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miércoles, 3 de marzo de 2021

UN AÑO SIN VIDA

 

Hay cosas que  por sí mismas son impensables y que entrañan la idea de no pensar tanto y disfrutar la vida, como lo es al mismo tiempo, el que no pase nada si no hacemos nada, hecho más evdente si pensamos que se nos ha ido un año de nuestra vida encerrados , atemorizados y en lo peor pasando el duelo de algún ser querido que le pico el bicho.

Muchos son los teoremas , teorías , dogmas y reglas de fe y  espiritualidad que nos avocan a un estado de meditación profunda que en el fondo resultan impensables,  en cuanto que por mucho que pretendan ayudarnos y enseñarnos a cambiar la perspectiva de la vida, la vida al final es como es, para cada persona o para cada sociedad, pues resulta evidente que las personas, las cosas, las circunstancias y tantos y tantos componentes  que llegan a nuestra vida;  no llegan por casualidad, de la misma forma que usted que está leyendo este blog, tampoco lo ha hecho por casualidad y resulta impensable, pues esta situación que estamos viviendo   se lo demuestra.

Es cierto que dicen los gurús de la espiritualidad y el esoterismo,  afirman  que nada ni  nadie llega a nuestra vida por casualidad y cuando llega es para aprender o hacernos aprehender de cada situación, especialmente cuando haces una retrospección en tu vida y analizas la sucesión de etapas, hechos y acontecimientos que han ido componiendo ese conjunto que llama: vivir., con o sin pandemia.

De la misma forma por mucho que nos sintamos libres o al menos lo intentemos,  aceptamos  que nada de lo que sucede o ha sucedido podía haber sucedido de otra forma , pues la vida es una carrera  de sucesos que siempre funciona hacia adelante, aunque nuestra mente y  nuestro ego se resistan a aceptarlo. No obstante para los que ya tenemos unos años , una año es mucho pues estamos en la plenitud y una plenitud sin tiempo no es vida.

Cada uno de los acontecimientos, decisiones, evoluciones o involuciones, o simplemente situaciones,  las tomamos por  muy impensables que resulten y las aceptamos , por un algo que no acabamos de racionalizar y que en el fondo vuelven a rozar la falta de casualidad y simplemente aceptamos que aunque cada cosa tiene su momento  en la vida, vamos creciendo como personas en un camino impensable e indefinido cuyo único final todos sabemos en el fondo cual es.

De lo impensable sólo nos queda pensar que es un aprendizaje aprovechable  desde una actitud positiva, pues lo que al final sucede, es que te rindes y que por mucho madrugar no amanece más temprano y al final cualquier momento es bueno para que las cosas vayan comenzando, ni antes ni después, sino simplemente de una forma impensable en su momento adaptandote con mascarilla a las circunstancias de la vida , lo que en el fondo nos da cierta tranquilidad para empezar a tomarnos la vida con más tranquilidad y disfrutar de cada momento.

Es cierto que lo que resulta mucho más aceptado y racional, es  que no es impensable, que cuando algo termina, termina y no por intentar alargar más una situación vamos a poder virar el sentido del camino, pues sin esas cosas inoportunas de la vida que se te presentan y uno improvisa, el lugar que ocupa es el mismo, y eso es de lo que se trata de aguantar un poico más a ver si entre todos y las vacunas lo conseguimos, que no es más que una vuelta a la normalidad.

Al final lo impensable se reduce  después de tanta racionalidad a aplicar el principio de dejarse llevar, eso si de una forma responsable, dejando que las cosas, situaciones  y las personas que aparecen en tu vida, por muy impensables que resulten, sean las que tú has necesitado en tu vida.

                                                          

                                                               Ferrán Aparicio
                                                          1  de Marzo de 2021

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