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miércoles, 5 de agosto de 2020

ANNUS HORRIBILIS

Annus horribilis es una expresión latina, traducible como "año terrible". Esta expresión es utilizada cuando al finalizar el año las cosas no han salido como se esperaban. 

Sin embargo, annus mirabilis ; es un término tradicional, mientras annus horribilis;  es de relativamente reciente acuñación. Según la Wikipedia , Annus mirabilis es una locución latina, que significa «año de los milagros» o «de las maravillas». Históricamente se ha aplicado a diferentes años, aunque su uso parece provenir del título de un poema de John Dryden (Annus Mirabilis, 1667, sobre los terribles acontecimientos del año anterior en Londres, especialmente el gran incendio y la gran plaga. 

Quizás y solo quizás, desde la última pandemia denominada como española , si bien han habido crisis económicas y sociales, fenómeno que forma parte del ciclo de la vida misma, no teníamos consciencia de las desoladoras consecuencias de una pandemia , que van desde los 50.000 muertos habidos en este momento en España , como la perdida de tres millones de empleos y una pérdida económica en el PIB , pudiendo calificar  a este año 2020, como annus horribilis.

La pandemia  nos ha cambiado el mundo, si bien no totalmente si parcialmente , desde cómo nos hemos sentido vulnerables, hasta valorar nuestra salud como parte de nuestra tranquilidad y bienestar. En este sentido ha sido un fenómeno plural y particular ha cambiado a las sociedades y nos ha cambiado a nosotros mismos.

El estado de alarma y su consecuente confinamiento, nos ha hecho ser espectadores desde la barrera de cosas cotidianas, desde el  ocio a la actividad física, salir a correr, ir al gimnasio, quedar con los amigos a jugar un partido, tocar un instrumento o incluso la lectura son también conductas habituales que están profundamente incorporadas en nosotros.

En cierta forma nos han modificado los hábitos de conducta, que en cierta forma no valorábamos, porque un hábito es una disposición a actuar de cierta manera, que normalmente adquirimos repitiendo acciones que nos resultan gratificantes. 

Por otro, para que un hábito sea bueno, es decir, flexible y mejore nuestra conducta, tiene que estar dirigido a un fin; más aún, un hábito bueno nos ayudará a alcanzar fines cada vez más complejos, que al principio parecían inalcanzables.

Si bien los científicos y expertos en neurología, afirman que el cerebro cambia con cada una de nuestras acciones; los efectos de la pandemia han podido ir más allá, atravesando nuestra segunda naturaleza que no son ni más ni menos, lo que Ortega y Gasset denominaba como las creencias.

La pandemia nos está cambiando, independientemente de que recordaremos 2020 como un “Annus horribilis”, aceptaremos  el cambio consciente de hábitos que teníamos bien asentados, con el impacto cerebral que eso conlleva y el cambio de nuestras creencias acerca del mundo, alterando nuestra forma de abordar la realidad. 

 Ferrán Aparicio

5 de Agosto de 2020




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