El ser humano es un ser social por naturaleza es por eso, que a veces, nos pueden sorprender quienes prefieren pasar su tiempo libre sin cruzar palabra con los demás o alejados del resto.
Las personas que eligen estar solas sin un motivo de rechazo o conflicto con los demás sabe practicar el amor propio.
Pero la soledad, y su vivencia en equilibrio y aceptación, es un requisito necesario para relacionarnos con otro ser humano en libertad, para forjar una relación fuerte y saludable, con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Es de gran importancia diferenciar dos tipos de personas solitarias; aquellos que están solos contra su voluntad, que suelen ser personas que quieren ser amadas e incluidas, pero que en su lugar fueron rechazados y en mayor o menor medida, suelen hacer planes para evitar los momentos vacíos y por otra parte los verdaderos solitarios, es decir, aquellos que abrazan y disfrutan plenamente su tiempo a solas.
Para el primer tipo, la soledad será una carga.Por el contrario, para los verdaderos solitarios, la soledad es un tesoro emocional y quienes no viven la soledad desde la perspectiva del vacío o de la ausencia, sino de la plenitud, son personas que sienten la creatividad, la ilusión, la libertad y la confianza de estar consigo mismas.
Entendemos que la soledad es parte troncal del proceso de madurez, pues La conquista de la soledad es el resultado del amor incondicional hacia uno mismo.
Las personas que prefieren estar solas pueden estar
pasando por un momento de cambio y búsqueda interna; desarrollando nuevos hábitos e intentando
hacer cambios profundos en sus vidas lejos de la influencia de otros, y
en el fondo sólo se trata de distanciarse para ganar en perspectiva.
Las personas que prefieren estar solas suelen ser hábiles estableciendo prioridades porque cuentan con más espacio para los deseos y menos para las necesidades, de la misma forma que no lo tienen a la hora de poner sus recursos a disposición de los demás si se lo pueden permitir.
Las personas solitarias, son personas que confían en sus capacidades, lo que les lleva a depender menos y ser menos sensibles a las valoraciones de otros. Además, suelen ser más exigentes con las personas de sus círculos sociales.
Quien sabe estar solo es más empático y flexible, tiene una mente abierta y es capaz de tener en cuenta otros puntos de vista.
Ferrán
Aparicio
20
de septiembre de 2025
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