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martes, 28 de septiembre de 2021

COSTUMBRE O RUTINA

 

Hablar de rutina es hablar de palabras mayores. Dicen que la creatividad es un motor en la alegría del vivir y a mí me parece bien cierto.


 El problema surge cuando en nuestra vida nos dejamos llevar por la rutina como un hábito de vida y no innovamos nuestras conductas y actuaciones, cuestión a replantear si queremos sentirnos en una evolución y evaluación positiva constante.

Es cierto que a todos en nuestra vida hay cosas que no nos acaban de convencer desde el trabajo diario que ejercemos, hasta una relación de pareja degradada que convivimos simplemente por una rutina decepcionante y ambos caso, aguantamos por no alterar ese hábito de supervivencia adquirido, lo cual  es como siempre cuestión baladí.

En el fondo de nuestros seres todos sabemos aquellas rutinas que no estamos de acuerdo, bien porque no nos  aportan nada o simplemente una indiferencia absoluta, sin hablar de la toxicidad que nos producen, bien porque no ejercemos un cambio como siempre por miedos a la incertidumbre del cambio.

Desde la tesitura que todo llega en su justo momento, un día llega ese momento en que te replanteas y dices basta ya de esa rutina decepcionante que no me aporta nada y en ese momento trágico es cuando por obligación o decepción comenzamos a recordar toda la rutina que hemos vivido de una forma consciente y automática y sobre todo regresamos al pasado para intentar recuperar un tiempo que no nos ha aportado nada.

Todos y digo todos, hemos vivido con los ojos cerrados ante algún tema o situación en nuestras vidas es como si no quisiéramos ver lo que está sucediendo en nuestro propio espacio y miramos hacia otro lado , pero sabemos que un día llegará ese momento, nuestro momento en el que tenemos que transformar nuestra rutina en una nueva situación.

Lamentablemente somos conscientes de esta situación cuando la muerte pasa cerca de nuestras vidas o perdemos aquellos clavos a veces incluso oxidados aguantan el cuadro de nuestro retrato.

Dicen que nunca es tarde cuando la dicha es buena  y que para ganar siempre hay que perder, es parte de la evolución.

Es por ello que les animo a revisar su rutina diaria en todos sus palos, a efectos de que cuando llegue ese momento que nos llega a todos y no es la muerte sino el encontrarnos cara a cara con nosotros mismos  y con nuestra vida diaria, no sufran un  traumatismo craneal, pues resulta mucho más práctico ir adaptando nuestra vida a una rutina más gratificante con pequeños cambios que para todos son asimilables y al fin y al cabo son los que nos aportan cierta felicidad.

 Ferrán Aparicio
 20 de Septiembre de 2021

 

lunes, 25 de noviembre de 2019

NORMA Y LEY


Por causalidades o casualidades acabo de llegar de Japón, un país que no estaba en miS planes, pues mis inquietudes e intereses v tienen otra direccionalidad , pero tengo que decir que me ha encantado y recomiendo mucho.

Si a coalición una cosa me ha llamado la atención es el concepto de norma de vida que tiene los nipones, algo que me ha hecho reflexionar entre la diferencia entre norma y ley.

Norma es un término que proviene del latín y significa “escuadra”;una norma es una regla que debe ser respetada y que permite ajustar ciertas conductas o actividades dentro de una sociedad.

En el ámbito del derecho, la ley es un precepto dictado por una autoridad competente. La ley , independientemente de su objeto y contenido, normalmente articulado,  exige o prohíbe algo en consonancia con la justicia y para el bien de la sociedad en su conjunto.

 Sin embargo la norma es el conjunto de los usos habituales que los ciudadanos de un país  llevan a cabo en la vida cotidiana, sin pensarlo simplemente como un habito subconsciente de actuar , en el que se estima que es lo permitido y que es lo prohibido por el conjunto de sociedad.
 
En este sentido en Japón existen muchas normas de uso cotidiano , desde no poder fumar en la calle, hasta no poder hablar con el móvil en los medios de transporte público, por no hablar de no cruzar hasta que el semáforo está en verde, entre otras muchas normas de la vida cotidiana.

Si analizamos  su etimología  procedente del latín, lex, una ley es una regla o norma. Se trata de un factor constante e invariable de las cosas, que nace de una causa primera.

Como vemos hay una gran diferencia entre norma y ley, si lo vemos desde el punto  de vista casual de la vida cotidiana y muy similar si lo vemos desde el ámbito jurídico.

Al final podemos decir  que las leyes limitan el libre albedrío de los seres humanos que conviven en sociedad; funcionan como un control externo al cual se somete la conducta de las personas para asegurar que se cumplan una serie de normas que respondan a las necesidades de la comunidad, mientras que la norma en una sociedad es el modo común de actuar por todos los que cohabitan en un mismo ámbito geográfico.

La ley  es un acto reglado; mientras que la norma es un acto de costumbre que se transmite de padres a hijos. Sin embargo la  ley debe cumplir con diversos principios, como la generalidad  y al igual que la norma  debería comprender a todos los individuos, la obligatoriedad tanto de la ley como de la norma es imperativa, o al menos eso nos justaría a la mayoría  y la permanencia versa en su esencia pues es dictada con carácter indefinido salvo que sea derogada en el caso de la ley, pero nunca en caso de la norma establecida, entre otros.

En general en nuestra sociedad europea por mucho que presumamos de nuestra exquisita  educación, el ser humano no se caracteriza por respetar a los demás seres vivos, sean o no de su especie, y ciertas leyes o la ausencia de las mismas, y la propia norma   hace  evidenciar esta triste realidad.

                                                    Ferrán Aparicio
                                               25 de Noviembre de 2019