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domingo, 10 de mayo de 2015

TIEMPOS DE CAMBIO


El comienzo de un nuevo siglo y la supuesta salida de una crisis, viene acompañado de una necesidad de cambio, tratando de aprender de las experiencias pasadas para mejorar las acciones del futuro.
 
 
Sin embargo durante el período de transición es difícil encontrar la brújula que indique el camino a recorrer, especialmente cuando andamos justos de medios  y todo nos cuesta demasiado o en demasía, depende de lo que hablemos.
 
Las personas nos convertimos  en  un proyecto de vida diaria cuando, después de soñar durante mucho tiempo con el cambio, la remodelación o simplemente con una visión de futuro, tenemos que recurrir a un  profesional que pueda hacer realidad ese sueño, ese cambio o ese consejo mágico que nos cambie la vida , sin tener que hablar de cirugía plástica.
 
Muchas veces, estos comitentes son los primeros en cometer el gravísimo error de no elegir el profesional que pueda interpretar cabalmente cuáles son sus necesidades, gustos, preferencias, modo de vida y posibilidades económicas, traspasando a un papel el presupuesto de materializar cualquier proyecto que hemos imaginado, desde un viaje a un proyecto de reforma interior o reforma de nuestro baño o cocina.
 
Es cierto que la sociedad hemos cambiado y nos hemos  transformado en autosuficientes, también es cierto que nuestro nivel cultural y de conocimientos ha aumentado y todos ya sabemos de todo, si a esto le añadimos la aparición de empresas que nos proporcionan todos los ingredientes  o nuestras consultas virtuales a los buscadores mágicos de vuelos y hoteles,  y sin más nos convertimos directamente en los magos del cambio, eso sí, sin pasar por una formación universitaria o de ciclo de  formación cualquier índole.
 
Todos en general buscamos a aquel profesional que nos dé más por menos, pero no todos los profesionales responden igual  con el valor más bajo al concepto de mayor calidad de producto o en su caso respuesta.
 
Buscar en el mercado el producto que necesitamos o soñamos y  quién pueda ofrecer con lenguaje similar el producto buscado, al más bajo precio no es sinónimo de buena calidad ya sea en cuestión de diseño o de materiales, ya que se transformaría todo en un proceso mágico o de cuento chino.
 
Jugar con nuestros sueños es entender el significado de la popular frase busque, compare y se encuentra algo mejor cómprelo, pero también es valorar la profesionalidad de quien se la merece.
 

La decisión de encomendar un sueño es demasiado importante en la vida de una persona, de una familia o de un grupo de personas para que los malos entendidos o la inexperiencia  de un mal profesional frustren el proyecto soñado, es por ello que a la hora de elegir un profesional tenemos que dejarnos de autoengaños, tenemos que elegir con los sentidos  y luego con el bolsillo, y así seguramente no nos equivocaremos.
 
Ferrán Aparicio
10 de  mayo de 2015

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