Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta CUSTION DE SGUNDOS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta CUSTION DE SGUNDOS. Mostrar todas las entradas

lunes, 20 de abril de 2015

CUESTION DE SEGUNDOS


 

Todo el mundo y he dicho todo el mundo, hemos sido conscientes hace unas semanas de cómo durante unos segundos, una vida humana puede acabar, sin más.

Siempre hemos oído, leído, incluso sentido que todos tenemos un destino, incluso lo importante que resultaba estar en el sitio adecuado y en el momento adecuado, sin embargo hay hechos que todavía lo ponen más de manifiesto.
La cuestión de fondo es la sensación que nos produce cuando nos ponemos en la piel de los demás e imaginamos encontrarnos en  esa cuestión de segundos, incluso sentir  como puede llegar a pasar una vida por delante, si bien con esto mito, nadie ha vuelto para contarlo.

Prepararse para el impacto del fin es una tragedia en la que nadie estamos preparados, aunque la vida nos pille por sorpresa en aquello de que la vida se acaba.

Es  cierto que si llegara el momento sabríamos  cómo reaccionar como humanos que somos y lo más similar es la acción de  cuando nos comunican  que alguien cercano o no tanto sufre una enfermedad terminal, inmediatamente nos planteamos en cuestión de segundos al ponernos en su lugar, esa lista de cosas que nos hubiese gustado hacer antes de morir y en esas cosas que queremos hacer en vida y postergarnos pensando inconscientemente que íbamos a ser eternos.

Al contrario o en cualquier caso de otra forma nos plantearíamos aquello de quienes somos, que hemos disfrutado, que tenemos y no hemos valorado, pero sobretodo no cabe duda que nos plantearíamos el tiempo  que  desperdiciamos en cosas  que no importaban con gente que si importan.

Cuando el tiempo va pasando somos conscientes  de alguna forma que el camino va avanzando.

Nuestro cuerpo empieza a evolucionar en el tiempo manifestando cierto rechazo a la lozanía, que salvo error o excepción se manifiesta con arrugas y canas, barrigas y decaimientos y en general una desaceleración vital, que seudo reconocemos un día cuando nos miramos al espejo y caemos en la cuenta de que el tiempo ha pasado y aunque ya lo sabíamos con antelación lo hemos obviado de una forma ingenua  y  aunque en general nos hemos estado preparando toda la vida por aquello que después de nacer lo siguiente es vivir para finalmente morir, lo seguimos obviando en la cotidianidad del día a día, por muy real e inamovible que sea el argumento.

La vida es un pasar y nadie somos eternos, pero en cualquier caso les animo como me he animado yo a reflexionar y conectar esos dos puntos el de la reflexión y el de la realidad, del aquí y ahora, pues lo que resulta evidente es que nadie somos adivinos de nuestro destino, salvo error u excepción y en definitiva todo puede cambiar en cuestión de segundos.

 

                                                         Ferrán Aparicio

                                                      20 de Abril de 2015