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jueves, 1 de junio de 2017

COMBINACIONES EXOTICAS

La depresión y la ansiedad  son dos trastornos mentales que generalmente van asociados y que muchos no entienden, no sabe identificar, ignoran los motivos que llegan a desencadenarlos, y hasta dudan de su existencia al considerarlos como manifestaciones propias de la debilidad de quienes los sufren, al carecer de la fuerza de voluntad suficiente para dejar de experimentarlos.

Sin embargo los que algún día abrimos las puertas de esta combinación exótica de ansiedad y la depresión, sabemos que son puertas que se abren pero no tienen cierre alguno de por vida, lo cual nos hace susceptible de estar muy pendientes de nosotros mismos desde la observancia.

Es bien cierto que con un buen tratamiento, no sólo físico sino químico y mental uno aprehende desde la observancia a reaccionar ante el menor síntoma o bajón emocional.

También es común  el no entender a quienes sufren de ansiedad o depresión  y que generalmente se asocia como algo exclusivo de personas poco formadas o carentes de sensibilidad o de empatía y la pura verdad que es un mal común a todos los humanos independiente de su formación, sensibilidad o empatía.

La cruda realidad demuestra que quien nunca ha pasado por uno de estos procesos, tiende a no entender a quienes los sufren y a considerarlos como seres débiles, tanto es así que con frecuencia se recurre a expresiones desafortunadas con las que pretendidamente se intenta ayudar y que en realidad sólo potencian el malestar de alguien a quien le resulta imposible salir del agujero en que se encuentra sumido.

Nuestra relación con la gente que sufre o sufrimos de alguna manera o en cierto grado este tipo de bajones anímicos es tener que oir aquello que lo importante es superarlo, aunque al fin y al cabo la ansiedad y la depresión, no es algo se supera sólo con la voluntad.

Etapas conflictivas, llenas de desánimo pueden estar relacionadas con causas endógenas o exógenas y lo que hay que tener claro es  que no podemos confundir la depresión con la tristeza, tanto para nosotros mismos como para los demás y en cualquier caso hay que esforzarse en comprender o al menos respetar.

El desgaste que produce una depresión o un estado de ansiedad continua es algo que sólo la conoce el que la sufre, que no es más que hablar de la anhedonia o pérdida de la capacidad de disfrutar de las cosas que antes generaban placer, la combinación resulta explosiva y el nefasto resultado es que vivir se convierte en una experiencia dramáticamente diferente para el deprimido.

 Las experiencias y la vida misma las vivimos cada uno y lo mejor si alguien intenta controlar su propia ansiedad es no inmiscuirse para evitar una retroalimentación o contaminación mutua.

Los problemas son problemas cuando tienen solución, cuando ya no la tienen, dejan de ser un problema, pero quienes conviven  con la depresión y la ansiedad, dos manifestaciones anímicas y emocionales que tal vez todos hayamos experimentado en algún momento de nuestras vidas, pero que quienes las sufren de modo crónico y no como algo circunstancial, las soportan como un terrible sufrimiento, muy distante a un problema carente de solución.
           
Ferrán Aparicio
1 de Junio de 2017

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