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lunes, 30 de marzo de 2015

DISFUNCIONES DE LA SUPERVIVENCIA


 
Hace tiempo que la palabra disfunción resuena en mi cabeza, quizás sea  por estos anuncios en el periódico y televisión sobre la disfunción eréctil, pero no señores, no va por ahí el tema, simplemente me estoy replanteando la disfunción emocional ante la esta etapa de supervivientes que estamos pasando los españolitos de a pie, que quizás presuma por ser definida como supervivencia.
La supervivencia muchas veces se centra en alejar nuestras fobias y miedos del medio en el que nos estamos alojando, pero lo que es también bien cierto es que no podemos confundir los miedos con las fobias, ni tampoco hacer dos cosas al mismo tiempo , salvo pensar y hacer el pino puente.
El miedo como tal es una emoción caracterizada por una intensa sensación provocada por la percepción de un peligro o amenaza que se deriva de la aversión natural al riesgo y se expresa en su máximo esplendor en el terror. Generalmente el miedo como actitud lo que genera es cierta ansiedad.

La fobia por el contrario es un pánico que personaliza al miedo como un trastorno de salud emocional que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante situaciones concretas que normalmente ya hemos vivido y nos han causado un impacto emocional a nivel sensitivo.
Sin embargo el miedo es una respuesta adaptativa de supervivencia y defensa a algo que nos preocupa, nos alerta o simplemente nos transmite un estado de peligrosidad, muy diferente al sentimiento de fobia que resulta como una emoción exagerada  de miedo extremo.
En cualquiera de los dos casos, está claro que debemos replantearnos cuál es la causa real de nuestros miedos o fobias, cuando verbalizamos un miedo o una fobia somos capaces de ser espectadores de sus motivos, por lo que es el inicio de la cadena para superarlos como espectadores de nosotros mismos. Con o sin ayuda externa y como todo en la vida; el análisis de la causa es la solución al problema.
Como todo en la vida una vez experimentado ya carece de sorpresa, tanto si mantenemos nuestra actitud como si nos sobreponemos a ella. No es malo tener miedos, es al fin y al cabo una alerta natural al peligro, pero como en cualquier tema o cualquier suceso, el controlar la situación que nos produce puede  ayudarnos a reaccionar  como disfunción a la supervivencia.
Supervivencia implica seguir viviendo eso sí, en el aquí y ahora, atendiendo a las señales que se nos presentan y que nos ocurren, sin entrar en la disfunción del comportamiento emocional que nos generan, sino todo lo contrario, siendo consciente de lo que nos implican, tanto positivamente como negativamente.
No podemos plantarnos la vida como un ideal, pero lo que si podemos es permanecer conscientes desde la observancia pero con ausencia de un juicio crítico, actitud que nos generará como en un círculo vicioso ir del miedo a la fobia y viceversa.
Ser consciente de los efectos disfuncionales que nos produce un determinado tipo de actitudes es la actitud que nos ayudará  en muchas ocasiones a salir del autoengaño y en cualquier caso a tener un estado de estabilidad y paz interior, lo cual no es cuestión baladí.
 
                                                               Ferrán Aparicio
                                                           30 de marzo de 2015

miércoles, 25 de marzo de 2015

idealist@s: ESTRATEGIAS O ESTRATEGAS

idealist@s: ESTRATEGIAS O ESTRATEGAS: La verdad es que nunca me había parado a pensar sobre el término estrategia, he visto por motivos profesionales, como determinados compa...

ESTRATEGIAS O ESTRATEGAS


La verdad es que nunca me había parado a pensar sobre el término estrategia, he visto por motivos profesionales, como determinados compañeros, amigos y conocidos  de los llamados trepas han ido montándose su propia escaleta y sin más llegar a lo más alto, o al menos a lo que creen que es lo más alto, por aquello que uno es más rico cuanto menos necesita a la par que uno es más alto cuando menos tacones utiliza en esta vida, por decir un algo.

Es cierto que todos nos movemos por unos intereses y que en la vida se trata de tomar decisiones en cada momento, planificarlas y ejecutarlas, lo hacemos desde de que nos levantamos hasta que decidimos acostarnos, pero el problema que surge en los tiempos que corren es si realmente estamos siendo honestos y claros con las decisiones que tomamos o debemos parar un poco y reflexionar, si realmente son oportunas y necesarias, nuestras acciones o en su caso el inmovilismo por el miedo a perder lo que hemos acumulado con tanto sacrificio, si es que realmente hemos acumulado algo.

Es de todos conocido que la humanidad somos unos seres de costumbres y cuando variamos nuestro modo vivendi, surgen esos miedos al cambio, pero también es cierto que llegados  a un punto debemos comenzar a empezar a ser estrategas de nuestra vida, por aquello de que lo perdido, perdido está y tenemos mucho por ganar.

Es cierto que cada uno de nosotros  nos hemos creado una zona de confort en la que con mejores o menores medios aguantamos y como el gueco,  para no movernos hasta ver una oportunidad clara, pues tenemos tendencia a adaptarnos a nuestro entorno inmediato independientemente que de algún modo sea letal.

Siempre he pensado y más con las perspectiva de la vida que las cosas han llegado en su justo momento ni antes ni después, pero también es cierto que ya resuena la historia como un recurso fácil y hay que empezar a posicionarse como estratega en una estrategia personal, pues las canas  van apareciendo y uno ya no es un chaval.

Las razones para cambiar son muchas  y las razones para no cambiar simplemente miedos, pero quizás la más importante no es la falta de opciones sino el miedo  a reinventarse  eso si desde la consciencia del estratega que utiliza la racionalidad y el sentido común para posicionarse y muy al margen de lo que puedan pensar los demás.
Es hora de hacer limpieza, derribar prejuicios e intentar algo nuevo y actuar como estratega de nuestra estrategia, estudiando el conjunto de acciones que componen nuestro plan para conseguir el logro que nos hemos establecido.
 
Es hora de empezar una nueva aventura, pero lo voy a plantear, explicar y  sobre todo comunicar escuchándome, de un modo muy distinto a hasta ahora. Eso quizás sorprenda, disguste, pero lo que es cierto es que un conjunto de acciones planificadas anticipadamente al menos cuyo objetivo es alinear recursos y potencialidades, no puede ser una mala estrategia, al menos para crecer como persona.
 
                                                                Ferrán Aparicio
                                                            25 de Marzo de 2015

viernes, 20 de marzo de 2015

IMPACTOS EDUCACIONALES


IMPACTOS EDUCACIONALES

Dicen y solo dicen, que el estilo es la forma lógica de hacer las cosas  las personas, sin embargo estilo también puede considerarse como el impacto o huella que dejamos en los demás.
Es cierto que nuestro estilo es más conocido, cuanto mayor relación directa tenemos con las personas, pues en definitiva actuamos de una forma sinceramente más lógica, que cuando intentas maquillar determinada propuesta a cualquier nivel de la vida desde lo verbal hasta lo material o creativo, incluso laboral.

Hoy en día tenemos miles de formas de recrearnos, que no inspirarnos, con aportaciones o producciones estilosas, que nos van definiendo en nuestra aceptación y aportando o puliendo nuestro estilo propio, lo cual hace años era impensable.

Sin embargo dentro de nuestro estilo no sólo se comprende como vestimos, como actuamos o como nos relacionamos y lo que creamos,  sino que hay un conjunto de factores que nos van definiendo y que debemos de estar pendientes y no abandonarnos pues son impactos educacionales que reflejan en los demás opiniones, empatías y por supuesto valoraciones de nuestro estilo y como no, de nuestra persona.
Todos y cada uno de nosotros nos hemos salido del tiesto una vez en la vida, algo que por definición de humano, incluso probable, pero lo que está claro es que si uno  analiza el personaje que representa debe intentar que coincida con la persona que lo interpreta a efectos de no causar una pluralidad de interpretaciones.

Es cierto que la vida es puro teatro y que el medio define al personaje, pero también es cierto que el impacto educacional es una base para no sufrir desviación entre la persona y personaje que representamos. Nuestro comportamiento es independiente de la intimidad  en la que se desarrolla, lo que implica una fidelidad tuya contigo mismo, porque en definitiva todos los humanos no queremos o deberíamos no querer, lo que para nosotros mismos queremos  incluso deseamos.
Ese impacto educacional comprende muchísimos aspectos que no suelen tratarse pero que afectan a las relaciones entre las personas tanto a las personas que pasan muchas horas con nosotros como compañeros de trabajo, amigos, conocidos,…, así como con nuestras propias familias.

Dentro de esa forma lógica de hacer las cosas un factor importante es el de la educación, el impacto educacional es siempre bien recibido, no es lo mismo tratar con una persona educada por muy adversa que sea a nuestro pensamiento, que con una persona mal educada afín a nuestro pensamiento, pues al fin y al cabo, el impacto educacional es lo que nos une o en su caso distancia.

Plantearnos cuestiones como debemos actuar con las personas con las que trabajamos o como expresarnos en una red social son factores que también define nuestro estilo, si bien el que se calla o no se manifiesta tampoco aporta nada, cuestión baladí muy diferente en cuanto a definir su propio e insípido estilo.
En definitiva el impacto educacional en relación al estilo, es definir un conjunto de factores en los que, cada vez cuenta, pues todo lo que hacemos suma o resta en la definición de nosotros mismos.

                                                             Ferrán Aparicio
                                                        20 de marzo de 2015

domingo, 15 de marzo de 2015

CORAJE DE VIVIR


Dicen los refranes y dichos, algo así como que nunca es tarde cuando la dicha es buena, pero también es cierto que cuando la dicha no es tan buena es cuando nos damos cuenta que el lobo ha llegado, y que nos han pillado con el carrito del helado.

Hoy en día hay muchos mitos en los tiempos que corren sobre la actitud positiva, el autoanálisis, y la economía y un sinfín de gaitas que van desde el mindfull a los emprendedores neonatos, que al final uno ya no sabe si son fruto de la inventiva de unos cuantos a favor del desespero de otros muchos, o simplemente es que la gente entre los que me incluyo, ya hemos perdido el norte y cada uno tenemos nuestra propia brújula en función de nuestras propias necesidades y circunstancias.

Sin embargo y después de haber leído un artículo sobre enfermedades paliativas, me he dado cuenta cuan vulnerables somos, cuando vemos que esto se acaba y que lo único que queda es el coraje de vivir, sin más.

Todos hemos tenido la posibilidad de visitar un hospital por motivos de salud propios y ajenos y ver de reojo situaciones paliativas desagradables que te recuerdan que polvo eres y en polvo te convertirás y que la vida no entiende de delicadezas y cuando a alguien le toca, le ha tocado, incluso en la degradación que supone el término paliativo de irse a morir a casa.

Esto lo que nos produce es madurar rápidamente especialmente si nos enfrentamos a nuestra propia muerte, lo cual nos demuestra la capacidad de las personas a crecer rápidamente y cambiar nuestro modus vivendi, tanto si eres actor como si eres espectador en la historia que les estoy contando.

En cualquier caso el coraje de vivir lo que nos enseña en estas tesituras es que hemos perdido el tiempo en no vivir una vida fiel a nosotros mismos, no la vida que otros esperaban de nosotros, cuando miramos hacia atrás, y nos damos cuenta que no hemos cumplido ni la mitad de nuestros sueños de una forma autómata.

Es muy importante valorar los sueños en el camino, pues en el momento que se pierde la salud, ya es demasiado tarde, pues la salud conlleva una libertad que pocos nos damos cuenta hasta que la perdemos.

No es cuestión de ser alarmista sino reflexivo y pensar que no sólo venimos a trabajar sino muchas veces sólo se trata de simplificar el estilo de vida que llevamos y tomar decisiones coherentes en el camino, eso sí expresándonos a nosotros mismos y valorando aquello que realmente nos valga la pena , desde nuestras amistades a nuestra propia familia, sin ordenes ni conciertos.

En definitiva solo ser trata de darse permiso a ser feliz sin pedir permiso a nada ni a nadie, pues la felicidad  no sabe de permisos y la vida al final nos pone a todos en nuestro sitio, que como poco es criando malvas. Coraje, señores, simplemente coraje.

                                                         Ferrán Aparicio
                                                     15 de marzo de 2015

                       

martes, 10 de marzo de 2015

SENCILLA HUMILDAD



Hay principios que por su propio peso son indiscutibles, lo cual reduce sencillamente el planteamiento de cualquier interpretación  y este es el caso de la sencilla humildad.
La humildad como concepto es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado la conciencia de sus propias limitaciones y debilidades y obra en consecuencia.

Como concepto implica cierta complacencia, la persona humilde  consigue estar satisfecho de sí mismo, lo cual ya es un gran logro en la sociedad competitiva e impersonal en la que vivimos, pues las personas humildes son personas que no tienen que demostrar nada a nadie y es por ello que se les tilde de sencilla humildad.

El término humildad proviene del latín  humilitas-humiilitatis, y aunque en nuestra lengua castellana tiene varias acepciones desde el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades, al clasista de pertenecer a  la casta baja o de origen pobre y  en general todo el mundo lo aceptamos  como la capacidad de restar importancia  a los propios logros y virtudes y de reconocer sus defectos y errores.

En sentido contrario el hecho de tener y necesitar el reconocimiento externo sacando a relucir nuestras virtudes personales en algo, dejando siempre ver nuestros hechos y amores que no son buenas razones, no deja de ser una muestra de absoluta debilidad.

Todos o casi todos tenemos claro que una persona que actúa con humildad no tiene complejos de superioridad, ni tampoco de inferioridad, simplemente vive ajena a cualquier juicio de valor externo que le acredite un valor añadido al suyo propio, pues vivimos en una sociedad donde se valora el triunfo como un alarde de nuestros éxitos, ocultando nuestras dudas e inseguridades bajo una máscara de arrogancia.

En este sentido, la humildades un valor opuesto a la soberbia como decía el filósofo José Antonio Marina  es: “la humildad nació para ser el antídoto de la mayor falta humana: la soberbia”, y es que este tipo de acciones o actuaciones lo que hacen desfigurarnos como personas y hacernos artificiales  y muy ajenos al camino del bienestar y de un estado cercano a la felicidad plena.

El estado de sencilla humildad además nos permite enriquecernos de aportaciones ajenas, en cuanto que  valoramos las aportaciones de los otros, y nos enseña a tener un discurso menos categórico, acercándonos a la comunicación y al entorno de las personas con las que convivimos independientemente si congeniamos o no con ellos, en vez de buscar diferencias absurdas e intentar el destacar y sobrepasar actitudes y conocimientos ajenos.

La humildad en cualquier caso es independiente de la posición social, económica o cultural, es algo natural dado que nuestra naturaleza como seres humanos tiene el mismo grado de dignidad y no debe vanagloriarse de sus acciones, sino ejercitar otros valores como la modestia, la sobriedad y la mesura ya que la  sencilla humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, pues sin ella no hay ninguna que la sea.

Todas estas pautas que marcan y  están marcando y seguirán marcando el estilo de vida actual, pues lo que  está  claro es que actuar en contra de la propia naturaleza  genera un estrés indebido e innecesario, o al menos a mí me lo parece, es la conclusión de mi reflexión después de una humilde aceptación de mis propias circunstancias.

 

                                                              Ferrán Aparicio
                                                          10 de marzo de 2015

 

 

 

jueves, 5 de marzo de 2015

EL VIAJE SIN RETORNO


Este fin de semana de visto una de esas películas, de mantita, sillón y chimenea y me he quedado muerto y les digo muerto porque sé que de momento estoy vivo.
La vuelta de ese viaje sin retorno que es la vida es un hecho inverosímil, pues lo que es cierto para casi todo el mundo que nadie vuelve, al menos físicamente  a visitarnos.
Para mucha gente con un alto grado de consciencia y paz interior nuestro nacimiento no es nuestro principio y por supuesto nuestra muerte el final, en el sentido que nuestra alma pervive incluso después de la muerte, o al menos eso es lo que mantienen un puñao de expertos en materia.
Siempre se ha hablado como en la película, que tras la muerte en el primer momento hay un largo túnel después del cual se ve la luz, sin embargo otros sectores afirman que tras la muerte y una vez fuera de nuestros cuerpos vamos a sentir como un tirón lejos de nuestros cuerpos pasando  a ser de actores a espectadores de nuestra vida.
También mucha gente ha relatado como antes de trascender de la vida a la muerte, la muerte pasa como una secuencia rápida en la que acontece toda nuestra vida fugazmente de una manera apacible, pero todos hemos tenido conocimiento de muertes apacibles e inconscientes, debido a enfermedades que van desde un alzhéimer hasta una muerte súbita durmiendo, lo cual aleja la idea de que todo muere y  se siente por igual.
Lo que está claro que llega un momento en tu vida que estando vivo por “H” o por “B” , te replanteas la vida y te das cuenta que el tiempo ha pasado y el que te quede no estas para perderlo en cosas superfluas ni  innecesarias.
Como diría Meryl streep,  no tengo tiempo ni paciencia para aguantar cosas y personas que me aburren dado que  la cuenta atrás ha comenzado y necesito vivir intensamente.
Por otra parte sólo revisamos nuestras vidas cuando algo va mal o no funciona lo que constituye un gran error, como planear por la noche el día de mañana o tomar decisiones en un estado de desesperación, por lo que ha llegado el momento de revisar nuestras vidas sin miedos, desde la vida y con tranquilidad consciente y atajar el camino innecesario que supone aquello que no necesitamos vivir tanto físicamente como emocionalmente.
El miedo como emoción es una sensación común para todo el mundo y se puede traducir como esa aversión a enfrentarnos a algo que no nos gusta; el paradigma se plantea cuando si todos somos conocedores cuando nacemos que todo tiene un comienzo y un fin, como no reaccionamos en el camino de una forma más inteligente.
Les animo a replanteárselo, a revisar sus sueños, ilusiones y esperanzas pues una vez pasado el tren de la vida sólo nos queda que descansar en el sueño de los justos, ese sueño en el que el alma es lo único que queda como esencia espiritual de lo que hemos sido.

 

                                                           Ferrán Aparicio
                                                       5 de marzo de 2015

 

domingo, 1 de marzo de 2015

AFLOJANDO MACHOS


 Ha llegado un momento en la vida que uno por edad, por madurez o simplemente porque ha llegado su momento tiene que aflojar los machos y dejar de tirar o ser tirado hacia un camino imposible.

Analizándolo bien hemos construido un sistema que nos persuade a gastar dinero que no tenemos sobretodo en cosas que no necesitamos y lo peor de todo que muchas veces lo hacemos inconscientemente para impresionar a personas que no nos importan.

También es cierto que uno no puede ni de dejarse ni abandonarse, pues en cualquier caso aceptando cada etapa de la vida, vamos creciendo y aportando a la humanidad cosas, como espejo reflejo, tanto en lo que nos rodean como a lo que nos siguen precisamente porque ya hemos vivido la etapa que vemos reflejada en la gente joven, aun que en otras circunstancias seguramente.

Lo que si es cierto que ningún individuo decide cambiar hasta que su situación le viene insoportable, bien por agotamiento, bien por aburrimiento o simplemente por que ha llegado el momento, su momento.

Aflojar los machos es una forma sencilla y amena de explicar porque todos los seres humanos solemos actuar y pensar y comportarnos de una misma manera cuando sobrevenidos los penúltimos  brotes de escepticismo inconsciente, un día te levantas y te das cuenta que ya no vale la pena perder más tiempo, que no es necesario ir ya tan deprisa, que ya no te crees nada y en cualquier caso incluso cualquier razonamiento debe ser bien rumiado antes de sacar unas conclusiones precipitadas, en definitiva y si lo analizas fríamente has cambiado la forma de comprender tu vida.

El proceso de aflojar machos va también relacionado con el proceso de cuestionamiento de las creencias con las que has creado tu identidad y esto significa que un día te sorprendes y notas que te estas reinventando poco a poco, empiezan a aflorar nuevas ideas, nuevas creencias, rompiendo cadenas mentales ya agotadas que estaban limitando el seguir descubriendo nuevas etapas de tu vida.

Este proceso es real y existe, en mayor o menor grado en cada persona, en relación a lo que cada persona le pida a la vida, pero lo que también es claro es que debemos verificar toda la información que nos llega del exterior, cuestionándola  con nuestra propia experiencia, pues al fin y al cabo es algo propio que nos define.

Es cierto si miramos a nuestro alrededor que  existen muchas maneras de comprender y disfrutar la vida, tantas como personas hay en el mundo, pero sin embargo lo social marca un punto común en cuanto haber sido educados para seguir un estilo de vida dentro de un pensamiento único, y en nuestra sociedad es el estado del bienestar, sin más.

Les animo a aflojar los machos, aunque sea tan sólo por un momento y se lo piensen si la aceleración que están llevando les vale la pena en este real y concreto momento de su vida, porque yo ya lo estoy haciendo o al menos intentándolo como patología de la normalidad en esta nueva etapa.

                                                             Ferrán Aparicio

                                                       1 de marzo de 2015