Hay momentos en la vida que uno tiene visiones rápidas y fugaces, que duran sólo unos segundos pero que te recuerdan que por una parte sigues vivo, y como no, que sigues sintiendo y sobre todo aprendiendo o aprehendiendo si lo haces desde la consciencia del momento.
Esta claro que en la fugacidad del efecto espejo en la que vemos reflejada una idea, persona que no personaje, opinión o simplemente un proyecto, nos damos cuenta inmediatamente que debemos de quitarnos esa pereza innata y cambiar de posicionamiento pues lo que vemos no es lo que queremos y está claro que no podemos seguir disfrutando de viejos éxitos del pasado.
Siendo sincero con uno mismo, no sólo la realidad nos delata día a día, hora a hora o segundo a segundo, por decir algo referenciado, sino que al escribir sobre un papel en blanco, con una palabra que se ha quedado atascada y no se mueve, te das cuenta que algo pasa por la cabeza y que el efecto espejo te delata.
Dicho de otra forma; “Lo que ves es lo que tienes “, en esa nueva tendencia idealis@, de que todo llega en su justo momento, llega el momento de aún no parar aquietar y pensar sobre cual es el estado en el que nos encontramos.
Al escribir en un modesto blog para un publico variopinto y con una temática variada, te das cuenta siendo negativo que vas evolucionando y siendo positivo que a través de estos post de mejor o peor calidad o talante, uno va reflexionando sobre al menos ciertas preocupaciones, que aunque banales parezcan , son integradoras dentro de todo un conjunto, mejor o peor montado, razón por la cual, todo el mundo debería tener un blog como efecto espejo de su propia inquietud, por no hablar de su realidad por esperpéntica que fuera o fuese.
En este momento y solo hablando en alto y tecleando en el teclado de mi ordenador ,como el que martillea sus propias ideas y las clava en su consciencia; he empezado a cambiar algunas cosas, a crear otras y a reducir unas cuantas. Pero es sólo el principio, de algo que sé que no funciona, es como reparar un coche que se mueve por piezas o partes, para hacerlo rodar mejor.
Además del funcionamiento del motor de la vida; la pasión, hace falta marcar un destino o dirección el problema es: cual, donde y como y por donde empezar, por que en cualquier caso sin necesidad de estar muy posicionado, hoy en día pocos tenemos colchón para parar en seco porque eso no te permite pagar las facturas.
Tampoco vale la trayectoria o direcciones de los demás; cada una tenemos la nuestra propia para comprobarlo sólo hace mirar al pasado y ver el camino recorrido, cuan diferente es al de la persona que tenemos al lado.
Después de esta última etapa del viaje de mi vida he comprobado a través de ciertas reflexiones, tertulias y análisis esporádicos que no soy el único en sentir la necesidad de un cambio de enfoque y comenzar con otro totalmente distinto en el que hay que seguir descubriendo, jugando o disfrutando pero también empezar a rentabilizar, el esfuerzo y sacrificio de toda una vida, la mía y la de los míos, por decir un algo.
Ferran Aparicio
20 de septiembre de 2014
