Dicen
que la intuición es el conocimiento directo e inmediato que sin la intervención
de la deducción o razonamiento, resulta evidente y coherente como contenido de
pensamiento.
La pura verdad que por su amplio espectro, la intuición
va desde la especulación filosófica al campo de la ciencia positiva, pasando
por una simplemente receta de cocina que se nos ocurre imaginativamente en un
momento oportuno, siendo en general un tema de investigación que intenta
racionalizar algo que sucede de una forma natural.
La intuición ha sido
considerada como ese sexto sentido y se le atribuye normalmente a las mujeres, es
por aquello de intuición femenina, sin embargo cualquier ser humano puede estar
dotado con éste sentimiento o don natural, el llamado sentimiento intuitivo.
Sin embargo con los tiempos
que corren no es fácil el fiarnos de sentimientos intuitivos sino todo lo
contario debemos estar previniendo cualquier acontecimiento por precaución o simplemente
como prevención a un error de lógica, pues lo lógico ha llegado un momento que
ya no es real.
Es cierto que el sentimiento
intuitivo es un conocimiento que no sigue un camino racional para su
construcción y formulación y por lo tanto carece de una explicación racional
que muchas veces roza lo inexplicable, pero lo que resulta también cierto es
que las personas almacenamos información de una forma inconsciente que nuestro
cerebro puede manejar a su libre albedrio como reacciones emocionales
repentinas a determinados sucesos, percepciones o sensaciones , o simplemente
aparecer sin más a tu lado.
Se podrían también definir los
sentimientos intuitivos como pensamientos abstractos muy elaborados y sobre
todo muy espontáneos que en un momento las arroja nuestro cerebro
conscientemente como un ingenuo destello pero que condensa una gran
información, tanto de experiencias vividas como de conocimientos adquiridos y
almacenados.
El problema de su imprevisión
y volatilidad hace que dudemos de estos sentimientos pues carecemos de racionalidad
para poderlo comprobar tácitamente y lo
tratamos como algo volátil o simplemente intuitivo.
Sin embargo habría que
diferenciar entre el carácter abstracto del sentimiento intuitivo y el sentimiento
visceral que nos transmite el cuerpo de una manera automática como aviso de un
pensamiento no estructurado pero cercano a la realidad.
Lo que está claro de una forma
cierta, es que cada uno debe aprehender a descubrir cuáles son los mensajes y
señales de aviso, bien como sentimientos intuitivos bien como sentimientos viscerales, pues lo
que único que nos queda, es utilizar correctamente la información que nuestro
cuerpo y mente nos oferta sin previo aviso y sin juzgarnos, para no caer en autoengaños.
Ferrán Aparicio
10 de junio de 2015