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martes, 15 de julio de 2014

CUESTION DE VALIA


CUESTION DE VALIA
Hace ya años, es decir desde el 2007 que estamos acostumbrados a los cambios , a acumular cursos, doctorados, masteres, por no hablar de nuevos planes de estudios a nivel europeo como el  Bolonia, en el que uno ya no sabe ni quien es ni que coño hace , o si es o no es pues parece que la profesionalidad se halla convertido en una cuestión de peso , donde lo que vale es acumular cursos y carreras e idiomas , por no hablar de masteres, para demostrar que uno está cualificado.

No es menos cierto que normalmente a nadie le regalan nada, incluso en esas pseudos-universidades privadas en las que el costo de un año lectivo es superior a diez veces el sueldo interprofesional mínimo anual de un trabajador y donde el trato privativo y exclusivo es un don por excelencia.

Pero en estos tiempos de crisis, y después de que todos nos sentimos pesados con los curriculums que aportamos; ha quedado demostrado lo que inicialmente fue una premisa clara antes de empezar el camino y es que todo es cuestión de valía.

La economía europea y las empresas ya no contratan al peso, sino que contratan gente con habilidades muy pronunciadas, caracteres aseverativos y sobre todo de gran destreza asimilable a esbeltez, nada que ver con resonancias universitarias.

Está claro que el actual perfil de contratación es más que un perfil universitario, o formado en grado; es un concepto  profesional de solucionador de problemas y gestor de beneficios. Es por ello  que nuestro objetivo como futuro mercader de pasión y conocimiento es vender nuestras valías poniendo énfasis en cualquier oportunidad que se nos acerque, pues lo que esta clara es que a casa ya no viene a buscarnos nadie por la escasa demanda que existe y la plural oferta que existe en el mercado.

También hay que considerar que la experiencia es un grado, pero hay que ser racionales y ofertarla en su justa medida, ni en exceso ni en defecto, sino simplemente como elemento clave en detectar las soluciones justas y precisas que se detectan en los problemas de nuestra oferta que al fin y al cabo es donde están las oportunidades.

Todo como se intenta racionalizar ha cambiado , ya no es cuestión de peso , es cuestión de valía y el mercado ha variado su composición segmentaria, por lo que ni debemos obsesionarnos en nuestra falta de encaje en este nuevo modelo , ni debemos esperar sentados a encontrar un hueco donde encajarnos nosotros mismos como pieza primaria.

Como todo en la vida el principio de la autenticidad en el sentido de no auto engañarnos es la pieza inicial a la hora de volcarnos en un mercado donde lo primero que vamos a vender es con que herramientas contamos y de que somos capaces de ofrecer en relación a lo que nos piden, no equivocándonos en ningún momento que somos lo que creemos que somos, obviando muchas posibilidades que no desarrollamos y de las cuales somos capaces en caso de apuros desarrollar.

En cualquier caso la relevancia o el valor no es algo absoluto sino relativo y como decía alguien depende del cristal con que se mire, dependiendo simplemente del momento en que el calidoscopio de mercado encuadre en nuestro comportamiento aseverativo.

                                                             Ferran Aparicio
                                                           15 de julio de 2014