Cada
uno de estos grupos tiene unas inquietudes y unas emociones, que reflejan una
tipología de casas totalmente diferentes; pues el uso que le daremos al espacio
y a continuación crear un espacio donde nos sintamos a gusto, es totalmente
diferente.
En
cualquiera de los dos casos la idea principal es que el espacio refleje la idea
de la expresión “sentirse como en casa”,
y que tenga la sensación al conocerla que es una casa vivida y no un escaparate
para los invitados.
Cada
uno de nosotros tenemos nuestra personalidad y nadie vive como tu mismo, tiene
unas pautas de conducta totalmente diferentes, aunque esencialmente tengamos
las mismas necesidades, por lo que sentirse como en casa responde a nadie decora como tú! Encuentra tu estilo
decorativo personal, es decir, a un patrón claramente definible para nadie, más
que su autor, o sea tú.
Las
casa bien urbanas como las rurales suelen contener el reflejo de la
personalidad del que las vive y en especial, reflejan sus gustos, sus preferencias,
su hobbies, incluso son como el cuaderno
de bitácoras de los países y lugares donde han viajado, pues suelen tener algún
"souvenir", que nos identifica y recuerda aquello que tanto nos ha
gustado , al margen de las fotografías que conscientemente hemos reproducido de
aquel paisaje o lugar que nos ha emocionado.
De
la misma forma que si miramos atrás, nos damos cuenta cuanto hemos cambiado ,
debemos tener en cuenta que nuestras casas bien urbanas o rurales tienen un carácter
efímero y que como nosotros tienen que cambiar en el tiempo acompasando nuestro
pensamiento y nuestra forma de vivir en este momento , por lo que hay que atreverse
con colores vibrantes así como con
muebles y textiles extravagantes , aunque sea en pequeños esbozos como nota de
color y aporte de personalidad y originalidad únicos sin perder de vista una
decoración acogedora.
Puedes
mezclar estilos, colores, formas y texturas asegurándote de que la mezcla tenga
sentido y funciona, mezclas exóticas como el azul con coral, dorado con blanco,
rayas con prints tribales... mezcla de
tonos y estampados sin miedo, y todo dentro de tu teoría del color que en el
fondo van a reflejar tu estado de ánimo, desde tu sentimiento racional hasta tu
grado de implicación espiritual.
Al
final todo se centra en una sencilla fórmula para conseguir armonía que es haciendo
que los elementos se acoplen al estilo de aquellos que sean básicos, es decir
partiendo del ambiente donde te sitúes urbano o rural, elegir el estilo
decorativo que será el estilo principal y elementos complementarios como muebles, sofás o sillas y
complementarlo con la decoración colorista como cojines o cortinas y detalles
decorativos.
Sólo
finalmente se trata de crear un patrón y, por tanto, conseguir armonía prestando atención a las características en
común que tiene tu vida con el medio que
te relacionas.
Ferrán
Aparicio
25 de
Febrero de 2018
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