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domingo, 30 de agosto de 2020

PERDER, TAMBIÉN ES VIVIR


Hace tiempo leí un artículo que hablaba de este tema, en el que se expresaba la idea de que perdiendo también se vivía y en definitiva hablaba que la  experiencia nos aporta en la pérdida una gran sabiduría, como para generar un crecimiento mayor que  simplemente ganando.

A todos los humanos, como humanos que somos que no divinos, nos gusta ganar,  unos lo centran normalmente en el dinero, pero sin embargo, si bien es cierto que hay una frase genérica que dice que el dinero no da la felicidad, si da la seguridad, independientemente que no cura los males crónicos de una enfermedad.

Pero hiendo  un poquito  más allá el bloqueo mental  que nos producen determinados miedos, nos impiden visualizar aquello que realmente nos gustaría hacer y que está vetado por el hecho de vivir de una determinada forma: cantar, bailar, pintar y tantos y tantos verbos que denotan acción están abiertos a poder materializarlos aunque nos equivoquemos en el planteamiento, pues haciéndolo habremos superado la barrera inactiva de   los miedos.

Es claro que escribir o al menos a mí me lo parece ayude a sacar desde nuestro interior esas proyecciones imaginarias que vemos como figuras o conceptos imposibles, cuando en realidad no lo son. Pero no hay que centrarse en el plano material de la cosas, los coches, los pisos o las camas, como aquel que dice, sino a otros factores, como comunicación, amistad, autoestima, alexitimia y tantos conceptos variopintos y realidades espirituales que se hayan bloqueadas hasta el punto que nos frena un estado depresivo de insatisfacción e incluso de tendencias y sentimientos depresivos.

Lo pasado, pasado está, desde el punto de vista positivo podemos valorar aquellos recuerdos de lo que nos han hecho felices, bien por ser logros adquiridos así como situaciones vividas.

Pero la cuestión es cómo enfrentarse al presente sino somos capaces de perdonar, aceptar, y asimilar aquello que llevamos dentro y no podemos olvidad. Quizás y sólo quizás aquí esté la clave, en centrarnos en éste momento, empezar a meditar de no como hubiese podido ser , sino el cómo puede ser o como podré llegar a ser, estar o vivir.

La verbalización se la lleva el viento, pero  lo que queda por escrito tienen una relación mayor con el alma, en cuanto que nos permite aflorar, un número mayor de campos y conceptos, arrinconados por miedos y angustias.

El plantearnos como nos gustaría vivir en un año, a que nos gustará dedicarnos, cuál sería el prototipo de pareja o en el caso de que la tengamos, como podría cambiar determinados aspectos de nuestra relación personal, creo que es una de las terapias  de antibloqueo más efectiva y productiva.

El problema surge muchas veces, cuando nos preguntamos, preguntas tan básicas y también tan radicales a las que en un momento de contestación rápida no `podemos contestar, como es el caso; de donde nos gustaría vivir, en que nos gustaría trabajar. a que dedicaríamos nuestro tiempo libre o cual sería nuestra manada perfecta y tantos y tantos aspectos, que creo fundamental plantearse en el sentido de que si perder también es vivir ,.., meditar, parar y reflexionar es el secreto para vivir de una forma mucho más satisfactoria y enriquecedora.

                                                         Ferrán Aparicio
                                                   30 de Agosto  de 2020

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