Hablar
de reciclaje es hablar de evolución, de reconocer aquello del pasado que nos gustó o no nos gustó, pero
pasó , pero también de la realidad misma
de empezar a querernos y reconocernos con unos hábitos naturales, que al
principio resultan forzados, pero luego se convierten en costumbres como cualquier rutina adherida a la mente.
Hemos vivido unos años a la
carrera del consumismo, pero ha llegado la crisis del corona virus y hemos
tenido que parar de repente. Este momento es el momento actual, donde de alguna
forma nos negamos a nosotros mismos, por la imposibilidad de dar un beso o un
simple abrazo, porque en el fondo no somos capaces de asumir el nivel emocional que manteníamos y
el nivel de vida que nos hemos creado aferrados al consumismo de la sociedad,
sin sopesar, cuáles de tantas cosas nos satisfacían y en el fondo nos hacía crecer como personas
en cuanto nos recreaban nuestro ego sin saber si realmente nos llenaban.
No es fácil mirar para atrás
, pues el olvido es el mejor recuerdo, pero desde nuestra niñez hay
recuerdos que no deberíamos olvidar,
aquel dormitorio compartido con tus hermanos, ese tren que circulaba por unas vías
metálicas o aquellas canicas que tantos buenos ratos nos hicieron pasar en los
patios de recreo del colegio.
Avanzar en el recuerdo es
recordar aquellas cosas que formaron parte de la vida y nos hicieron
ciertamente felices, tan simples como construir pegando aquellas casitas de
papel que hoy ni se ven ni se entienden, los bolos, la bicicleta BH o
simplemente aquellos juguetes que nosotros mismos nos construíamos. También
recordar aquellas comidas hechas por nuestras abuelas o madres tan peculiares y caseras que en ese ejercicio
de memoria nos animan a intentar hacerlas, aunque no lleguemos al auténtico
sabor del recuerdo.
Respecto a la gente que nos
a rodeado, amigos y familiares , compañeros de clase y colegio , de vacaciones
, pensar en aquellos que han quedado en el camino , y que aun a través de fotos
que ya se han desvanecido su color , nos recuerdan aquellos momentos de
convivencia y entrañabilidad.
La abstracción es de tal
calibre que la brújula no acierta a marcar el norte, pero sin embargo hay cosas
que no llegamos a olvidar, porque quizá y sólo quizá si bien hubo tiempo para
todo, muchas veces perdimos trenes por enfocar nuestra mirada en otros
objetivos que necesitaban más tiempo o más ilusión.
Si tuviera que volver a
empezar, tengo claro con lo que he vivido que ejercería de una forma que me
sintiera libre, compartiría mi tiempo con aquellas personas de las que siempre
aprehendes algo y te hacen vibrar, divertidas y jocosas y llenas de energía, dedicaría
menos tiempo a trabajar y más a recrearme y a disfrutar de aquello que
realmente me gusta , y aunque nunca es tarde cuando la dicha es buena , al final solo se
trata de reciclarse , en aquello que no hemos hasta ahora podido recrearnos.
Ferrán Aparicio
25 de Agosto de 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario