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miércoles, 10 de enero de 2018

EL SINDROME DE ULISES

El otro día estaba leyendo y descubrí el término “El síndrome de Ulises”. Como en otras ocasiones sentí curiosidad por ésta terminología y empecé a investigar y a documentarme, de que se trataba con la idea de cómo siempre aprehender algo más como siempre.

Documentándome, descubrí que fue  el psiquiatra Joseba Achotegui, quien le puso este apelativo por su anacronismo con la odisea  de Homero, en la que se describen episodios con síntomas parecidos a los de los emigrantes en el proceso de tener que alcanzar nuevos horizontes y reflejan ese sentí miento de soledad, de fracaso, de miedo, ante una falta  de sentido en ese viaje al exterior por la supervivencia  en una nueva sociedad desconocida.

Como normalmente pasa, todos los ciclos de la historia se vuelven a repetir y también esta situación de migración, que se está dando en la que los profesionales y trabajadores españoles buscan destinos europeos  e internacionales, en busca de una oportunidad y va estrechamente ligada a la falta de mayores oportunidades y también de proyección laboral en la crisis mundial que seguimos viviendo.

Pero hiendo un poco más allá, el fenómeno es mucho más complejo de lo que nosotros  nos podemos plantear, por una parte es asimilar y sufrir el denominado el síndrome de Ulises, ante la situación de tener que dejar nuestro mundo, nuestra familia, nuestros hogares, nuestras relaciones personales y por otra parte entraña frustración de cada uno en su profesión y ocupación, tanto universitarios como< no universitarios asumen  salir de su mundo ya que no ven compensado su esfuerzo o bien simplemente porque no tienen una proyección laboral inmediata.

Al final solo se trata de ser flexible, en el sentido contrario a lo que aparenta que es aceptar las cosas como vienen, sin complejos de resignación sino todo lo contrario la aceptación del problema, de la circunstancia de la situación dentro  de la conciencia que abre a un camino. La flexibilidad es sólo un estado mental en el que la persona colocada desde otro v nivel de percepción analiza la propia realidad y lo circunstancial desde lo acontecido, es la vida del  presente vista con perspectiva.

La clave quizás y sólo quizás, es que lo que nos pasa no afecta a nuestras emociones, sino aquello que pensamos acerca de lo que nos pasa, es decir, como interpretamos lo que nos sucede, aunque el sufrimiento choque con nuestras perspectivas.

En cualquier caso ese llamado síndrome de Ulises, tiene distintas formas  de desarrollo en función de factores, como es la edad, la capacitación personal, la vinculación familiar, pero en definitiva se manifiesta como un desequilibrio sustancial de las demandas ambientales percibidas y las capacidades de respuesta del sujeto, esa dialéctica entre la búsqueda de la felicidad objetiva y la flexibilidad entre los acontecimientos y circunstancias que les intentaba explicar, si y sólo si, bajo mi punto de vista.

Finalmente si todos salimos corriendo en busca de una acomodación, resolveremos la economía fundamentalmente de los demás, no la nuestra, los problemas de los demás no los nuestros, el reinventarnos y sacar nuestro mundo adelante es un reto inteligente a la vez que flexible.

                                                     Ferrán Aparicio
                                                 10 de Enero de 2018

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