como atender la comunicación no verbal, pues la comunicación humana es un proceso
complejo, que siempre tiene algún grado de equívoco, y no siempre depende solamente de las palabras que empleamos para decir
las cosas ,sino de un sinnúmero de circunstancias.
Saber
expresarse también contempla los tiempos de silencio y pausa, a efectos de
no deformar aquello que realmente queremos transmitir, así mismo como serenidad y pertinencia.
En
realidad, lo que entorpece la comunicación no es lo que
dices, sino la forma como lo dices, pues en definitiva solo se
trata de tener la delicadeza de escoger
las mejores formas para decirnos y decirles a otros lo que sentimos y pensamos,
que al fin y al cabo solo se trata de saber expresar, como siempre sin más.
Ferrán Aparicio
15 de octubre de 2022