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viernes, 10 de octubre de 2025

APEGO EVITATIVO

El apego evitativo es un estilo de vinculación caracterizado por la dificultad para establecer relaciones emocionales cercanas y la tendencia a evitar la intimidad por miedo al rechazo.

 El  apego evitativo se desarrolla  generalmente en la infancia a menudo como resultado de experiencias de abandono o falta de atención emocional por parte de las figuras de apego. Las personas  con este tipo de apego tienden a evitar la cercanía emocional y pueden padecer independientes, pero en realidad luchan con la conexión emocional y la vulnerabilidad.

Las personas  con apego evitativo suelen tener problemas para compartir sus sentimientps y emociones con los demás, lo que puede llevar  a malentendidos  en las relaciones.

Tienden a distanciarse cuando las relaciones se vuelven más cercanas, evitando compromisos emocionales profundos. 

En definitiva el apego evitativo consiste en la incapacidad o dificultad para compartir sentimientos con tu pareja o personas cercanas, pues las personas con este tipo de apego puede que necesiten más espacio para sí mismos debido a los miedos que tienen respecto a las relaciones personales.

Prefieren resolver sus problemas por sí mismos y pueden sentirse incómodos al depender de otros. A menudo, hay una desconexión entre sus emociones y sus acciones, lo que dificulta la formación de vínculos significativos. 

El apego evitativo puede tener un impacto significativo en la vida de quienes lo experimentan, pero con conciencia y esfuerzo, es posible trabajar hacia relaciones más saludables y satisfactorias.

Desde la infancia, aprendemos a vincularnos según cómo nuestros cuidadores respondieron a nuestras necesidades emocionales. Si estuvieron ausentes o las respuestas fueron frías —sobre todo en momentos de necesidad—, es común desarrollar apego evitativo en la adultez.

Alguien con este apego evita compartir su información personal, así como sus pensamientos y sentimientos más profundos o sucesos positivos y no mencionar aquellas experiencias más negativas.

La necesidad de espacio y autonomía no es sinónimo de falta de amor, y aunque desees y quieras con ansias que la persona conecte contigo y exprese sus sentimientos más profundos, tienen que comprender y aceptar  que debes respetar sus espacios y tiempos.

 Una forma de tratar a una persona con apego evitativo y conectar es incentivarla a realizar juntos actividades cotidianas o lúdicas, compartiendo más tiempo, y así pues de esa manera, puede demostrarte su interés y cariño con acciones sin exigencias.

 

                                                                 Ferrán Aparicio

                                                           10 de Octubre de 2025



jueves, 20 de octubre de 2016

PARA QUE NADA NOS SEPARE, QUE NADA NOS UNA


Me resuena algo que leí hace tiempo, no sé si en concreto o como idea general, en alguno de los poemas de Pablo Neruda, que decía y transmitía algo como: “Para que nada nos separe, que nada nos una”, la verdad y nada más que la verdad, que cuando lo dices o lo lees, resuena la típica frase de enlace matrimonial que afirma que lo que ha unido Dios, que no lo separe, el hombre,.., en la salud y en la enfermedad y hasta que la muerte os separe.

Pero Neruda como poeta y transmisor de libertades sin coacciones, depuró la idea en sentido contrario, de una forma muy elegante; es decir si no nos une nada,.., nada nos separa, algo tan racional como pragmático,.., y la verdad es que no le falta razón.

Esta frase nos debería recordar que lo único que poseen dos personas es la relación que han decidido establecer de una manera voluntaria y recíproca, ya sea de amistad, sentimental, laboral u extensible a la de cualquier tipo.

En muchas ocasiones la clave está en no usar nunca esta seguridad si no el sentido literal de lo que pensamos o sentimos, para dejar de cuidar la base de esa posesión, pues nada fortalece tanto una relación como la certeza de que es frágil y nunca deben ser una obligatoriedad en contra del principio de libertad al que casi todos los seres humanos nos sentimos unidos y anhelamos, salvo error o excepción, que haberlas haylas.

Lo cruel es que parece que la sociedad se ha ido transformando en unas relaciones de dominancia donde muchas veces nos obliga a vendernos y a unirnos a algo que conscientemente estamos separados independientemente del sentido común y el orden natural, que de alguna forma nos vinculan.

También es cierto que del roce nace el cariño, sin roce es difícil que algo nos una, salvo por tu interés te quiero Andrés, es por ello que la unidad natural exige en cierta forma el tener una proximidad, tanto a nivel psíquico como físico, de pensamiento como de realidades, también por aquello de: “obras son amores y no buenas razones”.

Muchas veces y a parte de que nada nos separe, es importante estimular la mente con ideas que nos unan y que en cualquier aspecto o circunstancia sepamos qué es lo que queremos, por aquello de no bloquear nuestra capacidad de decisión y nuestra propia libertad, pero como advirtió Jacinto Benavente : “no hay nada que desespere tanto como ver mal interpretados nuestros propios sentimientos“ y es que no hay que confundir la razón con la pasión, ni la devoción con la posesión, pues cuando se habla de libertad, también se habla de sentimientos y conceptos, mayores.

Las ideas mueven el mundo, y tener claro que para que nada nos separe; que nada nos una, es reconocer que los individuos y las sociedades está expuestos a las pasiones de la codicia donde es más fácil no comprometerse que corregir situaciones y estructuras que causan la injusticia y los conflictos, por no hablar de sentimientos. 

En suma, todos nos merecemos una oportunidad y no hay mayor y común carencia que la carencia de querencia para salir del vacío, y para esto se precisa converger para estrechar, aunque nada nos separe y al mismo tiempo nada nos una.

Ferrán Aparicio
20 de Octubre de 2016