La
proxémica es una teoría que surge en la década de los 60 y fue
desarrollada por el antropólogo estadounidense Edward T. Hall, quien
estudió cómo es que percibimos el espacio en diferentes culturas y cómo lo
utilizamos para establecer distintas relaciones.
En
otras palabras, la proxémica es el estudio de la proximidad, y de
cómo la proximidad nos permite comunicarnos entre nosotros e incluso construir
relaciones y una cosmovisión particular.
También conocida como proxemia, se considera una parte de la semiótica (que es el estudio de los signos que empleamos para comunicarnos), porque pone atención a la manera en que las distancias físicas que se establecen en distintas culturas hacen que nos comuniquemos de distintas formas y de manera no necesariamente verbal.
Es
decir, que la proxémica incluye no sólo las competencias comunicativas
individuales sino la forma en la que las normas sociales y culturales sobre el
espacio limitan o condicionan estas competencias. Por eso se considera como una
de las ramas más complejas de los sistemas de la comunicación de humana.
La comunicación humana es un sistema muy complejo y en términos básicos consiste en comprender y utilizar un conjunto de signos y símbolos para transmitir cierta información .Es decir que, el proceso y la capacidad de comunicarnos no se reduce a las habilidades lingüísticas, sino que implica un conjunto de acciones mucho más complejas en las que siempre participa nuestro cuerpo.
La
proxémica tiene funciones prácticas que influyen en nuestra adaptación a
distintos contextos sociales, por ello puede ser útil en la vida cotidiana de
las siguientes formas.
El espacio personal actúa como una zona de protección emocional y mantener cierta distancia permite a las personas sentirse seguras y respetadas, en especial en situaciones sociales nuevas o incómodas. Su invasión no deseada puede generar reacciones defensivas, malestar físico e incluso estrés, activando respuestas biológicas asociadas a la percepción de amenaza. El espacio que permitimos entre nosotros y los demás revela el nivel de confianza o cercanía emocional y esta claro que esta elección no siempre es consciente, pero dice mucho sobre cómo interpretamos y sentimos al otro.
Comprender cómo usamos el espacio en nuestras interacciones marca una diferencia en la calidad de los vínculos, pues la distancia que mantenemos, es la forma en que orientamos el cuerpo o respetar el espacio del otro, y son expresiones que influyen en cómo nos perciben y cómo nos conectamos.
Ferran Aparicio
25
de Septiembre de 2025